Aunque el iPhone se lleva la atención de la gente y el iPad se lleva los recursos de marketing de Apple, el Apple Watch es posiblemente el dispositivo más interesante de cara al futuro que tiene ahora mismo la empresa. Al igual que ocurría a mediados de los noventa con los ordenadores domésticos o a principios de los 2000 con los teléfonos inteligentes, los relojes están tomando el pulso del momento, encontrando su identidad a la espera de conseguir la fórmula que les catapulte en ventas y les haga conquistar muñecas. WWDC 2017

El presente del Apple Watch podemos considerarlo como bastante bueno. Quizá no un gran éxito de ventas, pero tampoco nada parecido a un fracaso: después de convertirse en líder del mercado de wearables, por encima de Fitbit, se alzó como la mayor marca de relojes del mundo por ingresos, por encima de Rolex.

Ahora Apple quiere darle un empujón al interés de la sociedad por su reloj, y lo ha hecho con algunas novedades como una buena colección de nuevas esferas. Desde algunas personalizables a través de colores y texturas que nacen de fotografías que nosotros mismos indiquemos o caleidoscopios, hasta... ¡Toy Story! Los amantes de Pixar y nostálgicos en general estamos de enhorabuena.

También se ha mejorado la aplicación de Entrenamiento, que sufre una ligera renovación de la interfaz para hacer los entrenamientos más simples y fáciles de acceder, así como la posibilidad de realizar entrenamientos por intervalos. Los logros también se amplían para hacerse un poco más espectaculares, y por tanto, más memorables después de haberlos conseguido.

Algo parecido hemos visto con la aplicación de Apple Music: nueva interfaz para seguir puliendo el mayor dilema de cómo debe llevarse una aplicación a una pantalla tan pequeña que cabe en una muñeca. A falta de ver cómo se desempeña en el día a día y si hace más atractiva la idea de controlarla desde esa muñeca, la primera impresión visual es bastante buena: las listas que más escuchamos, y otras sugeridas por Apple, aparecen antes en nuestro reloj.

La interfaz con más potencial es la de Siri, que quiere ir más allá de ser un mero asistente por voz a introducir componentes de inteligencia artificial para aprender de nuestro día a día y del contexto para personalizar de la mejor forma posible la pantalla de inicio del Watch con una interfaz basada en cartas: nos muestra lo que cree que más nos va a interesar en cada momento en base a la hora del día, el lugar en el que estemos, el día de la semana que sea y por supuesto nuestros patrones de uso.