Todo ha salido según lo previsto. Pasadas las 7:05 h EDT (13:05 h CEST), la misión InSight despegaba con éxito desde la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg con dirección al planeta rojo, donde se encargará de explorar por primera vez el interior profundo de Marte. Las condiciones meteorológicas, según anunció la compañía United Launch Alliance —propietaria del cohete Atlas V donde viaja ahora el robot geofísico—, eran 100% favorables minutos antes del lanzamiento, lo que hacía prever una nueva jornada exitosa para la exploración espacial.

Es la primera vez que la NASA lanza con éxito una misión interplanetaria desde la costa oeste de Estados Unidos. El logro ha sido posible gracias al uso de un cohete potente como el Atlas V y de la reducida carga que porta —el robot pesa algo menos de 700 kilogramos—. La misión emprende ahora un viaje de aproximadamente medio año, en el que recorrerá 485 millones de kilómetros hasta alcanzar el planeta rojo el próximo 26 de noviembre de 2018.

Será entonces cuando el robot InSight aterrice en la superficie marciana, donde comenzará su trabajo para tratar de detectar sismos en Marte, conocer cómo se forman sus volcanes o medir su temperatura interna. Una labor que los propios científicos han descrito como la medición de las constantes vitales del planeta rojo, lo que nos permitirá saber más acerca del origen y la evolución de los mundos rocosos del sistema solar, incluida la Tierra.

Marte es, en palabras de la NASA, "el candidato perfecto para el estudio de la formación planetaria". Sus dimensiones y el hecho de que el interior haya permanecido aparentemente intacto —a diferencia de lo que sucede en la Tierra con la tectónica de placas, por ejemplo—, nos permitirá utilizar InSight como una auténtica "máquina del tiempo". El robot geofísico sondeará el corazón del planeta rojo, lo que ayudará a conocer cómo eran estos mundos hace miles de millones de años, durante 720 días. La NASA estima que la misión permanecerá en activo hasta noviembre de 2020, trabajando con todos los instrumentos científicos que porta, incluidos los sensores de viento y temperatura desarrollados en el madrileño Centro de Astrobiología.