El 19 de septiembre ya se ha convertido en una fecha de dolor para los mexicanos. Después del sismo de 1985, que provocó el derrumbe de miles de edificios y de víctimas mortales en la Ciudad de México, el mismo día, 32 años después, otro terremoto hizo temblar la capital mexicana. A pesar de que la magnitud fue menor en el de este 2017, el sismo de 7.1. se cobró de más de 300 víctimas mortales hasta el momento y 43 edificios derrumbados, según el Instituto para la Seguridad de las Construcciones en la Ciudad de México.

Después de 1985, salió a la luz la fragilidad de la infraestructura y la mala calidad de la construcción en algunos casos, que tuvo como consecuencia la implementación de medidas para asegurar las estructuras de los edificios como la Ley del Sistema de Protección Civil. Renato Berrón, director general del Instituto para la Seguridad de las Construcciones en la Ciudad de México, explicó para Hipertextual después del terremoto del pasado 8 de septiembre que se han aprobado "normas y reglamentos más severos, y los coeficientes utilizados para diseñar se incrementaron para construir edificios más robustos, más fuertes y con mucha mayor resistencia".

La gran lección que dejó a la Ciudad de México el terremoto de 1985

En un nueva entrevista tras la tragedia del pasado martes 19 de septiembre, Berrón destacó que de los 43 edificios derrumbados en la capital mexicana, solamente un 10% fueron construidos después del sismo. Todavía no se tienen evidencias de las irregularidades de estas construcciones o si violaron las normas vigentes pero, según el experto, "podríamos decir que sí han habido buenos resultados del reglamento" que empezó a aplicarse después del 19 de septiembre de 1985 para aumentar la seguridad de los edificios.

Sin embargo, el director general del Instituto para la Seguridad de las Construcciones en la Ciudad de México, recordó que el terremoto del pasado martes no se ha comparado con la magnitud del de 32 años atrás y que esto quiere decir que "se ha puesto a prueba la ciudad pero puede venir un sismo todavía mas fuerte".

Muchos edificios fuertemente dañados quedaron de pie porque el sismo no duró diez segundos más. Pero estuvimos muy en el límite. Eso hay que considerarlo, hay bastante edificios con daños y que tienen que ser desocupados; unos 600 registrados hasta el momento.

El terremoto de la semana pasada ha hecho recordar a los supervivientes del sismo del 85 la sensación de ver cómo la Ciudad de México se desploma. En el marco normativo, esta catástrofe puede fomentar que se regulen todavía más los procesos de construcción. Para Renato Berrón, lo ocurrido le ha hecho recordar que "somos muy vulnerables y que nunca hay que bajar la guardia".

El terremoto del 85 fue un parteaguas para la normatividad de la infraestructura en la capital mexicana. Lo ocurrido el 19 de septiembre de 2017 no marcará un antecedente tan claro, pero sí que fomentará la implementación de nuevas reglas y, sobre todo, una mejora de las ya existentes. El doctor Berrón afirmó en entrevista con Hipertextual que la normatividad técnica está a la vanguardia y bien desarrollada científicamente, pero que el Telón de Aquiles es la adecuada supervisión de las obras.

Las medidas para la reconstrucción

La Ciudad de México sigue recolectando toda la ayuda posible para las víctimas del terremoto pero, en un plazo mayor, la capital deberá afrontar el reto de la reconstrucción de los edificios derrumbados y el mantenimiento de los afectados. En este sentido, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, ha firmado un decreto este martes 26 de septiembre para apoyar temporalmente a las personas que perdieron su vivienda.

Para los que estén esperando un informe definitivo sobre el estado de su edificio, el Gobierno otorgará 3.000 pesos (unos 150 euros) para la renta de un nuevo espacio. Por otro lado, todos los datos de las personas e inmuebles afectados se actualizarán en Plataforma MX, una página del Gobierno centrada en la recopilación de información tras el sismo.

Mancera afirmó que también crearán un programa social para la atención de emergencias sociales y económicas y una comisión para la reconstrucción de la capital. Según el jefe de Gobierno, estas medidas facilitarán la supervisión de 10.800 inmuebles afectados en diferentes niveles por el temblor de magnitud 7.1.

Estas medidas, anunciadas con la intención de facilitar la reconstrucción de la ciudad, facilitará la complicada tarea aunque, tal y como alertó Renato Berrón, los retos van mucho más allá. En la capital mexicana siguen existiendo muchos edificios que fueron construidos antes del terremoto de 1985 y que son muy vulnerables a nuevos sismos. La falta de mantenimiento provoca que se vayan deteriorando y, sobre todo los que se encuentran en el centro de la ciudad, pueden ser víctimas de hundimiento o de derrumbe en caso de un terremoto de alta intensidad.