Caronte es el satélite más grande de Plutón. Con un diámetro de unos 1.215 km y un tamaño similar al de Francia, es uno de los objetos más grandes del cinturón de Kuiper, la región de cuerpos helados y rocosos que se mueven más allá de Neptuno. El nombre de Caronte hace referencia al barquero que guiaba las sombras errantes de los difuntos de un lado a otro del río Aqueronte, según la mitología griega.

Esta luna tiene gran cantidad de cráteres, montes y valles largos y profundos conocidos como ‘chasmas’. Ahora una docena de estas estructuras geológicas han recibido su nombre oficial por parte de la Unión Astronómica Internacional (IAU), la autoridad reconocida para nombrar a los cuerpos celestes y los elementos de su superficie.

Los nombres los había propuesto el equipo de la misión y nave New Horizons de la NASA, que llevó a cabo el primer reconocimiento de Plutón y sus satélites en 2015. Ese mismo año ya recopilaron ideas a través de una campaña online abierta al público denominada Our Pluto, en la que participaron voluntarios de todo el mundo. "Me complace que las características de Caronte se hayan elegido con un espíritu internacional", ha destacado Rita Schulz, presidenta del Grupo de Trabajo de la IAU para la Nomenclatura del Sistema Planetario.

Como una forma de honrar la épica exploración de Plutón y sus lunas que realizó la sonda New Horizons, muchos de los nombres característicos del sistema de este planeta enano rinden homenaje al espíritu de la exploración humana, recordando a viajeros, científicos, viajes pioneros y destinos misteriosos.

Literatura y mitología de viajes exploratorios

En el caso de Caronte, se han elegido términos centrados en la literatura y la mitología de los viajes exploratorios. Así se ha denominado Argo Chasma a una depresión que debe su nombre al barco con el que navegaron Jason y los Argonautas en busca del vellocino de oro, según se describe en la obra Las Argonáuticas. El monte Butler Mons honra a la estadounidense Octavia E. Butler, la primera escritora de ciencia ficción que ganó una beca MacArthur. Su trilogía de Xenogenesis (Amanecer, Ritos de madurez e Imago) describe la salida de la humanidad de la Tierra y su posterior regreso.

La barca Mandjet de la mitología egipcia que transportaba cada día al dios del sol Ra, uno de los primeros ejemplos mitológicos de una nave espacial, también da nombre al valle Mandjet Chasma. Inspirado en el mundo marino, Nemo Crater lleva el nombre del capitán del Nautilus, el submarino de las novelas de Julio Verne protagonista de 20.000 leguas de viaje submarino (1870) y La isla misteriosa (1874). Y otro cráter, el Sadko Crater, reconoce al aventurero que viajó al fondo del mar en la epopeya rusa medieval Bylina.

2001: Odisea en el espacio protagoniza otras dos estructuras geológicas de Caronte. Una es el monte Kubrick Mons, para recordar al cineasta Stanley Kubrick que dirigió esa película, donde cuenta la historia de la evolución de la humanidad desde los homínidos que usaban herramientas hasta los exploradores del espacio y más allá. El autor de la obra, Arthur C. Clarke, también aparece representado en los Clarke Montes. El prolífico escritor de ciencia ficción y de novelas futuristas es conocido por presentar imaginativas representaciones de la exploración espacial.

plutón
Fuente: IAU

Por su parte, el Dorothy Crater reconoce a la protagonista de la serie de novelas para niños que escribió el estadounidense Lyman Frank Baum, que sigue los viajes y aventuras de Dorothy Gale por el mágico mundo de Oz. Nasreddin, un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe del islam protagonista de miles de cuentos populares humorísticos contados en Oriente Medio, otras partes de Asia y sur de Europa, da nombre al Nasreddin Crater.

Un caso similar es el del Pirx Crater, que ha sido bautizado así por el personaje principal de una serie de cuentos del escritor polaco Stanislaw Lem, que viaja entre la Tierra, la Luna y Marte. Finalmente, el Revati Crater hace referencia al personaje principal de la narrativa épica hindú Mahabharata, una obra escrita alrededor del 400 a.C y considerada como la primero en la historia que incluye el concepto de viaje en el tiempo.

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