Para promocionar el Sonos Beam, la compañía realizó una serie de pequeños comerciales de TV donde se ve a una persona con un complicado sistema de sonido envolvente que acompaña la TV de casa. Además, con varios controles remotos para controlar diferentes dispositivos (la TV, el amplificador del home theater*, los cables a los diferentes altavoces 5.1).
En el comercial, la persona, junto a su familia, intenta ver una película, se ve la imagen, pero no el video. "Mierda, esta es una situación demasiado conocida para mi", pensé. Me dio hasta vergüenza, verme reflejado en una publicidad de TV, del típico nerd que tiene una configuración de sonido super complicada, decenas de cables, y si falla una cosa, en el peor de los caos pueden pasas horas, inclusive, hasta solucionarlo.
No es culpa de mi nerdez, no del todo. La realidad es que el estado general del mundo de A/V, sobre todo cuando se trata de sonido surround y todas sus variantes (5.1, 7.1) se ha quedado a inicios de los noventa. Casi todas las marcas de calidad tienen productos maravillosos pero con una filosofía de "primero la ingeniería, después el producto".
Armar un sistema de sonido envolvente sigue siendo el equivalente a armar una PC de escritorio: comprar componentes separados, comprar rollos de cables, cortarlos, pelarlos, entender la diferencia entre un tipo y otro de HDMI, saber si aún se debería usar conexiones ópticas y un larguísimo etcétera que daría para veinte párrafos más.
Sonos, que lleva años en el mundo de los altavoces inteligentes encontró un nicho que nadie parece querer solucionar, el sonido de calidad en la sala, donde pasamos gran parte del tiempo, donde está la TV, donde vemos series y películas, donde jugamos videojuegos, donde sacamos provecho al Full HD o al 4K.
La competencia hace productos pequeños que se suelen dejar en la cocina, en el escritorio de trabajo o en la mesa de noche de la habitación, Sonos quiere entrar de lleno en donde nadie más entró. Y que bueno que han decidido hacerlo, porque nos hacía mucha falta.
Beam no es el primer producto de la compañía que pretende reemplazar sistemas de sonido surround complicados, tanto Playbar y el Playbase tienen años en el mercado, pero la diferencia radica en un detalle minúsculo pero importantísimo: estos reciben la señal de sonido usando un cable de fibra óptica, también conocido como TOSLINK. Suena futurista, pero en realidad es tecnología que durante años funcionó bien porque conducía señales de audio digitales, pero que ya ha quedado vieja.
Los sistemas de audio y video actuales requieren conexiones versátiles que sean capaces de transportar no solo sonido, también video y de paso, datos. Que permitan la comunicación entre dispositivos. Es por eso que los cables HDMI se han popularizado y es la tecnología preferida en la actualidad.
Un solo cable funciona para todo, da igual si es una consola, o un Apple TV, la propia televisión, etcétera. Además, los aparatos con puertos HDMI, desde hace algunos años, incorporan una tecnología llamada ARC (Audio Return Channel) que simplifica significativamente la configuración de sistemas de sonido, al usar un solo puerto y un solo cable para no solo recibir señales, sino para enviarlas.
De esa forma la TV envía audio a un sistema de sonido, pero el sistema de sonido puede enviar señales de vuelta a la TV, y como esta actúa como concentrador de puertos HDMI, a los demás dispositivos. De esa forma no solo se puede usar un solo control remoto para controlar funciones básicas de cualquier dispositivo, también suceden cosas que al apagar la TV, se apagan todos los demás aparatos conectados. O encender la consola de videojuegos desde su control y ver como la televisión y el home theater también se activan. Nada de esto sería posible con un TOSLINK.
Por eso Beam, a diferencia del Playbar o el Playbase, incorpora un puerto HDMI con tecnología ARC. Insisto, es un detalle que de buenas a primeras parece mínimo, pero que es una diferencia muy grande.
La segunda diferencia tiene que ver con el precio. Un Playbar o Playbase cuesta 800 dólares/euros. Beam se posiciona en un rango mucho menor, 399 dólares, 449 euros u 8.499 pesos mexicanos. La tercera está en la tecnología que es donde vamos a profundizar:
Configurar Beam versus configurar un sistema de sonido 5.1 o 7.1 tradicional
Vuelvo al comercial de TV, aquel que mencionaba al inicio de este análisis: queda claro que me deshice de 5 controles remotos en el sofá, uno para controlar cada aparato conectado a la TV. Pero una vez instalado el Beam, conectado al puerto ARC de mi TV, inicié una fase de configuración desde la app de Sonos que tardó unos 10 minutos.
- Conectar la app con Beam.
- Esperar a que Beam detecte mi TV desde el puerto HDMI.
- Hacerle saber si tengo altavoces adicionales de Sonos para sonido surround, como era mi caso, pero más de esto más adelante.
- Iniciar el balanceo de sonido con un sistema de la compañía llamado Trueplay, que usa el micrófono de un iPhone o iPad —no está disponible en Android— para ecualizar el sonido de la mejor forma posible en base al espacio físico donde se ubica el Beam que estoy probando.
- Por último configurar Amazon Alexa o Google Home.
En mi caso tardé unos 5 minutos más para posicionar de forma correcta dos altavoces Sonos Play:1 que tengo en casa y usarlos para el surround en mi sala y otros 5 minutos para configurarlos desde la app de Sonos y balancearlos. Eso es todo.
Y sí, todo funcionaba bien desde el minuto uno. El Sonos Beam es lo suficientemente inteligente para iniciar con un volumen adecuado, para entrar en modo ahorro de sonido cuando no se usa pero iniciar de forma silenciosa cuando enciendo la TV.
¿Quieres usar el control remoto de la TV o tienes uno universal para controlar directamente el Beam? Se puede configurar, también desde propia app en treinta segundos. Pero honestamente no me ha hecho falta.
A lo largo de mi vida he comprado y/o instalado unos siete sistemas de sonido surround en mis diferentes casas cuando vivía en la Ciudad de México, en Amberes o en Madrid. Nunca he tardado menos de una hora, por lo general dos, a veces tres. Dependiendo de la dificultad de cableado o la tecnología disponible en diferentes épocas (en 2001-2002, por ejemplo, los puertos HDMI no existían).
Pero: ¿De qué sirve configurar en pocos minutos un sistema de sonido que funciona bien a la primera, si el sonido no es suficientemente bueno? Ahí es donde Sonos tiene su mayor reto:
La calidad de sonido del Sonos Beam
Mis primeras pruebas con el producto fueron durante sesión en una habitación que simulaba la sala de una casa, creado por la propia marca, durante su presentación en San Francisco. Ahí me mostraron una serie de situaciones habituales como ver una serie de TV desde algún servicio de streaming, escuchar canciones o ver películas.
Esta última prueba, con la película, me llamó la atención, era un clip de Wall-E, donde el sonido surround juega parte importante de la escena. Cuando tuve la sensación de sonido envolvente, los representantes de Sonos me comentaron que fue una sensación totalmente simulada.
Minutos después, en una conversación con Chris Kallai (vicepresidente de producto de Sonos), me lo explicó en mayor detalle: el Beam recibe la fuente de sonido, entiende que se trata de una mezcla 5.1 y hace todo lo posible por reproducirlo de la mejor forma posible.
El Beam tiene cinco altavoces, dos woofers laterales en posición diagonal, dos frontales y un tweeter en el centro. Todos están impulsados por cinco amplificadores clase D. Además han incluído tres radiadores pasivos para ampliar graves. Además, por el diseño y posicionamiento, se siente como si el producto fuese mucho más grande de lo que realmente es.
Sonos logró crear un campo acústico lo suficientemente grande para llenar una habitación mediana y que un grupo de personas sentadas en el sofá frente a la TV puedan percibir una separación de canales lo suficientemente amplia, como si se tratara de altavoces mucho más separados de lo que realmente están. No podría decir que en términos de sonido surround, se puede prescindir de altavoces traseros, pero si el presupuesto está ajustado o el espacio físico impide ponerlos, Beam hace un trabajo decente en ese aspecto.
Debido al diseño del Beam, alargado, con los altavoces sumamente cercanos a la superficie donde se asienta, generan un poco más de bajo de lo que se espera. Sonos ofrece un sistema de montaje en la pared que está diseñado de tal forma que genera aún más sensación de bajo, es un accesorio extra de 69€ que funciona en casas donde la TV está montada también.
En la mayoría de las casas, donde la TV está sobre un mueble, el Beam se puede posicionar justo adelante, es lo suficientemente delgado como para caber en la mayoría de las situaciones.
Durante la presentación y briefings posteriores se hizo bastante énfasis en el trabajo que la compañía ha hecho para colaborar con algunos profesionales que han trabajado en producciones de mucho éxito como Game of Thrones, quienes ayudaron a diseñar la forma en que suena el dispositivo. Se presentó atención especial en la calidad de los diálogos, casualmente uno de los problemas más habituales del balance de niveles en sistemas de sonido 5.1 o 7.1.
El resultado, en la experiencia general de ver series y películas con el Beam es muy buena. La compañía que puso en el mapa los altavoces inteligentes enfocándose en la calidad del audio no defrauda y ofrece un nivel superior al que se esperaría por tamaño y precio.
De hecho estoy bastante seguro que cualquier persona que vea el Beam por primera vez le sorprenderá que el sonido se emita de ese aparato tan delgado, y se pensará que hay altavoces laterales escondidos por ahí.
Dicho eso, Sonos no puede irse en contra de la física del tamaño de los altavoces. Si esperas una experiencia explosiva de sonido, eso se encuentra en otros rangos de precio mucho mayores.
Al igual que otros productos orientados al audiovisual de Sonos, el Beam soporta configuración de altavoces múltiples. Se puede agregar dos altavoces traseros en modo surround (Play:1, Sonos One, Play:3 o Play:5 de los nuevos) y un Sub para una experiencia 5.1. Mis impresiones detalladas de las posibilidades y la calidad que se puede conseguir vendrá en otro artículo más adelante.
El Beam no soporta Dolby Atmos, pero tal y como funciona la configuración de altavoces múltiples de Sonos, técnicamente no sería posible aún. Aún así es verdad que la mayoría de las obras audiovisuales no están mezcladas o preparadas para esa tecnología. Tal vez en unos cuatro o cinco años se popularice más.
"Alexa, enciende la TV"
Sonos Beam incluye soporte de asistentes de voz, tanto Amazon Alexa que llegará este año a España como Google Home que está llegando tanto a España como a Latinoamérica cuando se publicó este análisis. Yo he tenido la oportunidad de probarlo con Alexa y resulta muy interesante el hecho que puedo controlar dispositivos, como la propia TV con la voz.
Así que, sentarte en el sofá y decir "Alexa, enciende la TV" o "Alexa, apaga la TV" es posible y funciona de forma totalmente normal. Todas las demás funciones que Alexa tendrá en el mercado español estarán soportadas, desde la posibilidad de hacer compras, pedirle el clima o hacerle toda clase de preguntas. Una vez que el soporte local haya sido lanzado, actualizaremos la reseña con nuestras impresiones.
Hay una cosa del micrófono del Beam que me ha sorprendido bastante: yo tengo otro dispositivo con Alexa en mi habitación que está bastante lejos de la sala de mi casa. Mientras caminaba de un lugar y otro, estando en el pasillo, mucho más cerca de la habitación que de la sala, hice una pregunta a Alexa, esperaba que me respondiera el dispositivo en la habitación, pero el Beam fue capaz de escucharme y responder también.
El micrófono puede desactivarse con el panel táctil encima del producto para aquellas personas que no quieren usar el asistente de voz o consideran tienen problemas con la privacidad al tener dispositivos escuchando todo el tiempo.
Diseño a prueba del tiempo
Es importante aclarar que soy consumidor habitual de productos de Sonos desde hace ocho años. Lo primero que tuve fue un Play:5 de primera generación que al día de hoy sigue funcionando y sigue recibiendo actualizaciones de sistema, agregando funcionalidades y mejorando desempeño general. Sonos a esto le llama diseño a prueba de tiempo y creo que es importante explicarlo y detallarlo porque es parte clave del valor que un producto como el Beam puede dar.
Tres ejemplos de cómo mis Play:5 de 2009 han cobrado mucho valor con el pasar del tiempo:
1. En el inicio los Sonos funcionaban sí o sí con un producto llamado Bridge necesario para conexiones inalámbricas. Era requerido porque la compañía consideraba que las conexiones inalámbricas en casas no eran lo suficientemente rápidas y confiables. Creaba una red privada para sus propios productos.
Pero en 2014 se dieron cuenta que las conexiones Wi-Fi se habían hecho lo suficientemente rápidas como para la necesidad de un producto extra. Una actualización de software fue suficiente para retirar uno de los productos y de ahí en adelante todos se conectaban directamente a la red inalámbrica y se comunicaban entre ellos.
2. En 2015 lanzaron Trueplay, que permitía usar el micrófono de un dispositivo iOS para balancear mejor el sonido dependiendo de la habitación donde el producto se encuentra. De un día a otro todos los consumidores y dueños de productos comprados inclusive cinco años antes se vieron beneficiados por medio de una actualización de software y vieron como podían escuchar mejor música.
3. Sonos es la única compañía que ha logrado que Apple ponga Apple Music en dispositivos que no son fabricados por la compañía. Cuando se lanzó el servicio y dejé Spotify, una actualización de software me permitió usar el servicio en los Sonos que ya tenía.
Sonos apunta a algo similar con el Beam. Quiere que sea un producto que aguante el paso de los años, que aguante el paso del tiempo. Es una filosofía muy ajena al ecosistema de hardware tecnológico que busca que se haga actualización o reemplazo de dispositivos en ciclos determinados.
El propio diseño minimal del Beam es una prueba de lo anterior. Cuando comenté lo anterior a Chris Kallai me explicó que diseñar a prueba de tiempo no es un mantra de marketing sino que está en el ADN de la compañía, no solo quiere que las cosas funcionen bien, sino que duren por muchos, muchos años.
Compatibilidad con AirPlay 2
Beam es un producto más en la familia de Sonos que tendrá soporte nativo de AirPlay 2 tal y como se anunció meses atrás. Eso significa que puede ser elegido como una fuente de sonido en los menús de iOS y macOS.
En su salida, Beam no viene con el soporte de AirPlay 2 incorporado, pero se agregará por medio de una actualización de software gratuita que llegará en próximas semanas. Sonos no ha anunciado una fecha específica, pero apenas esto suceda, actualizaremos el análisis explicando cómo funciona y su desempeño.
Conclusión
La primera vez que probé un producto de Sonos en 2010 me sorprendía que un dispositivo tan tecnológico, que era capaz de reproducir música en streaming sin necesidad de conectarlo a una computadora o a un smartphone, tuviese tan buena calidad de sonido.
Con el Beam las expectativas eran altas: ¿son capaces de reproducir audio de muy buena calidad, capaces de reemplazar un sistema de sonido para la TV? La conclusión es sí, siempre y cuando se instale en una habitación pequeña o mediana.
Habitaciones muy grandes probablemente se queden cortas y hay otras soluciones de la empresa que se ajustan mejor, aunque tal vez sea buena idea esperar a que el Playbar o el Playbase incorporen puertos HDMI-ARC.
La inversión es relativamente baja por el valor que ofrece: 399 dólares, 449 euros u 8.499 pesos mexicanos. Se posiciona en un lugar de casa que ninguna otra marca, en términos de productos de sonido inteligentes, no han sido capaces de entrar. Si Sonos logra convencer a posibles consumidores que es posible tener muy buen sonido en casa sin pasar días, semanas o meses investigando qué componentes comprar, sin dilemas terribles de configuración y sin pasar horas armando el sistema de sonido, entonces tienen un producto muy exitoso entre manos.
Quienes apunten a construir un sistema 5.1 deben saber que los costos aumentan de forma significativa. Se necesitan al menos dos Play:1 o Sonos One que son relativamente baratos, se llegan a conseguir por menos de 200 dólares/euros. Pero el subwoofer de la compañía tiene un precio de 800 dólares/euros, más que el propio Beam pero su nivel de calidad es impresionante.
En unos días tendremos un artículo detallando la experiencia de armar un sistema 5.1 combinando productos Sonos)
Por mi parte, he disfrutado mucho de tener el producto en casa y me sin duda alguna me ha hecho repensar lo que significa armar y sobre todo tener un buen sistema de sonido en casa. Tal vez Sonos sea capaz de alejarme por completo de la idea que sistemas de sonido de calidad solo eran capaces de armarse por nerds especializados.
Pros
- Calidad de sonido
- Diseño
- Precio
- Soporte de asistentes de voz
Contras
- Por su tamaño no vale para habitaciones grandes. Ojalá ofrecieran un "Sonos Beam Plus".
- Si quieres un sistema 5.1 no puedes usar productos de otra marca, debes invertir bastante dinero en altavoces satélites y subwoofer de Sonos.