El próximo 7 de noviembre se pone a la venta la Xbox One X, la versión mejorada de la consola que se convertirá en la más potente del mercado.
Con esta actualización de hardware, Microsoft apuesta por los sesenta cuadros por segundo, resolución 4K, hasta 8 millones de píxeles en pantalla y HDR para experiencia más inmersiva, por medio de 6 teraflops de potencia, 1,8 más que la PlayStation 4 Pro. También hacen énfasis en el buen gusto con un diseño nuevo pero que sigue en la línea de la Xbox One S. Potencia no tiene por qué significar mal gusto y es lo que la compañía busca demostrar.
Tenemos ya la consola, publicaremos un análisis en detalle en próximos días pero aquí tienes un unboxing de la consola para ir preparando motores.
Gran hardware
La Xbox One X cntará con un CPU de ocho núcleos funcionando a 2,3GHz, es decir, 30% más rápido que la Xbox One y un GPU de 40 unidades de computación a 1,1Ghz. 12GB de memoria RAM GDDR 5 a 6,8GHz en una interfaz de memoria de 12 canales de 32 bits, es decir, 384 bits en total, con lo cual pretenden darle todas las facilidades posibles a los desarrolladores para generar gráficos realmente potentes. Por último, un disco duro de 1TB
Sólo queda saber si Microsoft logrará atraer a los desarrolladores de videojuegos. En últimos tiempos la compañía se ha enfrentado a una sequía de exclusivos con éxito, tanto en títulos originales como en acuerdos con otros estudios.
Para que los juegos desarrollados para la Xbox One soporten la potencia adicional de la Xbox One X deben ser parchados o deben de tener componentes extras que aprovechen la nueva generación de la consola, de la misma forma que sucede con la PlayStation 4 Pro. El tiempo nos dirá si la industria responde de forma adecuada.