La Gran Pirámide de Guiza está a punto de desvelar nuevos datos sobre su interior, su construcción y, sobre todo, la nueva cámara descubierta recientemente con la que los investigadores quieren probar algunas teorías sobre la forma en la que los egipcios levantaron ese enorme monumento mortuorio en medio del desierto.
Desde el descubrimiento de su interior, los expertos siempre han apostado a que existen cámaras, pasillos y pasadizos nos descubiertos que puede arrojar un poco más de luz sobre las discrepancias actuales que hay sobre la construcción de las pirámides. Como sucede con la tumba del rey Tutankamón, para la que se siguen considerando algunas teorías como que contiene antecámaras adicionales, la Gran Pirámide de Guiza despertó el interés de los investigadores sobre estos temas en los últimos años.
La física de partículas desvela un intrigante espacio en la Gran Pirámide de Egipto
De hecho, recientemente se han realizado escaneos por radar de penetración terrestre y otras herramientas, que revelaron nuevos espacios vacíos y ha dado alas a las más descabelladas teorías, muchas de ellas han levantando cierta controversia con expertos del gobierno Egipto que consideran que está fuera de lugar.
Ahora, y con motivo de esa nueva cámara estanca, se va a volver a explorar algunas secciones de la Gran Pirámide de Guiza con diminuto drone que permite a los investigadores colarse por los recovecos más recónditos de la pirámide. El sistema parte de un modelo conceptual que permite explorar zonas con la mínima invasión pero con más precisión y presencia que los sistemas de radar terrestre.
El dispositivo puede pasar por un orificio de 3,5 centímetros, expandirse e inflarse. Está hecho de dos pequeños robots, uno equipado con una cámara HD y otro equipado con el dirigible que el que permite desplazarse por cualquier cámara siendo controlado desde dentro de la pirámide por un equipo que puede recibir los datos, imágenes y mapeado en tiempo real.
El proyecto se pondrá en marcha por los institutos de investigación franceses Inria y CNRS, que se han unido para construir este dirigible robótico que se espera esté en marcha en algún momento del año que viene, enfocando su uso para este tipo de monumentos en los que se requiere la mínima invasión posible.