Honor, la filial de Huawei enfocada a un público más joven y con precios más asequibles, presentaba hace unos días el dispositivo con el que quiere llamar la atención de todos aquellos que busquen un compendio entre prestaciones de calidad, como la cámara con inteligencia artificial, y un precio que no adquiera tintes estratosféricos. Ese terminal es el Honor 10, que hemos estado analizando para comprobar de primera mano su verdadero potencial.Tras haber sido dado a conocer el pasado mes de marzo el Huawei P20, era solo cuestión de tiempo que Honor recibirse una actualización de sus dispositivos incorporando en cierta medida las novedades de estos anteriores. Con una primera presentación en China para dar el salto a Europa a las pocas semanas, el Honor 10 se posiciona como el cabeza de cartel de una compañía que presume de hacer las cosas cada vez mejor sin preocuparse de canibalizar a su empresa hermana.
Y es que el gran marketing de Huawei ha hecho efecto durante los pasados años, comenzando a dejar de ser Honor una extraña para el público y comenzando a sonar no solo más en el segmento medio del mercado, sino también a hacerlo de mejor manera por conseguir trasladar la experiencia de Huawei a terminales que en ocasiones no solo están a la altura, sino que los superan.
El Honor 10, no obstante, tiene por delante un enorme reto: convencer en un mercado plagado de smartphones con características similares y muy especialmente en España, donde la sombra de Xiaomi comienza a ser lo suficientemente alargada como crear cierta preocupación entre marcas más asentadas. Todo se reduce, en definitiva, a sí este terminal cuenta con el atractivo suficiente como para desembolsar los 400 euros que cuesta.
El diseño como seña de identidad
Uno de los aspectos que más se ha asegurado de remarcar Honor en sus presentaciones a lo largo de los años es todo lo referente al diseño de los dispositivos, algo que llega a su culmen con este terminal. El Honor 10 cuenta con lo que han bautizado como "Aurora Glass Design" en su parte trasera de cristal, el cual genera reflejos y cambios de color de lo más llamativos que añaden atractivo al terminal por lo diferente, movimiento que ya vimos en la gama P20 de Huawei.
El teléfono cuenta, por consiguiente, con la combinación estrella de 2018; aquella que lleva el cristal a las parte trasera y el metal al cuadro que bordea el dispositivo. Además de las buenas sensaciones que ofrece el uso de estos materiales, este es un smartphone muy agradable en mano también por sus dimensiones, las cuales hacen que sea relativamente sencillo de utilizar con una mano pese a sus 5,84 pulgadas de pantalla.
Respecto a esta, se hace inevitable señalar que Honor, de manera previsible, ha incluido el notch o muesca en su panel de 1080 x 2280 pixeles de resolución y con un ratio 19:9. Como viene siendo habitual, este puede ser ocultado de manera que la parte superior se rellene de color negro en lo que es una solución algo precaria dado que estamos hablando de una pantalla LCD y no OLED, lo que hace que en determinados ángulos este relleno se vea artificial y no cree la sensación de franja completa. Más allá de esto, cabe señalar que el brillo, aunque resulta bueno en términos generales, puede llegar a ser algo escaso en las situaciones en las que el sol incide de manera directa, aunque no llega a ser exagerado.
Si echamos un vistazo a la trasera del dispositivo nos daremos cuenta enseguida de que en ella no encontramos el lector de huellas para desbloquear el terminal, sino que este se ubica en la parte frontal, emulando así el aspecto del Huawei P20 y P20 Pro y dejando claro una vez más que el concepto del Honor 10 va más hacia lo premium que hacia la gama media. Gracias a él podemos seleccionar una opción que elimina la botonera virtual para pasar a controlar la navegación mediante pulsaciones y gestos en el mismo, ganando más espacio útil en pantalla. Es curiosa su implementación, además, encontrándose este ubicado bajo el cristal –que no bajo la pantalla– y siendo tan imperceptible a la vista como lo es al tacto. Una cualidad que, afortunadamente, no infiere en la rapidez de desbloqueo.
Este último punto se ve solucionado en la mayoría de las ocasiones, no obstante, por la posibilidad de realizar el desbloqueo facial del terminal, que funciona razonablemente bien en un amplio rango de situaciones, si bien dista de ser perfecto. Siendo, como es, una cualidad que se ejecuta directamente a través de la cámara sin añadidos como sensores de profundidad o infrarrojos, ofrece limitaciones tanto en seguridad como reconocimiento (no funcionado en entornos oscuros, por ejemplo), aunque su combinación con la función de levantar el teléfono para encender la pantalla hacen que su uso sea recomendable.
Una inteligencia demasiado artificial
El Honor 10 cuenta con sus especificaciones como principal argumento de compra –más allá de lo atractivo que sea– y por ello encontramos en su interior el Kirin 970, el microprocesador más potente manufacturado por Huawei y que también encontramos en los modelos más premium de este año de la compañía. No rinde al nivel del Snapdragon 845, pero eso no debería ser una fuente de preocupación en un terminal como este. Sí que lo es, o al menos resulta algo incómodo, encontrar 4GB de RAM en ambos modelos (64 o 128 GB de almacenamiento), pues se antoja algo escasa a la hora de hace ruso de la multitarea o de mantener aplicaciones abiertas en segundo plano, no así cuando se trata de realizar tareas exigentes o hacer uso de juegos como PUBG o similares. La batería, por suerte, pese a quedarse en los 3.4000 mAh es suficiente para aguantar el día sin visitar el enfuche.
Toca hablar, por último, del aspecto al que más importancia le han dado en este teléfono y que deja bastantes sensaciones encontradas: la inteligencia artificial y la cámara. Honor ha insistido mucho en que esta generación cuenta no solo con una buena cámara que está por encima de su competencia, sino que la inteligencia artificial en la misma es un game changer, haciéndolo notar incluso con una serigrafía en la parte superior derecha trasera donde podemos leer "AI CAMERA". Con semejantes premisas, uno se esperaría que realmente la inteligencia artificial mejorase las fotografías que uno toma en cualquier ocasión.
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*Puedes ver estas fotografías y otras a tamaño completo en este álbum*.
Es así en muchas ocasiones, pero no siempre. La experiencia obtenida tras unos días de uso es que la inteligencia artificial aplicada en la cámara, que sirve para reconocer de manera automática la escena ante la que nos encontramos (como un paisaje o una zona urbana, por ejemplo) y ajustar los parámetros en función de esto, se traduce en más ocasiones de las que debería en un resultado más llamativo que el original, pero sin que ello signifique que sea mejor. Es especialmente útil en características como el modo retrato, que se activa de manera automática si reconocen que estamos apuntando a una persona o en entornos con sombras, donde las fotografías quedan notablemente corregidas –en exceso, en algunas ocasiones, incluso–. La tónica general tiende a realzar los colores para crear un resultado más estético pero que puede provocar que se pierda por el camino la fidelidad a la realidad.
A pesar de ello, la cámara rinde bien tanto en la trasera como la delantera, ofreciendo el modo retrato en ambas –con especial hincapié en la delantera y sus 24 megapixeles– y añadiendo un zoom 2x sin pérdida que siempre es agradable encontrar. Contextualizado con el precio, y pese a perder la colaboración con Leica que sí vemos en Huawei, es una cámara solvente y que contentará a la mayoría del público al que va dirigido.
Conclusión
El Honor 10 es un teléfono capaz, bonito y compacto, reuniendo en estas tres premisas los requerimientos de muchas personas que buscan un terminal que ofrezca características que rozan lo premium en algunos aspectos sin tener que realizar una gran inversión en ello.
Se enfrenta en el mercado a poderosos rivales y ahí ya será el público soberano quien decida, pero quien se decante por esta opción no encontrará motivos para no justificar esos 400 o 450 euros pagados por el dispositivo. Huawei –y por ende, Honor– son cada vez sinónimo de fiabilidad en experiencia de usuario y solo quedaría pulir EMUI (su capa de personalización) para ofrecer una experiencia que pudiéramos calificar de completa a todos los niveles.
Pros
- Diseño llamativo y cómodo
- Conjugación del desbloqueo facial con lector de huellas frontal
- Cámara frontal pensada para su eminente uso para 'selfies'
Contras
- La inteligencia artificial es sinónimo de saturación de manera recurrente
- La RAM es escasa para determinadas tareas
- EMUI sigue siendo una amalgama informe a la que, pese a las mejores, le falta aún mucho recorrido