No es un ningún secreto que las ventas de teléfonos móviles en los últimos años no han sido una de las principales fuentes de alegría para Sony. Los números han ido descendiendo de manera paulatina tras cada nuevo lanzamiento de una empresa que no ha sabido adaptarse a las demandas reales del mercado y que, pese a proponer terminales con unas especificaciones correctas, no consiguen convencer al público general.

La compañía japonesa ha presentado hoy los resultados fiscales del que es su primer trimestre del año, arrojando así luz sobre el estado en el que se encuentra la división Mobile. Con unas ventas superiores a las del último periodo de 2016, la caída respecto al primer trimestre del año pasado es de tan solo un 2,5 por ciento, alejándose en gran medida del montante negativo del 33,7 por ciento cosechado en las mismas fechas. Los ingresos, de igual manera, también representan una ligera mejoría, lo cual podría ser precedente de un mejor año en términos económicos.

El cambio de actitud adoptado por Sony de manera reciente para que su división de móviles dejara de ser un agujero constante parece estar dando los resultados esperados, frenando lo que parecía un desastre de proporciones mayúsculas. Con el foco puesto en la gama más alta del mercado y unos smartphones que ahora arrojan un mayor margen de beneficio en cada venta, a la compañía le basta con vender menos para mantener la estabilidad.

Una estabilidad que, por cierto, no está destinada a durar demasiado si no se produce un cambio más profundo en la manera de concebir el papel que juegan sus dispositivos en el mercado actual, donde la mayoría de modelos de la gama premium de distintos fabricantes resultan más atractivos en términos generales. Quizá Sony podría permitirse vivir sin una división Mobile entre su líneas de producto, con unas ventas en otros apartados que superan ampliamente a esta, pero no es una situación ideal en un momento donde los smartphones acaparan buena parte de la atención internacional.

La evolución a lo largo de los últimos años en cuanto a ingresos y beneficios en móviles refleja el profundo rechazo del público hacia las propuestas de la compañía, pero también que la línea de actuación está siendo acertada de cara a los beneficios. Mantenerse en esa tesitura con un smartphone que sea capaz de convencer y posicionar de nuevo a los japoneses en el foco de los consumidores puede ser la clave de cara al futuro más próximo. Les quedan todavía tres trimestres más en 2017 para hacer esto efectivo.

La nueva estrategia de Sony Mobile: menos dispositivos, mayor rentabilidad