Si por algo se conoce a Apple es por el nivel de atención al detalle que pone en cada producto, en cada anuncio o en cada presentación. Esta ha sido una de las claves de la compañía desde sus primeros días gracias a la impronta de Jobs, conformando un legado que se ha mantenido a lo largo de los tiempos, al menos hasta ahora. Ese cuidado en los procesos, ese nivel de entendimiento de las necesidades particulares de cada momento, parecen haberse difuminado con la aparición del iPhone X.

Los problemas con la cadena de producción se llevan comentando ya tiempo y, de hecho, la semana pasado se tuvo conocimiento de los aspectos concretos en los que más dificultades estaría teniendo Apple a la hora de hacer realidad el terminal, además de la reducida cantidad de unidades que estarán disponibles para el día del lanzamiento. La pregunta es clara: ¿cómo es posible que Apple no haya podido anticipar esto para su modelo estrella?

Según cuentan en *Bloomberg*, la razón de que Apple se encuentre ante un problema de este calibre se debe a los altos estándares que se han querido fijar en la compañía para este modelo. A los actuales problemas de producción referidos a la antena, sensores faciales y lentes, hay que sumarle también el de la nueva pantalla OLED. Aunar toda esta nueva tecnología en un único modelo, sumado a los cortos espacios de tiempo con los que se trabaja en estos casos, dan como resultado un problema del cual conoceremos la magnitud cuando se abra el periodo de reservar este próximo viernes.

Se acumulan los problemas en la producción del iPhone X

Un plan fallido, otra vez

Los astros se han alineado de manera errónea para Apple con el iPhone X, sí, pero también lo hicieron con los AirPods el pasado año, saliendo al mercado con una de las peores tasas de disponibilidad que un producto de la tecnológica ha tenido en años. No obstante, ambos hechos podrían responder a la circunstancia de que estamos hablando de dos productos totalmente novedosos en lo que respecta a su fabricación, necesitando de una mayor exigencia y unos procesos más depurados.

No es la primera vez que Apple lanza algo innovador en gran medida, pero también es verdad que nunca antes la demanda de sus productos había sido tan grande. Lo que es un buen síntoma, juega ahora en su contra cuando se trata de satisfacer a un cliente que quiere tener el producto lo antes posible.

La otra gran incógnita es si Apple conseguirá mejorar la producción hasta el punto de poder dar respuesta a las compras de la temporada navideña, una de las más fuertes del año para la compañía. Este año podría ser excepcional, aunque todo apunta a que el drama estará asegurado también durante Navidad. Otro año será.