A mediados de septiembre, la NASA anunció el final de una de sus misiones más exitosas. La sonda Cassini, que llevaba explorando Saturno desde hacía trece años, había alcanzado la atmósfera del planeta de los anillos, desintegrándose para siempre. Pero antes de completar su último viaje, la nave logró uno de los últimos regalos que le ha brindado a la humanidad.

Cassini consiguió capturar una de sus últimas fotografías: un mosaico completo de Saturno y sus satélites. Durante dos horas, la sonda realizó ochenta imágenes desde un amplio ángulo de visión. Cuarenta y dos fotografías han sido combinadas ahora por la NASA para completar un mosaico que recrea el planeta de los anillos y algunas de sus lunas más importantes, como Encélado, Epimeteo, Jano, Mimas, Pandora y Prometeo.

La NASA planificó el final de la misión, que se estrelló el pasado 15 de septiembre contra Saturno, precisamente con el objetivo de no contaminar otros lugares de gran interés por su habitabilidad, como Encélado o Titán. Las tres imágenes difundidas ahora muestran, por un lado, el mosaico original creado a partir de las fotografías originales de Cassini, así como dos mosaicos retocados, uno con un poco más de brillo y otro anotado, para reconocer las diferentes lunas que pueden apreciarse. Las imágenes en alta resolución pueden contemplarse en la página web de la NASA.

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Fuente: NASA.

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Fuente: NASA

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Fuente: NASA.

"La recompensa científica de Cassini ha sido realmente espectacular, con una amplia gama de nuevos resultados que condujeron a sorpresas, como el hallazgo de las partículas minúsculas de los anillos al descubrimiento de nuevos paisajes en Titán o Encélado y el interior profundo de Saturno", destaca Robert West, del Jet Propulsion Laboratory, en un comunicado difundido por la agencia espacial norteamericana.

La misión de la NASA exploró Saturno y sus satélites desde 2004 hasta 2017. Su actividad científica permitió desvelar la inusual actividad geológica de Encélado, la luna en la que se han descubierto evidencias de habitabilidad, así como el hallazgo de un mar de metano en su satélite más grande, Titán. Los últimos instantes de Cassini antes de estrellarse contra el planeta permitieron obtener datos científicos únicos, como este último regalo en forma de mosaico acerca de Saturno y algunas de sus lunas.