Los talent show acostumbran a ser una mina de contenido viral de muy distinta índole. Sin salir de España, el reciente resurgir de Operación Triunfo fue un claro ejemplo de la importancia de las redes en este formato. Fuera de nuestras fronteras, pese a que también cuenta con versión española, Got Talent es uno de los formatos más exitosos y seguidos de todo el mundo. Así, es fácil recordar concursantes recientes como la cantante sorda o la niña ventrilocua que pisaron el escenario de la edición americana.
De una versión hermana, Britain's Got Talent, sale el vídeo que hoy nos ocupa y que ya se ha convertido en el primer fenómeno de la edición, habiendo conseguido el pase directo a la fase final gracias al botón dorado en la primera semana de audiciones. Es la historia de Marc Spelmann y un truco de magia muy especial, con un impactante lado emocional. Spelmann, de 46 años e interesado por la magia desde hace casi treinta años, es seguro en el escenario, con un discurso directo y convincente.
Como tantas otras veces en este tipo de números, pide la colaboración de los cuatro presentadores: David Williams elige a ciegas una cera de colores de entre 27 posibles, Alesha Dixon selecciona una carta de una baraja completa, Amanda Holden tiene la labor de "desordenar" un cubo de Rubik y Simon Cowell debe redondear, completamente a ciegas, una palabra de una página al azar de un libro de más de 600 páginas.
¿Para qué? A raíz de eso Spelmann declara que afirmar conocer al dedillo qué iba a ocurrir esa noche desde hace días e incluso semanas sería interesante pero no "magia de verdad" (de hecho, es algo que se ha hecho múltiples veces en el programa); a raíz de ahí, afirma conocer lo que iba a ocurrir desde hace dos años y habla de la verdadera magia, centrando el discurso en su hija: Marc y Tessa, su mujer, pasaron por siete rondas de fecundación in vitro hasta que el embarazo llegó, justo después de que ella fuera diagnosticada con cáncer de pecho. Por si fuera poco, Isabella, la hija de ambos, sufriría leucemia desde su nacimiento pero, gracias a la quimioterapia, terminaría superando la enfermedad. Ahí, afirma Spelmann, está la verdadera magia.
Pero volviendo al truco, Isabella tenía un gran papel que jugar: Marc echa mano de un vídeo grabado en el que podemos ver a la niña en diferentes etapas de su crecimiento; primero pintando con un color, el rojo; luego, durmiendo con un peluche de un pingüino; todavía más pequeña, desordenando las cosas de su padre y consiguiendo una combinación determinada en el cubo de Rubik; por último, en unas imágenes de una Isabella aprendiendo a hablar le escuchamos decir "hat". Y, efectivamente, esos cuatro elementos son exactamente los mismos que los escogidos, "al azar", por el jurado. Un gran número, de explicación aparentemente complicada, con un potente y emocional hilo narrativo. Botón dorado.
Ahora bien, ¿existe la magia? Evidentemente y por desgracia, no. Y como la completa totalidad de números de magia e ilusionismo que han pasado por talent show como Britain's Got Talent, la rutina de Spelmann tiene truco. O trucos, mejor dicho. Desde "forzar" la elección de la cera de colores y la carta que él quería conseguir, con una pequeña caja trampa y con una baraja llena de cartas iguales, hasta modificar un cubo de Rubik (¿no os parece sospechosa la caja que utiliza?) o transmitir la sensación de aleatoriedad a la hora de redondear una palabra con algo tan sencillo como utilizar un rotulador sin tinta y "forzar" la elección de una página redondeada previamente. Todo ello queda explicado en el segundo vídeo de este texto.