Parece ser que Susan Fowler no sólo abrió la Caja de Pandora en Uber: su efecto se está replicando en un gran número de tecnológicas de Silicon Valley. Y ya no sólo compañías punteras, ahora a la lista también se suman las aceleradoras: 500 Startups concretamente.
Travis Kalanick se despedía de su puesto como CEO de Uber hace unas semanas por, entre otras muchas cosas, su mala gestión de la estrategia de negocio y ver se salpicado por los escándalos de sexismo en su empresa. Tras su marcha, una larga lista de implicados también se han despedido de su puesto directivo en la empresa de transportes más grande del mundo. Y de los coches pasamos a las aceleradoras: David McClure, fundador y CEO de 500 Startups ha tenido que pedir disculpas por su mal comportamiento con las mujeres durante varios años y, por consiguiente, decir adiós a su cargo. Al contrario que Uber, que gestionará la dirección de la empresa desde la junta directiva durante algunos meses, la aceleradora ya tiene el intercambio para el puesto del polémico CEO. McClure que, pese a ejercer como CEO sólo tenía una posición de cara a los inversores y la galería. Una suerte de relaciones públicas con buenos contactos que dejaba el trabajo sucio a una de las socias fundadoras de la entidad: Christine Tsai. Será ella la que, a partir de ahora, tome las riendas de 500 Startups, tanto de su división de aceleradoras como su negocio mundial.
500 Startups: la capacidad de resolver problemas es lo más importante
En cualquier caso, el cese de McClure tiene un origen. Ya eran varios los rumores que apuntaban a una conducta inapropiada por parte del CEO de la aceleradora, peor fue un artículo publicado en The New York Times el que ha terminado de confirmar el dato. En el texto de la cabecera estadounidense se entrevista a varias mujeres que han trabajado para grandes compañías tecnológicas. Entre ellas, Sarah Kunst que participó en una de las aceleraciones de 500 Startups habló de su relación con el CEO como de intolerable para una mujer en 2014, cuando ella tenía 31 años. Añadió que, por aquel entonces se sucedieron una serie de mensajes a través de Facebook con comentarios también indecorosos.
Y ante este panorama, McClure no ha tenido más remedio que dimitir y pedir perdón por un comportamiento que asume que ha sido equivocado:
En particular, cuando reflexiono sobre mis primeros años en Silicon Valley no hay duda de que dije e hice cosas desagradables que provocaron que algunas mujeres se sintiesen incómodas, inseguras y/o desanimadas. En los entornos sociales, con el pretexto de broma, siendo colegial, coqueteando o para pasar un buen rato. Sin duda, causó que algunas mujeres se cuestionasen a sí mismas, que se sintiesen solas. Y me preocupa que no puedan ser sus ellas mismas. Al perpetuar estúpidamente una cultura plagada de burlas, y de la presión de grupo para salir a beber, hice algunas mujeres sintiesen ansiedad y miedo. Lo siento.
Con este texto se ha despedido McClure dando paso a Tsai. Pero no queda duda de que el conocido CEO de la compañía se ha llevado el mérito de haber fundado una e las aceleradoras más activas del mundo y con 1.200 empresas globales a sus espaldas.