ZTE podría verse en grandes apuros durante los próximos años de confirmarse la sospecha de que el fabricante asiático no podrá incluir Android en sus próximos terminales. Esto dejaría a los dispositivos huérfanos de sistema operativo en un momento donde las alternativas brillan por su ausencia.

El pasado lunes se confirmaba la prohibición que hacía extensiva Estados Unidos a todos los fabricantes nacionales por la cual ninguno de ellos podía realizar ventas de ningún tipo a ZTE como consecuencia del no cumplimiento de un acuerdo al que habían llegado las dos partes tras la quebrantación de sanciones por parte de la tecnológica. Esta llevará a que la empresa no pueda adquirir productos de fabricantes norteamericanos durante los próximos siete años, lo cual afecta de manera directa, por ejemplo, en el campo de los procesadores y diversos componentes de los terminales.

Estados Unidos prohíbe a las empresas del país vender componentes a ZTE

Pero podría ser aún mucho peor, según las últimas informaciones. Si la prohibición es estricta llegaría incidir de manera directa no solo en los productos de hardware, sino también de software, dejando a ZTE sin la posibilidad de incluir el sistema operativo de Google en sus teléfenos.

No Google, no party

Bien es sabido que en la actualidad hay dos sistemas operativos móviles que son los –a todos los efectos– únicos a nivel mundial: iOS y Android. Ya que Apple no licencia su software para poder ser utilizado por otros fabricantes, estos se ven forzados a desarrollar el suyo propio o utilizar el de Google, que sí permite su distribución y que conforma la opción elegida de manera casi unánime.

No poder incluir Android en sus terminales sería una estocada categórica para ZTE y el futuro de la compañía, no solo porque los usuarios ya están acostumbrados a este binomio de sistemas, sino porque las alternativas son prácticamente inexistentes. Que la prohibición menciona se extendiera al sistema operativo móvil de Google en sus smartphones implicaría unas perspectivas de futuro muy negras para el fabricantes asiático, que vería brutalmente reducidas sus posibilidades en el fiero mercado de los smartphones.

Las dos compañías se encuentran en contacto en estos momentos y no parece haber una decisión definitiva sobre el asunto, notablemente más perjudicial para ZTE que pare Google, que se nutre se los cientos de fabricantes restantes. Lo que sí sabemos, en base a sucesos pasados, es que Estados Unidos no se anda con medias tintas cuando se trata de cortar las alas a los fabricantes de origen Chino, como ya ha ocurrido recientemente con la malograda presencia de Huawei en territorio norteamericano.

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