La caída de la estación espacial china fuera de control es inminente. Según la mayor parte de estimaciones, Tiangong-1 realizará la reentrada en la atmósfera terrestre en torno al 1 de abril, aunque puede haber un margen de error en las predicciones de aproximadamente un par de días. Así finalizará el viaje de la primera estación que China logró poner en órbita en 2011.

La estructura, con un peso inicial de 8,5 toneladas incluyendo el combustible y unas dimensiones de algo más de diez metros, completa una veintena de órbitas alrededor de la Tierra cada día. Su reingreso en la atmósfera será entre las latitudes de 42,8° norte y 42,8° sur, una amplia región que incluye buena parte de América, el sur de Europa y la totalidad de Oceanía, África y los océanos Atlántico, Índico y Pacífico.

Su caída fuera de control, después de que la agencia espacial asiática perdiese el contacto en 2016, ha generado cierta incertidumbre en la sociedad, a pesar de la llamada a la tranquilidad realizada por los especialistas. Según explica a Hipertextual Javier Armentia, astrofísico y director del Planetario de Pamplona, la estación viaja a algo más de 20.000 kilómetros por hora en su trayectoria alrededor de la Tierra, pero en cuanto entre en la atmósfera frenará, se calentará muchísimo y se vaporizará prácticamente en su totalidad.

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Crédito: ESA CC BY-SA IGO 3.0.

"Objetivamente no hay ningún riesgo. No es un objeto excesivamente denso. Pesa unos 8.000 kilogramos, pero tiene unos paneles solares que son lo primero que se va a desgajar y quemar", comenta Armentia por teléfono. El astrofísico señala que la estructura presenta materiales en forma de "metales muy ligeros, como aluminio o determinadas aleaciones, porque subir una estación al espacio es carísimo". "Son materiales ligeros, a nada que se calientes y vibren, no van a tener una respuesta estructural muy sólida. Es decir, se van a deshacer y todo lo que se fragmente se quemará. Le va a pasar lo que a Cassini en Saturno: en cuanto entre en la atmósfera, se acabó", asegura el experto.

Solo un caso registrado de daños por basura espacial

Al igual que sucede en otras disciplinas, como la seguridad alimentaria, el riesgo cero no existe y puede que haya alguna pequeñísima probabilidad de que algún fragmento de Tiangong-1 sobreviva a la reentrada atmosférica. De toda la basura espacial que rodea a la Tierra y las piezas que alguna vez han caído sobre nuestro planeta, solo se conoce un caso registrado de una mujer que recibió un golpe en Estados Unidos. Sucedió en junio de 1997, según informaron por aquel entonces los medios, cuando una joven de Tulsa (Oklahoma) recibió un pequeño impacto en un hombro de un trozo de chatarra venida del espacio, sin sufrir heridas ni complicaciones.

No obstante, según la Agencia Espacial Europea, las probabilidades de que una pieza de la estación golpee a una persona es diez millones de veces menor que el riesgo anual de que nos alcance un rayo. En otras palabras, aunque existe una mínima posibilidad de que algún fragmento de Tiangong-1 no llegue a incendiarse del todo en la atmósfera y caiga hacia la superficie, es mucho menos probable que dicha pieza llegara a una zona habitada y golpeara a una persona.

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"La gente pone el ejemplo del Skylab, cuando cayó un trozo del tamaño de un frigorífico", comenta el astrofísico Javier Armentia a Hipertextual. Durante la década de los setenta, un trozo del insigne laboratorio norteamericano resistió las altas temperaturas de la atmósfera e impactó contra un desierto australiano, sin causar daños materiales ni personales. "Sí, podría pasar algo así, aunque lo más probable es que [de suceder] cayera en el fondo del mar. Al fin y al cabo, la Tierra sigue siendo agua principalmente", explica el director del Planetario de Pamplona.

Durante las próximas horas, Tiangong-1 continuará su descenso sin control hacia nuestro planeta. Una vez que entre en la atmósfera terrestre, la estación espacial china frenará en mayor o menor medida en función del nivel de partículas que presente la ionosfera en ese momento. Lo más probable, según coinciden los especialistas, es que la estructura se incendie en ese momento y tal vez pueda verse desde la superficie como un punto brillante de luz en el cielo. Pero en el caso de que algún fragmento sobreviva a las altísimas temperaturas, el riesgo de que ocasione algún daño es realmente bajo. En los próximos días conoceremos cuál es el destino final de Tiangong-1 en su último viaje desde el espacio.