Facebook no quiere que se repita de nuevo una situación como la de Cambridge Analytica, y menos que lo haga en la nueva red mimada: Instagram. Por ello, la red social fotográfica ha recortado el acceso a su API a un buen número de aplicaciones de terceros para evitar el acceso a los usuarios, y a las que permite interactuar con la red, les ha reducido el número de accesos que pueden hacer por usuario y por hora.

Qué es Cambridge Analytica y cómo actúa

Es un movimiento muy importante en tanto reduce de un plumazo el mercado de servicios de terceros que se había creado en torno a la red social, reduciendo la exposición de los usuarios a estas aplicaciones (aunque sea el usuario el que en todo momento autoriza a las apps de tercero el acceso a la cuenta), y a la vez limitando enormemente el acceso a los datos de los usuarios que hasta ahora tenía esas aplicaciones. Menos apps y menos datos.

Ahora los desarrolladores de apps legítimas se han levantado en guerra con la red social, y por una razón muy sencilla. Instagram ha limitado el acceso a la API sin anunciarlo a los desarrolladores, lo que les ha impedido actualizar sus aplicaciones a tiempo para cumplir las nuevas especificaciones y limitar las llamadas a la API.

Veremos en que queda todos el asunto, pero hay aplicaciones de análisis por suscripción que cobran hasta 5 dólares al mes a sus usuarios, que de un plumazo se han quedado sin la mayoría del acceso a los datos y por tanto, han dejado de prestar servicio a sus usuarios. En pocas palabras, una muerte lenta y silenciosa para este ecosistema que se había creado en torno a la red social.

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