La política francesa Marine Le Pen, líder del grupo ultraderechista Frente Nacional, ha sido imputada por la justicia del país por unos tweets publicados en su perfil de la red social en el año 2015. Es acusada por la difusión de "mensajes violentos que incitan al terrorismo o pornografía o pueden dañar seriamente la dignidad humana", lo cual puede conllevar una pena de hasta 3 años de cárcel y el pago de la cantidad de 75.000 euros.
Las elecciones a la presidencia del pasado año contra Emmanuel Macron no fue lo único que perdió la líder del partido nacionalista, sino que también fue retirada su inmunidad como parlamentaria, lo cual hace posible que ahora tenga que hacer frente a estas acusaciones. La publicación en cuestión, realizada después de los ataques de París, se componía de un texto en el que se podía leer "¡El ISIS es esto!" acompañado de tres imágenes de ejecuciones del grupo terrorista, una de ellas la del periodista norteamericano James Foley, que había comparado previamente a Frente Nacional con el Estado Islámico.
Las reacciones no se han hecho esperar en una figura mediática que ha vivido acompañada de la polémica desde sus primeras apariciones en el espectro público. Le Pen confiesa sentirse atacada, afirmado que está siendo perseguida "por haber condenado los horrores del ISIS". "En otros países esto me habría valido una medalla", sentencia.
Más vigilancia ante el terrorismo en redes sociales
Las publicaciones relacionadas con el terrorismo son uno de los focos de atención de la Unión Europea a corto plazo, habiendo propuesto ayer mismo unas recomendaciones a las compañías que se encuentran tras estas para controlar el contenido de esta índole en las mismas. Entre las propuestas de la Comisión se encuentran la creación de herramientas para una mayor y mejor detección de las publicaciones perjudiciales o la eliminación de este contenido en un periodo máximo de una hora tras su publicación, por ejemplo.
La Unión Europea quiere que las redes sociales eliminen contenido terrorista en –máximo– una hora
Las redes sociales se han convertido en un potente canal de comunicación para propagar información de manera fácil y rápida (veraz o no) siendo utilizadas por millones de personas para mantenerse al tanto de lo que ocurre en todo momento alrededor del mundo. Ante esto surge la natural necesidad de establecer un mayor control que permita reducir unos riesgos que cada vez son mayores en lo concerniente a actitudes terroristas.