En los últimos años, Huawei se ha convertido en la nueva Samsung, y es muy frecuente pestañear y toparse con nuevos modelos prácticamente iguales a los anteriores. El Huawei P20 Lite llega con un apellido muy ambicioso y con varios prejuicios que romper. Analizamos qué ofrece al ecosistema, cómo le afecta el notch y si EMUI logra ser la capa que esperamos.Desde la llegada del Huawei P8 Lite, Huawei es considerada una de las reinas de la gama media. Sobre todo lo es por número de ventas, pero es innegable que desde China están haciendo un gran trabajo, que se está viendo reflejado en el hardware que con mucha frecuencia traen al mercado.

En ese sentido, el final del año pasado y el comienzo de este han dejado un aluvión de terminales que resulta bastante complicado diferenciar, más allá de tamaño: Mate 10 Lite, Honor 7X, Honor 9 Lite y P Smart son los modelos más parecidos que ha lanzado Huawei, en la nueva era de la no diferenciación: todos tienen pantalla 18:9, pocos marcos, doble cámara, un Kirin 659, un almacenamiento base y RAM decente, etc.

¿Qué ingrediente cabe añadir a la ecuación? Fuera de un apellido más prestigioso, como P20, mejorar el talón de Aquiles de la gama media de Huawei: EMUI. La capa de personalización ha mejorado enormemente desde la época de los Ascend P6 o Ascend P7 en la gama alta, pero en la gama media, es frecuente encontrar situaciones en las que el usuario sólo desea Android puro.

El gran reto del Huawei P20 Lite es, además de ser mejor que su predecesor, lograr convencer al usuario final de que pese a su parecido con sus hermanos menores, su software probablemente mejorado con EMUI 8 y Oreo, su puerto USB-C, la presencia de NFC y la existencia de un notch son argumentos de peso para desembolsar unos 100€ adicionales o incluso más.

Un hardware demasiado parecido al de sus hermanos

El Huawei P20 Lite cuenta con todos los elementos que dan forma a un smartphone vanguardista en 2018: pocos marcos, notch, trasera de cristal, doble cámara, lector de huellas, USB-C y NFC. El conjunto llega con una pantalla de 5,84" que en mano se sienten mucho más ligeras que las 5,93" del Honor 7X. No es un terminal pequeño ni lo parece, pero sus formas redondeadas y su 80,5% de frontal ocupado por la pantalla va más allá que cualquiera de sus hermanos más económicos, a causa del notch frente a los dobles marcos inferiores y superiores de los otros.

El cristal siempre se agradece estéticamente, y en mano depende. Aunque la sensación siempre es buena, a veces resulta muy resbaladizo. No es el caso del Huawei P20 Lite, que en esta semana de prueba nunca ha hecho aspaviento de caerse. Sí es algo más peligroso en una superficie ligeramente inclinada, y más si se trata de una de cristal, pues estas se convierten en auténticos toboganes. Integrado en ese cristal, como solía ser signo de identidad de los Huawei, encontramos el lector de huellas, que como siempre funciona a una velocidad rapidísima y permite "despertar" el terminal y hacer uso de gestos como botón obturador de cámara.

En su delgado marco lateral derecho de aluminio de 7,4 milímetros de grosor encontramos la botonera, compuesta por teclas de encendido y de volumen. Como ya viene siendo típico en Huawei, la calidad de estas es muy buena tanto en materiales como en solidez de integración. Un recordatorio de que un doble click sobre el botón de bajar volumen cuando la pantalla está apagada lanza una foto a toda velocidad.

En la parte opuesta está el slot para dos tarjetas nanoSIM o nanoSIM y microSD. Que el almacenamiento, que en España parte de 64 GB, no sea nunca un problema. Algo a celebrar, no por su exclusividad pero sí por su inclusión, es el puerto USB-C. Por fin llega a la gama media de Huawei el nuevo puerto que tanto hemos echado de menos desde el año pasado, y con carga rápida de 18W.

Este último se trata de un aspecto fundamental, pues los 3000 mAh, que en pantallas de este tamaño en Android deberían estar tan desterrados como el microUSB, reportan una autonomía mediocre lo mires por donde lo mires. El Kirin 659 no es tan eficiente como el Snapdragon 625, y lo más común es no superar las 4 horas y media de pantalla en días con uso mixto entre Wi-Fi y datos. Con uso intensivo de cámara, GPS y pantalla a buen brillo, la cosa puede quedar incluso peligrosamente cercana a las 4 horas de pantalla. Es el punto más negativo del terminal, sobre todo porque por mucho menos desembolso, hay competidores como el Redmi 5 Plus que superan las 7 horas de pantalla sin ningún tipo de esfuerzo.

A la derecha del puerto USB-C encontramos un altavoz que no tiene un volumen elevadísimo, pero que no distorsiona al máximo. Por el camino se pierde, por supuesto, toda riqueza, pero el sonido enlatado es algo que vemos incluso en la gama alta. Complementa el sonido el jack de 3.5 mm, puerto por el que los auriculares hacen uso de la antena para la bienvenida Radio FM. En el aspecto de audio, lo más reseñable, aunque comenzará a ser normal con Oreo, es el soporte de códecs Bluetooth como aptX y aptX HD.

La pantalla es uno de los elementos más importantes de cualquier smartphone, y con el mencionado ratio del 80,5% sobre el frontal, en el Huawei P20 Lite es protagonista total de la experiencia. Lo primero a mencionar de ella es su resolución 2280 x 1080 píxeles o Full HD+, que arroja una densidad de 432 píxeles por pulgada, una cifra notable incluso en gama alta, siempre que el panel sea LCD, como es el caso.

En cuanto a calibración, color y contraste, la pantalla está por encima de sus hermanos pequeños y de otros terminales como el Redmi 5 Plus. El contraste que ofrece es alto para su gama, y los ángulos son buenos hasta que miramos en diagonal con las esquinas, punto en que perecen incluso otros terminales superiores como el Huawei P10. El balance de blancos es frío si comparamos con pantallas ajustadas a los valores ideales como la del iPhone 8 Plus, pero es algo que puede modificarse a gusto del usuario en los ajustes de pantalla. Algo que no puede modificarse es el hecho que por la falta de soporte del DRM, el Huawei P20 Lite no puede reproducir contenido en HD de Netflix, como le ocurre al OnePlus 5T.

El brillo máximo tampoco defrauda frente a lo que cabía esperarse, aunque no alcanza los valores de gamas superiores bajo el sol, a lo que se unen mayores reflejos. Esto, unido a que se sigue viendo la malla de la capa táctil que no vemos en OLEDs o en LCD de gama alta, hace que no podamos hablar de una pantalla sobresaliente incluso en su gama, como sí ocurre con el Samsung Galaxy A8. Un aspecto que me ha decepcionado desde el primer día es la resistencia de ambos cristales, pero sobre todo el delantero: llevándolo en bolsillos limpios y sin llaves unas pocas horas, pude ver cómo desde el primer día aparecían arañazos profundos y se perdía parte de la primera capa de la pantalla.

Con la cámara llega uno de los puntos que debemos mirar con lupa, y como suele pasar, las sensaciones son mixtas. De día transmite muy buenas impresiones, con una nitidez superior a terminales como el P Smart o el Honor 9 Lite presentados recientemente, sin que eso lleve a producir milagros. Pese a no tener HDR automático, no se desenvuelve del todo mal en situaciones de contraste, pero siempre echaríamos de menos que HDR fuera un ajuste automático de la pantalla principal de la cámara y no una función escondida, particularmente cuando el rango dinámico es limitado. Si ampliamos a tamaño completo, veremos que el gran problema del Huawei P20 Lite, más allá del detalle máximo que permite una cámara como esta, es el sobreprocesado de los bordes de los objetos, que se percibe en halos alrededor de ellos a causa del exceso de nitidez. Es algo que también ocurre en sus hermanos mayores.

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Un aspecto positivo para la gama ante la que estamos es que, gracias a la cámara de 2 MP que acompaña a la principal de 16 MP, tenemos efecto de profundidad (que con personas puede ser "modo retrato" literal), y que está mejorando respecto a lo visto el año pasado en estas gamas. Sigue habiendo fallos de recorte, pero ahora lo que más destaca para mal es el blur que se aplica, que sigue sin imitar bien al efecto de las ópticas de réflex, tanto en naturalidad como en progresividad. En cualquier caso, si hay fallos, podemos revertir a posteriori el efecto, por lo que nunca perderemos una toma.

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La lente tiene una apertura baja para estos días (f/2.2), y que el tamaño del píxel sea de tan sólo 1 micrómetro indica que no veremos maravillas cuando caiga la noche. Seguimos esperando a la compañía capaz de integrar un estabilizador óptico en esta gama. Samsung lo hizo en 2016 en el Galaxy A5 y desde entonces es algo inédito. La falta de calidad en baja luz queda plasmada en tomas que tienen más ruido de la cuenta, a causa de tener que subir mucho el valor ISO. La nitidez tampoco acompaña, pero al menos ya no es inexistente como en el Honor 7X.

Contra el Samsung Galaxy S7, que a menudo puede verse a precios similares a los de este Huawei P20 Lite, no hay nada que hacer.

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Vayamos 4 años atras. iPhone 6: 8 MP, f/2.2 y 1.5 micrómetros de tamaño de pixel sin estabilización óptica. El Huawei P20 Lite no es capaz ni de captar tanta luz ni de mantener el color como hace el iPhone. La gama media, sigue lejos de los terminales top de hace años, es algo que no paramos de ver.

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Nos acercamos a 2018. Le toca el turno al LG G6, comparable al P20 Lite en precio dadas las grandes rebajas que LG ha hecho sobre su precio. Claramente se puede ver como el detalle obtenido por el terminal surcoreano es mucho mayor. Si no se aprecia en la comparativa, sugiero comparar las fotos del álbum. El P20 Lite pierde mucho detalle, y sobre todo luminosidad y color donde el LG G6, sin ser ningún referente, lo mantiene muy decentemente.

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Por último, comparativa directa con su predecesor, el Huawei P10 Lite. Esta es una comparativa más justa que las anteriores, y aquí el P20 Lite, a la izquierda, muestra como desde 2017, la gama media de Huawei ha ganado algo de nitidez y mejor retención de color. Se explica con un aumento de resolución y el empleo de un sensor más moderno.

P20 Lite a la izquierda. P10 Lite a la derecha.

P20 Lite a la izquierda. P10 Lite a la derecha.

*Todas las imágenes se pueden consultar a tamaño completo en este álbum*.

EMUI 8.0, ¿esta vez sí?

El apartado del hardware ha sido resuelto de forma notable por Huawei como hemos repasado, pero el software era el verdadero talón de aquiles de la compañía en modelos anteriores de esta gama y el aspecto con el que era más escéptico. Veamos qué tal se comporta EMUI 8.0 bajo Oreo.

Lo primero a destacar es que, como ya mencionó mi compañero Nicolás Rivera en la reseña del Huawei P20 Pro, uno de los problemas a solucionar por Huawei sigue siendo el aspecto de la estética. Sobre gustos no hay nada escrito, pero si enmarcamos a Huawei en el ecosistema Android, en el que impera Material Design, la realidad es que la homogeneidad de los diseños propios de la compañía china comparada con los del resto de desarrolladores tiende a 0.

Otra cosa que depende del gusto es la estética de los iconos de la pantalla principal, pero bajo mi impresión siguen anclados en el pasado frente a las tendencias que Google impulsa con cada versión y especialmente en los Pixel. La sensación siempre es de estar ante algo arcaico, aunque los temas, y sobre todo los launchers estén ahí para echar un cable al usuario ávido de personalización.

En cualquier caso, teniendo en cuenta que el bloatware se va reduciendo con honrosas excepciones como Booking y Netflix, el mayor problema de EMUI es la desorganización imperante en sus ajustes. Hay que pasar mucho tiempo con el terminal para descubrir opciones como poder quitar el nombre de la operadora de la parte izquierda del notch (de lo contrario apenas caben iconos de notificaciones). El punto más grave me ha parecido que en el proceso de activación del dispositivo no se anuncia que el terminal dispone de desbloqueo facial, por lo que si configuras una huella y no vuelves a pasar por los ajustes de seguridad, ni te enteras. Su rendimiento con buena luz es decente, por cierto, pero teniendo la alternativa del lector de huellas no veo la necesidad de usar algo peor.

Tampoco se informa de que la pantalla se puede encender con tan sólo levantar el terminal. Es un ajuste que se queda enterrado en accesibilidad, cuando debería estar presente, aunque fuera por duplicado, en la sección "Pantalla". Otra cuestión a solucionar es la homogeneidad entre modelos. ¿Por qué algunos terminales como el Honor 7X, en teoría inferiores, cuentan con doble toque sobre la pantalla para encenderse y el Huawei P20 Lite no? ¿Por qué **los P20 superiores pueden "esconder" el notch y aquí no hay ni rastro de la opción**, cuando es algo que depende exclusivamente de software?

Hablando del notch, y siguiendo lo dicho por Nicolás, lo cierto es que aunque no se pueda ocultar, "desaparece", porque nos olvidamos de él. Los problemas del terminal, como el no reconocimiento de toques de la interfaz de Stories de Instagram que hace que compartir una foto sea una tarea agobiante (algo relevante teniendo en cuenta su uso hoy en día) son más por la proporción 18:9 que por el notch.

Para adaptar la interfaz al notch en el Huawei P20 Lite, lo que la compañía china hace es alargar la barra de notificaciones, haciéndola coincidir con el nacimiento de la famosa ceja. Es algo que a lo largo de la semana me ha funcionado bien, pero que los primeros días me fallaba hasta que cambié el tamaño de elementos de la interfaz. Tal y como venía de fábrica, el notch ocupaba más que la barra de notificaciones, comiéndose algo de espacio de la parte superior de las aplicaciones. Más que algo que no permitiera usar distintas funciones de la interfaz, era incómodo visualmente, pues los iconos de notificaciones y la hora no guardaban simetría en la zona.

Pasando finalmente al rendimiento, la experiencia es mucho mejor que en el Huawei P10 Lite y en el Honor 7X, particularmente en situaciones de mucha exigencia, aunque eso no la hace excelente. En verano viajé con el P10 Lite y al usar Spotify conectado por Bluetooth al coche junto a Google Maps, era frecuente ver aparecer cuelgues, algo que también señalé en la reseña del Honor 7X.

No sé si por Oreo, por una mejor memoria interna o por optimización general, pero el Huawei P20 va mucho mejor, y no he tenido ningún momento de pensar que estaba en 2011, como sí me pasó con los anteriores. La experiencia en el día a día, sin ser la de Android puro o, incluso algo por debajo, MIUI, es aceptable. Ahora todo se ralentiza menos al instalar o actualiza aplicaciones y con demanda por bluetooth y GPS, aunque noto ciertos lags, en ningún momento congelaciones de muchos segundos, como antes.

El mayor problema de este Huawei P20 Lite en cuanto a rendimiento es que su Kirin 659 está pensado para competir con el Snapdragon 625, que si bien seguimos defendiendo como buen procesador, tiene ya dos años. Por 369€, **Huawei debería competir con el Snapdragon 636 o incluso el Snapdragon 660, pues el Kirin ya lo monta en dispositivos cercanos a la franja de los 200€. El mayor problema es que los juegos no van todo lo fluidos que podrían, porque la Mali de dos núcleos no da para más. El P20 Lite estaba llamado a estrenar el rumoreado Kirin 670 con NPU, pero parece que habrá que esperar a un posible Mate 10 Lite u Honor de gama más alta. Como hecho anecdótico del poco avance de los chips de Huawei en gama media, un Huawei P9 Lite fue más rápido abriendo casi todas las apps corrientes en el día a día**, como redes sociales, WhatsApp, cámara o navegador.

Conclusión

Desde la presentación, tenía grandes dudas sobre el Huawei P20 Lite, y se han resuelto tras una semana de uso. EMUI ha mejorado en esta gama y ya entra dentro de lo aceptable, aunque no dentro de lo excelente. Por debajo tiene muchos modelos que pueden dar muchas lecciones en rendimiento, tal y como hacen sus hermanos mayores a sus competidores.

La cámara, el otro gran punto sobre el que cabe dudar, ha mejorado sobre el Huawei P10 Lite, pero quizá no tanto como cabía esperar un año después y con una subida de precio. Destaco, sobre todo, el desenfoque, que sin resultar realista, ofrece unos resultados buenos que mejoran tanto en recorte como en blur lo ofrecido por los anteriores modelos de Huawei. El problema es que incluso pagando 369€ en lanzamiento, no te llevas algo muy superior a lo que otros ofrecen por más de 100€ menos.

Es cierto que el terminal bajará escalonadamente hasta los 220 que aproximadamente cuesta su antecesor ahora, pero por 300€, Huawei tiene en el mercado un modelo muy superior como es el Honor 9, más rápido, más solvente, con cámara monocromo, zoom sin pérdida, y mejor autonomía. Si nos vamos a los 400€, podemos encontrar al Huawei P10, que trae mejores lentes y almacenamiento de primera clase a todo eso. Lo mismo ocurre con terminales como el LG G6 o el Samsung Galaxy S7. ¿Es recomendable entonces el Huawei P20 Lite? Sí, sin duda, pero siempre que se encuentre bastante por debajo de los 300€. De la misma situación partía el Huawei Mate 10 Lite, y ha tardado 5 meses en bajar 100€. Por unos 200€, un Xiaomi Mi A1 no te da una experiencia peor, sino mejor en varios aspectos.

Pros

  • Cámara: sin ser excelente, es algo mejor que la de sus competidores directos, y el desenfoque mejora a buen ritmo.
  • Biometría: el desbloqueo facial, y sobre todo el lector de huellas, están a un buen nivel.
  • Componentes: frente a anteriores modelos, por fin no echamos nada en falta. USB
  • C, NFC, Wi
  • Fi dual y brújula están presentes.
  • EMUI: no hay que dejar de valorar que aporta mucho control al terminal, y funciones útiles como app gemela o espacio privado.

Contras

  • Poca diferenciación: Huawei ha tenido que recurrir al notch para que el P20 Lite fuerse distinto de al menos cuatro menores pequeños, pues el resto es prácticamente similar.
  • Autonomía: desde hace algún tiempo, los mejores gama media aguantan una jornada de forma airosa. No es el caso.
  • Procesador: El Kirin 659 es un buen chip para terminales de 150€ menos, pero en este rango esperamos más, particularmente en GPU.