La lengua materna es aquella que aprendemos desde nuestro nacimiento, la que la madre (o el padre) transmite a los hijos. Se reconoce este idioma como el que ha sido aprendido de forma natural y sin intervención pedagógica. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) quiso dar la importancia que se merece a la lengua materna y estableció el día 21 de febrero como el momento en el que se rinde homenaje al idioma que pasa de padres a hijos.

Según alerta la UNESCO, las lenguas maternas están en situación de amenaza y "algunas están desapareciendo completamente. Con la extinción de los idiomas mengua también la rica urdimbre de la diversidad cultural. Se pierden posibilidades, tradiciones, recuerdos, modalidades únicas de pensamiento y expresión, recursos valiosos necesarios para lograr un futuro mejor".

La importancia del Día Internacional de la Lengua Materna

Dentro de la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna, la organización opta por realizar diversos eventos para dar importancia a este gran atributo. Desde Hipertextual, queremos enfatizar que una de las riquezas de las lenguas es precisamente su diversidad y diversos significados para una misma palabra dentro de un mismo idioma.

Más de 400 millones de personas hablan castellano en el mundo. ¿Lo mejor? Que cada país tiene un acento diferente y, además, utiliza palabras distintas para referirse a estados de ánimo, comida y, por supuesto, palabrotas.

A pesar de los estragos de la conquista, México y España son dos de los países con mayor intercambio cultural entre ambos. Películas como Y tu mamá también con los mexicanos Gael García Bernal, Diego Luna y la española Maribel Verdú son el ejemplo de ello. La migración española a la República llegó a su punto álgido durante la Guerra Civil y en los años posteriores del franquismo. En la actualidad, 130.800 españoles residen en México, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística de España (INE).

El gran número de españoles que viven en el país azteca pone de relieve que algo ha acabado enganchando a estas más de 130.000 personas que han decidido quedarse en México. El primer contacto parece ser siempre bueno, sobre todo para aquellos españoles que se han encontrado con una réplica de la estatua de la Cibeles en la colonia Roma de la Ciudad de México. Pero, como recién llegados, muchas palabras utilizadas por los mexicanos tienen un sentido competente diferente en España y, al no controlar estos términos, corren un grave peligro de ser "albureados".

Lo mismo ocurre con los mexicanos que viajan a España (menos por el albur), quienes se dan cuenta de que los desayunos en el país son mucho menos copiosos que los de su lugar de origen (no, no se desayuna chilaquiles) y encontrar un buen taco al pastor por un precio razonable puede resultar complicado. Según datos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) de 2016, en España viven alrededor de 51.140 mexicanos.

La riqueza cultural es una de las fortalezas de nuestro idioma pero también puede crear situaciones incómodas (aunque graciosas) para los recién llegados. Esta guía está dedicada a todas aquellas personas que se han visto envueltos en situaciones de confusión por no entender el significado de una palabra o que han sido, de una manera u otra, "albureados" sin piedad.

Palabras cotidianas

  • En México, no te duchas, te bañas (aunque no sea en una bañera o, como se diría en mexicano, en una tina).
  • Cuando es verano y hace mucho calor, todos tenemos muchas ganas de meternos en la alberca, o como se dice en España, en la piscina.

  • En España, una persona con el pelo rizado es como alguien que tiene el pelo chino en México (y no tiene nada ver con el gigante asiático).

  • Para lavar la casa es importante trapear o, lo que es lo mismo, fregar en España.

  • Cuando se contesta al teléfono, el simple "¿Sí?" o "¿Dígame?" es muy poco común en el país latinoamericano, en el que se contesta con "¿Bueno?".

  • Si en la Ciudad de México ves al señor que vende los tradicionales tamales, le oirás decir que están "calientitos". No es un error de dicción, realmente se dice "calientito" en lugar del calentito de los españoles.

  • En España, después de una noche de fiesta puedes tener una resaca monumental. En México, después de una buena peda tienes una buena cruda. Seguramente en este caso hayas bebido una cerveza de más o, como se diría en México, una chela.

  • "¿Mande?" es lo que dicen en México si no han entendido algo. Para España, con un simple "¿Qué?" puede bastar.

  • Si vas a ir a algún lugar "luego-luego" o la calle que buscas está después de la esquina "luego-luego" significa que va a estar justo ahí o que vas a ir a un lugar ahora mismo.

  • Aunque seas morena, todo el mundo te llamará "güero" o "güera" en las calles de México. No significa que seas lo que en España se entiende por "rubia", sino de tez blanca (o como te diría un mexicano, "güero de la piel"). Aunque hay una frase muy famosa que afirma que "en el tianguis, todos somos güeros".

  • El tianguis, por cierto, es un mercado itinerante que se instala en diferentes barrios dependiendo del día de la semana y en el que se vende ropa, accesorios, zapatos, comida. De todo.

  • Una de las cosas que más llama la atención de los mexicanos en España y vice versa es el título que se le ponen a las películas. Lo que conocemos en España como Solo en casa, el clásico de Macaulay Culkin, se conoce en México como Mi pobre angelito. Un misterio para los mexicanos es por qué en España se tituló Die Hard, de Bruce Willis, como Jungla de cristal. Y esto son solo dos ejemplos de cómo los dos países han logrado destrozar muchos títulos de películas.

Palabrotas, groserías y malentendidos

Una de las palabras que crea más conflicto entre los dos países es "coger". En España, se coge todo: un taxi, el abrigo, el autobús... En cambio, en México, este verbo se utiliza como sinónimo de tener relaciones sexuales. Podemos imaginar la estupefacción de algunos mexicanos cuando escuchan a un español decir que "va a coger un taxi o un bolígrafo". Seguramente se preguntar el cómo lo conseguirá.

Otra de las cosas que se pueden coger en España es la chaqueta cuando hace frío. De nuevo, una palabra peligrosa en México, donde se denomina "chamarra". Para el mexicano, la chaqueta es lo mismo que una masturbación para los hombres: como se dice comúnmente en España, una paja.

Es curioso cómo muchos términos sexuales acaban malinterpretándose entre los dos países y, además de coger y chaqueta, otro de los que causa más causa ruido para los españoles seguramente sea el verbo "correr". Lo primero que nos viene a la mente es la actividad física, aunque, para otros, esta palabra también es sinónimo de tener un orgasmo. Por ello, es más que curioso para el español que la comida de menú en México se llame "comida corrida". Otros ejemplos, el equivalente a que te despidan del trabajo o que te echen de un sitio es que "te corren".

Dicen que lo primero que se aprende de un idioma extranjero son las palabrotas. A pesar de tratarse del mismo idioma, el castellano cuenta con múltiples palabras para insultar a una persona. Estos son algunos de los términos más utilizados en España y en México que son vitales para conducir por el intenso y desesperante tráfico de la Ciudad de México o para ver un partido de fútbol entre el Barça y el Real Madrid:

(Con perdón:)

En España: gilipollas, coño, joder, maricón, tontolava, pagafantas, me cago en la puta, hostia o no me toques los cojones.

En México: carajo, pendejo, puto (para denominarse a los homosexuales), pinche, güey. Y hasta pueden juntarse para formar un solo insulto: puto pinche güey o pinche güey puto.

El albur

Cualquier persona que tenga intenciones de viajar a México debe antes ser advertido acerca de la afición nacional: alburear a los extranjeros. Pocas naciones han elevado a casi un deporte la práctica del doble sentido como el país azteca. De hecho, se realizan concursos de albures, el Festival del Albur y hasta hay una reina del albur.

Hace 20 años, Lourdes Ruiz estrenó ese título al convertirse en la primera campeona del torneo de albures de la Ciudad de México tras vencer a hombres y mujeres en esta justa de agilidad verbal. Hoy en día, sigue impartiendo un taller de "albures finos" en el barrio capitalino de Tepito.

Las reglas oficiales del Concurso Nacional del Albur son:

  • No insultar directamente al contrincante.
  • No usar palabras soeces (es causa de descalificación inmediata).
  • Si no contestas en menos de 5 segundos, pierdes.
  • No repetir un verso.

Así que para evitar acabar siendo la comidilla de algún mexicano, estos son algunos indicadores para darte cuenta cuándo estás siendo víctima del albur:

  1. Siempre, siempre, siempre, lo que te están diciendo nada tiene que ver con el sentido literal de las palabras empleadas o la oración completa, así que busca la connotación sexual. Por ejemplo: no se hablan pero sí juegan o vamos a meterle el muñequito a la rosca. Ambas frases suenan muy inocentes a primera vista, pero las dos están haciendo referencia a los órganos sexuales.

  • Los albures usan el verso rimado en vez de la prosa. Busca la rima formando nuevas palabras con todas las sílabas empleadas. El inicio del albur probablemente no está al principio de la oración, sino entre las palabras. El ejemplo más común son los nombres con albur: Mónica Galindo = Moni - caga - lindo o Rosa Melcacho = Rosame - el - cacho o Lomas Ajeo = lo masajeo. Otro tipo de ejemplo: ¿con queso bas o con queso plas? = ¿con qué sobas o con qué soplas? o ¿te gustó el queso plabas o el queso babas? = ¿te gustó el que soplabas o el que sobabas?

  • Palabras usadas para referirse al miembro masculino: chile, chorizo, cíclope, corneta, garrote, leño, longaniza, macana, negra, ñonga, pájaro, pelón, pirata, pistola, plátano, salchicha y verdura.

  • Verbos más utilizados: agarrar, arrimar, beber, besar, chupar, comer, echar, embarrar, jugar, lamer, meter, picar, saborear, sacar, sentar, sumir, tocar, tomar, raspar y restregar.

  • Tipos de albures:

    • Frases: "No sacudas la cuna que despiertas al niño", "No salgas, yo te chiflo", "Atrás se pide pero por delante se despacha" o "No se apene, pásele joven".
    • Nombres propios: Bertha Nates, Elber Gonzales, Rosa Celeste o Jorge Nitales.
    • Preguntas: ¿en las taquerías, comes parado?, ¿cual es el pájaro que lleva tenis? o ¿cuál es el pájaro más caballeroso?
    • Pueblos mágicos de México: San Jasmeo o Tejeringo el Chico.
    • Otras lenguas: Teruge Tumono o Mohammed Labara.
    • Comparativos: "No es lo mismo apalear un techo, que techar un palo", "No es lo mismo huele a trastes, que atrás te huele" o "No es lo mismo los montes de Tapachula, que tápate los montes, chula".
    • Piropos: "¡Con esos pelotones, se pone firmes mi general!", "Quisiera ser ardilla para comerte, bellota" o "¡Quisiera ser mecánico para meterle mano a esa máquina!".

    Al final, el chiste del albur es que es un juego de agilidad mental. Solamente se pueden responder con otro albur. Cuando alguien te alburea, incluso si no entendiste, lo más que espera de ti es que intentes contestarle con otro juego de palabras. De lo contrario, le causará aún más gracia tu incomprensión. Es una diversión similar a cuando un niño pequeño guarda un secreto. El poeta Octavio Paz lo explica así en su famoso libro El laberinto de la soledad:

    [...] el vencido es el que no puede contestar, el que se traga las palabras de su enemigo.

    Por eso nadie te quiere explicar un albur. Es similar a cuando un mago revela el secreto de sus trucos de magia, se acaba el chiste.

    El misterio de las afirmaciones en el argot mexicano

    • Sí: a web, a wilson, a huevo (o su sinónimo "a producto de gallina"), bambi, cámara, camarón, claro, clarines, clarín cornetas, órale, por su pollo, sip, simón (y su derivado simonkey), va que va, ya estás y ya estufas.
    • También: tambor.
    • No: nelson (o sus derivados "nel" o "nel pastel"), ni maíz, ni madres, nop, naranjas y nanay.
    • Neta o neto: la verdad.
    • Ya sabía: obvio microbio.
    • Ahorita: no significa inmediatamente. Por el contrario, es un forma amable de decir que luego, y el margen de tiempo puede ser de un minuto hasta... nunca.
    • Igual: iguanas ranas.
    • Ya nos cayó el chahuistle: el chahuistle es, literal, un hongo que ataca al maíz. Por eso, los mexicanos lo usan para referirse a cuando alguien es pillado haciendo una acción incorrecta.
    • Ahí nos vidrios: ahí nos vemos.
    • Aguas: ¡cuidado!
    • Pedo: no solo es un sinónimo de gas intestinal, sino que se usa para referirse a la fiesta, un borracho o un problema.
    • Pásele a lo barrido: significa "entre a mi hogar que está recién limpiado para recibirlo, apreciable visita".

    Y vice versa, en el argot español

    • Liar: te puedes liar con una persona (en un sentido amoroso) o puedes liarla durante una noche de fiesta. También es sinónimo de "cagarla", cuando haces algo mal.
    • Bulo: es una mentira.
    • Pillar: cuando te "pescan", te ven haciendo algo que no debes.
    • Chony: es el equivalente a "naco".
    • Guay: el equivalente a "chido".
    • Hostia: no es la que se come en la Iglesia, sino que esta expresión se utiliza como sinónimo de "carajo".

    Para acabar con esta guía, contamos con la ayuda de la actriz mexicana Salma Hayek, quien terminará de explicar algunos de los términos más comunes que debes saber para entender a tus "cuates" (o "valedores") mexicanos:

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