Tras los títulos alucinados de *Westworld*, empieza el episodio “Akane No Mai” (2x05) con el dragado de la laguna imprevista en el valle que ejecuta el equipo de Karl Strand (Gustaf Skarsgård), el jefe de operaciones de Delos Destinations, y Maling (Betty Gabriel), y la recuperación de los androides que flotaban en sus aguas tranquilas, los cuales han perdido un tercio de su valiosa memoria contenida en los núcleos cerebrales —sobre todo, si la conspiración es real— según le cuenta Antoine Costa (Fares Fares), el experto en la tecnología cibernética, a Strand, después de que Maling le informe de que están buscando al dichoso Peter Abernathy (Louis Herthum) y él le diga que se lo lleve directamente si lo encuentran.
En el pasado, al grupo de Maeve Millay (Thandie Newton), Héctor Escaton (Rodrigo Santoro), el narrador Lee Sizemore (Simon Quarterman), Armistice (Ingrid Bolsø Berdal) y los técnicos Felix Lutz (Leonardo Nam) y Sylvester (Ptolemy Slocum) lo apresan unos samuráis del Shogun World, una experiencia creada para los huéspedes insensatos a los que Westworld les parezca poco, o les atraiga el gore, sobre el Japón feudal en el periodo Edo. Lee le dice a Maeve que todos los androides entienden y hablan muchas lenguas pero, por el caos, tendrá que dirigirse a los samuráis, a los que acaudilla Musashi (Hiroyuki Sanada), en su propio idioma si quiere ejercer control sobre ellos como sabe y podía hacer el difundo Robert Ford (Anthony Hopkins).
Y, de repente, presenciamos con mucho gusto una fiel recreación del robo de Héctor al saloon en el capítulo “The Original” (1x01), con la misma “Paint It, Black”, de The Rolling Stones, versionada por Ramin Djawadi e idéntica planificación visual, pero con los ronin y las geishas de protagonistas: además de Musashi, Akane (Rinko Kikuchi), Hanaryo (Tao Okamoto) o Sakura (Kiki Sukezane). Y, antes de que termine, Maeve logra obligarlos a parlamentar. A continuación, nos muestran que la pianola del propio saloon ya no funciona bien, y Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood), Teddy Flood (James Marsden) y los suyos llegan al pueblo masacrado de Sweetwater, cuyo tren utilizarán para el rescate de Peter.
Y como hay dobles de Maeve y el resto en el Shogun World, Lee teme lo que le pueda ocurrir a su cognición al juntarse, y se asombra de que su narrativa allí se altere de pronto: con Akane asesinando al mensajero del Shogun (Masaru Shinozuka), que desea adquirir a Sakura, el ataque de sus ninjas, que la secuestran, y de su ejército, con el nuevo capitán Tanaka (Masayoshi Haneda) al frente y que reducen a Héctor y Armistice. Contemplar la lucha entre un vaquero forajido como Héctor Escatón y unos ninjas japoneses tiene su aquél, pero el verdadero descubrimiento es el que hace Maeve, que consigue ordenar a uno de los ninjas que se suicide sin una sola palabra siquiera, sólo lanzándole una mirada significativa o tal vez telepáticamente, lo que daría aun más miedo.
Akane acuerda danzar con Sakura para el Shogun, un androide con ciertas averías por el líquido cortical que ve Lee salirle del oído —como le sucedía a Bernard Lowe (Jeffrey Wright)—, a cambio de que le permita llevársela consigo. Dolores y Teddy hacen el amor en una de las habitaciones del saloon mientras los demás continúan preparando el tren, cuyo destino hacia Peter conocen por un miembro del grupo de asalto de Delos dirigido por Charlotte Hale (Tessa Thompson), al que Angela (Talulah Riley) ha capturado. Maeve, muy conmovida por la relación maternofilial entre Akane y Sakura, que le recuerda la propia con su hija (Jasmyn Rae), les ofrece la libertad en “un mundo nuevo”, pero su poder atemoriza a Akane y esta le pide que no continúe con sus perturbadoras palabras.
Y Dolores ha comprendido que no hay lugar para alguien bueno como Teddy donde sus propósitos les conducen, así que obliga a Phil (Patrick Cage) a que modifique su personalidad. El Shogun mata a Sakura antes justo de que Akane y ella comiencen a bailar, con Maeve recordando el instante en que el Hombre de Negro (Ed Harris) le arrebató a su hija; y en el último paso de su danza, Akane asesina brutalmente al Shogun. Y cuando su daimio (Avery Wada) se propone decapitarla a ella y a Maeve por este acto de violencia magnicida, la segunda pone en práctica la peligrosa capacidad que ha descubierto en sí, su nueva y terrible voz, y empuja a todos sus enemigos a aniquilarse entre ellos, lo que da para imágenes brillantes de brutalidad a cámara lenta, lo mejor del episodio.