Año nuevo, Moto G nuevo, y ya vamos por la sexta edición, desde que Motorola pusiera patas arriba la industria allá por 2013, cuando democratizó el smartphone tras un lustro de mediocridad en los segmentos medios y bajos del mercado. Hemos tenido la suerte de poder probar el Motorola Moto G6 durante un día por las calles de São Paulo, y esta es nuestra experiencia.
Normalmente, tras la presentación de un terminal, los fabricantes permiten tocarlos y experimentar durante unos minutos que, por motivos de agenda, rara vez pueden estirarse a horas. Poder probar el Moto G6 (versión brasileña) en la calle con todas nuestras aplicaciones nos ha ayudado a conocer un día antes de su presentación qué tienen que decir Lenovo y Motorola sobre los Moto G6 en 2018, cuya presentación ha tenido lugar hoy.
El Moto G se moderniza manteniendo su esencia
Nada más abrir la caja, en la que Motorola ahora incluye auriculares, cargador con carga rápida Turbo Charger, cable USB-C y una funda de gel, la diferencia con su antecesor se hace más que obvia. En el Moto G5 teníamos una tapa trasera extraíble, formada parcialmente por aluminio. Ahora el diseño es completamente unibody y Motorola se une a la fiebre del cristal con lo que ellos han llamado cristal 3D.
Guste o no por el tema de la retención de huellas de los dedos, la realidad es que el Moto G6 se siente mucho más premium que el anterior modelo y su competencia pues, para mejorar su agarre su parte trasera tiene curvas en los laterales similares a las de Samsung, a lo que se unen unos bordes cromados que no estamos acostumbrados a ver fuera de la gama alta. En el borde inferior encontramos, por fin, USB-C, una de las grandes carencias, que junto a la brújula, ha sido solucionada.
En la parte delantera, Motorola ha abrazado la modernidad con una pantalla Full HD+ de 5,7" cuya gran novedad es la proporción 18:9 que desde hace un tiempo comenzó a llegar también a sus competidores de Huawei, Honor y Xiaomi. El término que usan para catalogar esta pantalla infinita sin marcos es Max Vision, y respecto a esto hay que decir que, en realidad, sus marcos son más pronunciados de lo que cabría esperar, ya que, para albergar el lector de huellas en la parte inferior, crece el borde inferior frente al superior, perdiéndose así la simetría.
Quizá haber trasladado el lector a la parte trasera, como han hecho sus competidores, sería un movimiento más acorde a cómo se están dando las cosas en diseño, pues deja la sensación de que 5,7" podrían caber en un cuerpo más pequeño. Ahora es cómodo en mano, pero se echa de menos contar con un modelo del tamaño de la primera generación.
La calidad del lector de huellas siempre es algo que Motorola ha cuidado desde que los introdujera en la familia, y como cabía esperar, en el Moto G6 no hay fallos ni en la lectura ni en el uso del lector como lugar donde albergar con gestos las funciones de los botones de navegación. Sí que hay que puntualizar que en el reconocimiento para encender directamente la pantalla con solo colocar el dedo, el terminal es algo más lento de lo que hemos visto en sus competidores, aunque tampoco es grave.
Lo mismo ocurre con el reconocimiento facial, es rápido y preciso, e incluso discrimina entre ojos cerrados y abiertos para desbloquear o no, pero, aunque sea por milisegundos, es algo más lento que el Huawei P20 Lite llevando a la pantalla de inicio. En situaciones de luz compleja no se defiende mal del todo cuando con el brillo de la pantalla logra iluminar la cara (cosa no común con brillo automático a oscuras), pero la realidad es que, para prácticamente cualquier contexto, el lector de huellas sigue siendo mejor. Dejar ambas soluciones activadas no es contraproducente, sino todo lo contrario.
Frente a una pantalla LCD de referencia como la del iPhone 8 Plus, el Motorola Moto G6 logra ser bastante preciso reproduciendo color, aunque algo más frío en el balance de blancos, y en ningún momento hay problemas de nitidez. Como cualquier pantalla de esta gama, sufre en ángulos complejos mostrando negro, momento en el que todo se envuelve de un halo amarillento bastante visible. En cuanto a brillo máximo, decir que la luz del sol estaba muy presente en Sao Paulo, y que sin llegar a defenderse como otros terminales superiores, no da problemas a la hora de mirar redes sociales o hacer fotos.
Pasando a las cámaras, la realidad es que se comporta algo mejor de lo que esperaba, y puede deberse a su apertura f/1.8. El año pasado, el Moto G5 Plus tenía problemas enormes de nitidez, particularmente en baja luz, y es algo que han corregido en este modelo, que ni siquiera es su sucesor, por lo que quizá haya que esperar más del G6 Plus y su Dual Pixel. Pese a añadidos interesantes como el reconocimiento de objetos y lugares, la experiencia con la app de cámara no es brillante, eso sí. Por una parte, tiene HDR automático, pero no lo lanza siempre que es pertinente. Por otra parte, si se establece que el HDR esté siempre activado, las tomas se vuelven bastante lentas. No hay que olvidar que el corazón es un Snapdragon 450, pero lo cierto es que se podría esperar algo más. El detalle no es excelente y encontramos mucha nitidez artificial en los bordes, pero eso sí es algo que se espera en este rango de precios y que está incluso en flagships.
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El modo retrato, que queda algo escondido pero que con el uso se mueve a la interfaz principal de la cámara, no lo hace mal del todo pero no llega al nivel de terminales como el Mi A1. Hay problemas con recorte en zonas que no deberían ser complicadas. Algo a destacar es que se puede elegir el punto sobre el que enfocar a posteriori, dar más desenfoque a la foto e incluso establecer que el fondo sea blanco y negro y el resto color, y viceversa.
En baja luz tampoco cabía esperar maravillas, pero es reseñable que el sensor de 12 megapíxeles y su amplia apertura no sólo captan mucha más luz que el Huawei P20 Lite, que ha salido hace poco al mercado por 120€ más, sino que tienen mucho menos problema enfocando y haciendo fotos más o menos decentes en nitidez a la primera. En el caso del Huawei una buena toma puede conllevar varios intentos. Moto no es referente en imagen, pero las apuestas que han hecho aquí van por muy buen camino.
En el software hay poco que decir. Motorola sigue siendo Motorola y eso es sinónimo de fluidez y de añadidos útiles como los gestos para lanzar la cámara o silenciar. La experiencia era bastante buena en su antecesor, y ahora Oreo, el Snapdragon 450 y 3 GB de RAM de base ayudan a conseguir rendir mejor que terminales de mayor categoría. Eso sí, Motorola debe trabajar las aplicaciones propias. Por ejemplo, la de teléfono es especialmente lenta en lanzarse, y en la app de cámara hay cosas por pulir al cambiar entre modos.
Con respecto a la batería es pronto para hablar, pues no hemos podido acceder aún a una tarjeta SIM brasileña. Sin embargo, dado la exigencia del día a nivel de cámara y brillo máximo para exteriores, llegar a 6 horas de pantalla probablemente no sea ninguna quimera. 3000 mAh y el Snapdragon 450 son buena combinación. El aspecto del sonido transmite sensaciones parecidas a las de la cámara. Además de más volumen, también tiene más cuerpo que el P20 Lite, cuyo sonido es bastante enlatado.
Conclusión
El Motorola Moto G6 ha mejorado absolutamente en todo, y eso conlleva subir el precio hasta los 249€. Frente a los 179€ de unos años es algo sustancial, y particularmente en España se enfrenta a colosos como Xiaomi y Huawei que, aunque quizá no ofrezcan este diseño, sí integran procesadores más rápidos, aprovechan mejor los marcos o llegan con más RAM y almacenamiento. La apuesta de Motorola es sólida y recomendable, pero a falta de hacer el análisis y comparar más, no es, desde luego, el chollo y única opción que durante una época fue. Habrá que esperar a la primera semana de mayo para comprobar si nuestras impresiones son acertadas.