El Samsung Galaxy S9 presume de ser el primer teléfono móvil con una lente de apertura variable. Su set fotográfico es capaz de hacerla oscilar, de forma mecánica, entre un factor f/1.5 y otro f/2.4. Cuando la escena es luminosa, hace uso de la apertura de menor tamaño; cuando ocurre lo opuesto, el set aumenta la apertura de forma automática y logra capturar más luz.
El planteamiento es efectivo, y el Galaxy S9 promete ser una de las mejores cámaras fotográficas de este 2018. Pero, ¿qué aporta realmente este sistema de apertura dual? ¿Cuáles son los beneficios de este nuevo sistema?
Samsung no responde públicamente a esa pregunta. Y ninguna de las acciones comerciales creadas en torno al Galaxy S9 comenta los beneficios reales de este sistema. Insisten en que “se adapta como el ojo humano a la cantidad de luz disponible”, pero ese claim no es más que una verdad a medias.
Entendiendo la apertura
La variabilidad de apertura afecta de cuatro formas a una fotografía:
- Profundidad de campo. En cámaras avanzadas, con un sensor de gran tamaño, la variabilidad de la apertura permite jugar con la profundidad de campo y, por consiguiente, con el efecto bokeh. A más apertura, más bokeh, y viceversa. Así es como las cámaras profesionales consiguen los maravillosos retratos con fondo desenfocado.
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Cantidad de luz. Si el “agujero” por el que pasan los rayos es más grande (f/1.5), entra más luz en el sensor y las fotografías nocturnas son, consecuentemente, mejores.
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Nitidez. La teoría es fácil: una apertura menor suele contribuir a una mejor nitidez y definición de los contornos. Una apertura de mayor tamaño (f/1.5), suele causar el efecto inverso.
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Distorsión. Dada la física de la lente, el gozar de una mayor apertura afecta directamente a la distorsión de la imagen en los bordes. Una lente f/2.4 presenta, con total seguridad, menos distorsión que una lente f/1.5.
¿Se reproducen estos beneficios en el Galaxy S9?
Samsung asegura que, gracias a la apertura variable, el teléfono es capaz de captar más luz y tomar mejores fotografías en todos los escenarios posibles. ¿Es cierto?
- Profundidad de campo. En sensores tan pequeños como los de un teléfono móvil, el efecto de esa variabilidad de apertura resulta prácticamente imperceptible. La profundidad de campo de una fotografía tomada con apertura f/2.4 y una tomada con f/1.5 es prácticamente igual. Si el efecto fuera notorio, Samsung, Apple y Huawei no utilizarían una segunda cámara para crear desenfoques artificiales por software; recurrirían, simplemente, a la física de las lentes.
Cantidad de luz. Samsung podría haber montado una lente fija con apertura f/1.5 y obtener los mismos resultados lumínicos que con este sistema de apertura dual. El modo f/2.4 solo se activa cuando "sobra" luz. Y si "sobra" luz, Samsung solo tiene que reducir el tiempo de exposición y la ISO. No es necesario montar un sistema que reduzca la apertura hasta f/2.4 cuando tienes otros dos parámetros distintos con los que puedes satisfacer esas situaciones sin ningún compromiso.
Nitidez. Aunque esta podría ser una de las grandes razones para montar un sistema de apertura variable, las breves pruebas realizadas con los Galaxy S9 no muestran una mejora significativa en términos de nitidez y definición cuando la apertura de su lente varía entre los valores establecidos.
Distorsión. Efectivamente. La única razón de peso para montar una apertura variable es la distorsión causada por la lente del teléfono. Tal y como la física explica, cuanto mayor es la apertura de una lente, mayor es, también, la distorsión causada en la imagen. En condiciones de baja luminosidad, prevalece el captar más luz que la distorsión; pero en condiciones lumínicas positivas, donde la luz no es un problema para los smartphones modernos, el Galaxy S9 puede sacrificar su apertura, elevar ligeramente el tiempo de exposición y reducir la distorsión causada por la lente.
Una característica de escasos beneficios y mucho olor a marketing
Tanto en la presentación como en el material promocional, Samsung no explica claramente que el único beneficio de la apertura variable es la menor distorsión de la lente. Y no lo hacen por una sencilla razón: porque no vende.
Que los bordes de una imagen queden algo menos curvos por usar una apertura f/2.4 no atrae al público convencional. Es más fructífero lanzar afirmaciones como “somos los primeros con apertura variable” o “nuestra cámara es capaz de adaptarse a la luz como el ojo humano”. Eso sí que vende Galaxy S9s.
Y Samsung aprendió de sus errores