Como ocurre cada dos años, Corning, la compañía líder fabricación en protección para pantallas de smartphones lanza nueva versión, Gorilla Glass 6. Se trata del vidrio/cristal que probablemente veamos recubriendo los terminales de gama más alta a partir del año próximo en el Mobile World Congress (aunque no sería descartable verlo primero en el Galaxy Note 9, como ocurrió con el Note 4, que contó con Gorilla Glass 4 antes de que se presentara, como el Galaxy Alpha).

Gorilla Glass 6 llega, como siempre, con una gran promesa bajo el brazo. En esta ocasión, las mejoras realizadas por Corning prometen que el cristal sobreviva hasta 15 caídas a una altura de un metro en superficies duras. Esto, según la compañía, supone mejorar dos veces el rendimiento de Gorilla Glass 5, cuya gran promesa fue proteger contra caídas a 1,6 metros de altura. En aquella ocasión Corning afirmaba que al 85% de los usuarios de smartphone el terminal se le caía una vez por año. Ahora, la cifra que dan es que, de media, los terminales sufren siete caídas anuales por usuario, con el 50% ocurriendo por 1 metro o debajo.

La mejora viene de la mano de un material más resistente del que no ofrecen muchos más detalles que contar que se ha reforzado químicamente para ofrecer a Gorilla Glass 6 niveles mayores de compresión que los de su exitoso antecesor. La compresión ayuda a que la probabilidad de que el cristal se fracture se reduzca considerablemente.

Gorilla Glass se ha instalado en más de 6 millones de dispositivos, lo que, como ya dijimos hace años, hace a Corning uno de los grandes ganadores de la móvil, junto a Qualcomm o Samsung.

El problema que Gorilla Glass no soluciona

Las primeras versiones de Gorilla Glass siempre se promocionaban como resistentes a caídas, sin embargo, Corning hacía mucho hincapié en la fortaleza y dureza de Gorilla Glass contra arañazos o microabrasiones. Para ello, mostraban que el contacto con llaves no era perjudicial para el vidrio, y que podía ser golpeado por incluso cuchillos y el material resistiría.

La cosa ha cambiado mucho desde entonces, y ya desde Gorilla Glass 4 en el Galaxy S6 notamos que pese a que los terminales aguantan caídas más bruscas, las pantallas se arañan con extrema facilidad. No se puede decir que las abrasiones que se producen sean profundas y se vean en ambientes corrientes de uso, aunque en algún caso también. Lo que sí puede afirmarse es que al sol acaba siendo molesto, y mantener una pantalla impecable, requiere, por lo general usar protector de pantalla.

Ya no vale con no pasar el terminal por debajo de una sierra pequeña (que por mucho que Corning dijera nunca ha sido válido, pero al menos se promocionaba), sino que cualquier mota de polvo o sal en un bolsillo es capaz de hacer mucho daño. Tras tantas mejoras consecutivas a la resistencia a roturas, toca el turno de atajar este problema. El problema parece que la física exige un equilibrio entre ambas posturas: o refuerzas uno, o lo otro, pero no ambos a la vez.