Sin el sistema de riders no existirían plataformas como Glovo, Deliveroo o UberEats. O, al menos, no como se las conoce en la actualidad. En cuanto a sistema de costes y beneficios, muchas de estas tecnológicas tendrían que plantearse una reestructuración y, quizá, el cierre.

El caso de Take Eat Easy, startup cesada en 2016, ha concluido con una veintena de sus repartidores considerados falsos autónomos. Uno de los riders de Deliveroo en Valencia también fue considerado como tal. A la espera quedan los juicios pendientes en Barcelona por las mismas circunstancias.

En este sentido, Italia está por convertirse en pionera en la regulación que pretende regular todo el ecosistema de repartidores según anuncia il Fatto Quotidiano. Pendiente de convertirse en ley, una vez sea aprobado por el Parlamento del país, podría ser el principio del fin de muchas de estas plataformas. Conocido como el "Decreto de dignidad" e ideado por el Ministro de Trabajo y Desarrollo Tecnológico, Luigi di Maio, la idea está clara. Según el texto inicial, la idea será considerar a todos los trabajadores de las plataformas como empleados por cuenta ajena. Es decir, que todos los que ahora están bajo un sistema de autoempleo, o autónomos, pasen a formar parte de la plantilla de la compañía. Esto implicaría para ellos que cuenten con un régimen de vacaciones pagadas, bajas por enfermedad y, lo más importante para ellos, un salario mínimo.

El rider de Deliveroo gana: llega la primera sentencia que confirma que eran falsos autónomos

El texto incluiría también la condición obligatoria de hacer pagos por tiempo de trabajo y no por entregas, tal y como está estructurado en la actualidad. Asimismo, se obliga a las compañías a informar a sus repartidores de cómo funciona el sistema de algoritmos en la asignación de pedidos o distribución de las zonas.

Todo este sistema, de aprobarse, dejará con un grave problema a las compañías tecnológicas que recurren al sector de los riders como sistema de gestión de los servicios. Deliveroo, también presente en Italia, sería una de ellas. Y, por supuesto, la compañía española Glovo que cuenta con servicio en la región.