Los libros en sí forman un universo inconmensurable. Desde antes de la imprenta, que permitió reproducir libros y publicaciones mucho más rápido que los métodos manuales, se confeccionaron muchos títulos que hoy en día sorprenden y despiertan la admiración (y el misterio).
Como ejemplos podemos poner el misterioso Manuscrito Voynich, un libro que ha esquivado cualquier esfuerzo realizado hasta el momento para desvelar su contenido. También Las Crónicas de Núremberg, la joya entre los libros más importantes de la historia. Un libro que narra la historia universal desde la creación hasta lo que nombra como, "el fin del mundo".
La biblioteca que guarda los libros más extraños del mundo
En este mismo tenor encontramos al libro conocido como: "Traité des couleurs servant à la peinture à l’eau" (algo así como: Tratado de los colores para pinturas a base de agua), documento que data del año 1692. El libro está firmado por un tal “A. Boogert”, sin que se tengan más datos del autor. Y es que la cultura del libro era muy distinta en ese entonces, es decir, los títulos como tal tomaron importancia con el tiempo pues en un principio a los libros se les llamaba según la finalidad de su contenido. En otras ocasiones, como esta, se desconoce casi todo del autor a excepción de su obra.
Este fabuloso tratado de colores es un libro extenso y casi hipnotizador. Está conformado por 800 páginas bellamente coloreadas a mano. Como su nombre lo indica es un tratado de color en donde se muestran las distintas tonalidades de las acuarelas con dos y tres partes de agua, así como amplias paletas de colores.
La teoría del color de Goethe y su relación con la personalidad del ser humano
Con esto en mente ya podemos imaginarnos el tiempo que le tomó a este artista en realizar cientos de páginas coloreadas a mano. Un trabajo que por lo menos raya en el perfeccionismo y en la obsesión. El autor no se propuso cosa menor y su exhaustivo análisis de las combinaciones y posibilidades del color demuestran el complejo universo de los colores que no a pocas personas alrededor del mundo y a través de la historia ha cautivado. Como el estudio apasionado de la teoría del color de Goethe, por ejemplo.
En la actualidad es muy conocida la guía Pantone, el tratado de color que todo artista gráfico utiliza y en el que se basan industrias completas para hablar en el mismo lenguaje. Fue en 1963 que se publicó por primera vez y año con año se edita una nueva guía. Esto viene al caso porque el tratado de A. Boogert sería una especie de Pantone de la época, en todo caso una guía sobre las posibilidades de color que se podía conseguir con práctica y mucha dedicación.
Los tiempos en los cuales fue hecho este tratado corresponde a una época en la que las artes plásticas cobraron una gran importancia en Europa. En el siglo XVII se desarrolló ni más ni menos que el llamado Siglo de oro neerlandés. Con estos ambientes de interés por las artes es que se confeccionaron y pintaron las páginas de este bonito tratado del color. Lo más curioso es que a pesar de su carácter educativo, como según explica el autor en la introducción del libro, no se trata de un libro que se diera a conocer a gran escala o que llegara a manos de pintores y artistas de la época. En un principio por su hechura a mano y la imposibilidad de reproducirlo con facilidad.
El libro original se encuentra al resguardo de la Biblioteca de Méjanes de Aix en Provenza, Francia. Para observarlo con detenimiento, para hipnotizarnos con sus páginas y páginas de colores y tonalidades podemos, por fortuna, verlo en formato digital y en alta calidad en: Bibliothèque Méjanes.
[Vía: Open Culture]