Samsung es una compañía brillante en gama alta. Es indiscutible. Incluso cuando no lo era, sus Galaxy S siempre estaban en el podio anual. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de su gama media. El Samsung Galaxy A6+ representa como pocos el anacronismo de la compañía en el segmento, donde no tiene argumentos para competir contra actores emergentes como Xiaomi y Honor.La gama media-media o media-baja puede explicarse en dos etapas en Android. Antes del Moto G de 2013 y después del Moto G, y antes del Xiaomi Mi A1 y después del Xiaomi Mi A1. Ambos terminales han sido relevantísimos en el resto de compañías, pero no toda su competencia ha llegado a ofrecer tanto por tan poco. Samsung es una de las compañías.
Antes del Moto G, sus propuestas eran los Galaxy Ace, terminales vendidos en masa pero descafeinado. Después, lo han sido los Galaxy J y los Galaxy A. Del abuelo de los segundos, el Galaxy Alpha, nació mucho de lo bueno de los Samsung Galaxy S actuales pero, hacia abajo, no se ha corrido la misma suerte. Los Galaxy A5 y ahora A8 siempre han sido productos que llegaban muy inflados, y más allá de poder presumir de paneles SuperAMOLED y resistencia IP67 en los últimos modelos, tampoco han sido superiores a la competencia de muchos euros menos.
El Samsung Galaxy A6+ que hoy analizamos llega por 369€ al mercado, un precio 130€ inferior al de su hermano mayor en lanzamiento, pero proporcionalmente, hablamos incluso de mayor desequilibrio. Es cierto que se puede convertir en un muy buen terminal de operadora, pero en esa guerra que Samsung tiene contra sí misma en precios y contra el mercado, no puede decirse que el Galaxy A6+ tenga algo que en 2018 pueda destacar.En mano, el Samsung Galaxy A6+, pese a ser muy grande, sienta bien, aunque el diseño dista mucho de estar tan refinado como en el Samsung Galaxy A8, donde se siente por encima de competidores que han llegado más tarde. Estéticamente no brilla, sobre todo por el uso de las bandas y porque su parte delantera es propia de terminales como el Xiaomi Redmi 5 Plus, no de una gama superior. Aun así, los puntos negativos del terminal comiezan con la elección de los componentes.
Todo comienza con la elección del chip, un Snapdragon 450. No hay ningún problema con él, y Qualcomm nunca ha tenido un SoC tan equilibrado en su gama de entrada. Además, el Snapdragon 450 y modelos inferiores han demostrado que pueden mover Android con bastante soltura en los Moto G5 y G6 a secas. Sin embargo, cuando el precio sube tanto, se espera que la apuesta de Samsung también suba y se elija un Snapdragon 630, un 636 o un 660.
El conjunto presente en el Galaxy A6, Samsung Experience 9.0, el nuevo nombre de TouchWiz, es una experiencia que en ningún momento se siente muy veloz o fluida, particularmente cuando se viene de un terminal con "Android puro". Además, no es sólo una cuestión de rendimiento, sino de refinamiento. El sistema tiene bugs que, por ejemplo, a menudo han hecho que la cámara o el reconocimiento facial no funcionen y lanzasen mensajes de error, lo que en el caso de lo segundo ralentizaba enormemente el desbloqueo. Al menos, la Adreno 506 rinde decentemente en juegos, para lo que es el Snapdragon 450. Pero, de nuevo, hay que exigir mucho más a un terminal de este precio.
En cuanto a almacenamineto y RAM, viendo en qué punto se encuentran sus rivales, habría estado muy bien que el modelo base tuviera, si no 64 GB, sí 4 GB de RAM. Pero no, ni lo uno ni lo otro: 3 GB / 32 GB. Ampliables por microSD, sí.
Otra decepción viene en el momento en que vas a conectar unos de los cables USB-C que tienes en casa, confiando en que microUSB es cosa del pasado, pues ya el Galaxy A5 2017 contaba con el nuevo puerto. La sorpresa es que no, no hay puerto reversible, te tienes que conformar con el antiguo. ¿La segunda sorpresa? Nada de carga rápida para una batería de 3500 mAh. Ni de Qualcomm ni propietaria de Samsung. La parte que contrarresta un poco estp es que la autonomía es fantástica y es muy común pasar de las 6 horas de pantalla en días de uso medio.
Con la biometría tampoco hay sorpresas. Samsung nunca ha liderado esta área, y tenemos un desbloqueo facial lento y muy errático (comparado con terminales como el Huawei P20 Lite, de mismo precio de lanzamiento), y un lector de huellas también bastante lento y menos errático por lectura que por posición. Aunque este año Samsung ha mejorado la posición que empleó en el Galaxy S8, sigue cerca de la cámara y sin ofrecer una separación física clara que haga que localizar el punto exacto con el dedo sea cómodo, como sí ocurre en los Xiaomi, Huawei, Asus, etc.
La pantalla SuperAMOLED de 6", y proporción 18,5:9 es lo que podía esperarse en un terminal así. Está un escalón por debajo de la del A8 en varios sentidos, como por ejemplo en tratamiento del negro, donde en escenas muy oscuras se come más detalle de la cuenta y ofrece menos distinción con tonos grisáceos, algo que en paneles mejor calibrados como en el del OnePlus 6 o en el del propio A8 no ocurre. El brillo automático podría ser algo más rápido, pero al sol es satisfactorio para su gama, lo que no quiere decir que esta pantalla ofrezca las posibilidades de brillo máximo. En ángulos renquea un poco, y el más mínimo giro de muñeca altera los colores ligeramente.
El sonido del Galaxy A6+ es similar al del Galaxy A8. De nuevo ofrece un volumen alto, pero sin riqueza. La buena noticia para el altavoz, aparte de que no distorsiona, es que, al estar situado en un punto más alto del lateral que en el Galaxy A8, no se tapa tan a menudo con el dedo. Después de comparar con el Huawei P20 Lite, aquí Samsung tiene una victoria.
En el apartado de cámaras, el Samsung Galaxy A6+ aporta algo a la familia una segunda lente dedicada en exclusiva a captar profundidad con el modo retrato, que Samsung llama enfoque dinámico. Como ya vimos en el Samsung Galaxy Note 8 y en el Galaxy S9, el modo permite ajustar la intensidad del desenfoque, mientras capturamos y a posteriori. Lo que veo en este modo me convence, sobre todo si comparamos con un rival del similar precio, el Huawei P20 Lite. Quizá el P20 Life trata algo mejor la exposición, pero el desenfoque es más gradual en el Samsung y más natural. En el Huawei se ve que incluso los bordes de las flores ya desenfocadas son artificiales.
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En fotos con buena luminosidad, la experiencia es parecida a la del A8. Un modo HDR automático que ayuda, rango dinámico decente y colores algo saturados, pero aceptables. El problema de la cámara, aquí y en baja luz, es su lentitud. Se nota demasiado que el procesador y el procesador de imagen son inferiores a los de modelos superiores, porque a veces tarda demasiado en responder. Volviendo a las tomas en sí, está presente, cómo no, el exceso de nitidez que se nota especialmente en el borde de los objetos y que resta mucha naturalidad.
En baja luz y en extrema baja luz el Galaxy A6+ también presenta el problema de otras veces en la familia, balance de blancos muy amarillento e incluso rojizo, procesado muy agresivo, aunque parece que algo mejorado respecto al Galaxy A8. Sin embargo, en muy muy baja luz, aunque el detalle y la luminosidad obtenida es superior a otros como el P20 Lite, el Galaxy A6+ introduce ruido de color, algo que debería mejorarse con una actualización.
Conclusión
El Samsung Galaxy A6+ es un terminal anacrónico en 2018. Ha salvado escollos importantes como haber salido con un diseño con marcos, que era lo mínimo que se podía esperar. Por lo demás, es un terminal que recuerda a los Samsung de gama media de hace unos años, y expresa una confianza en el conservadurismo en la compañía que no creo que pueda durar mucho, ante rivales como Xiaomi, que están poniendo patas arriba el mercado.
Es cierto que a Samsung le salvan en esta gama las operadoras, que son las que generan ventas masivas de la familia J, pero el problema no es menor. Hablamos de terminales muy caros, pero que pese a serlo, no ofrecen una calidad aceptable en apartados relevantes como la biometría, el software o el rendimiento (a causa de malas decisiones con componentes).
El Galaxy A6+ no es un smartphone recomendable por su precio de salida, no tiene elementos distintivos como la certificación IP68 de los otros A, y viendo lo que viene en forma de Xiaomi Mi A2 y Mi 8 SE, parece descabellado desembolsar 369€ en una pieza de tecnología así. Además, el Galaxy A8, superior prácticamente en todo salvo autonomía y posibilidades de doble cámara, ya ronda los 300€, un precio al que comienza a ser más atractivo para quien quiera apostar por la marca.
Pros
- Autonomía: los 3500 mAh y el Snapdragon 450 suponen una ventaja respecto para llegar al final del día.
- Pantalla: pese a no ser una OLED excelente, sí ofrece ventajas a LCDs de su rango de precio.
Contras
- Procesador: un chip de entrada en un terminal de 369€.
- microUSB y carga lenta en 2018: que terminales de menos de 200€ mantengan esto es pasable, aquí no.
- Rendimiento y software: Oreo no ayuda demasiado a que la Samsung Experience mejore. Nunca se llega a sentir veloz.