Era precioso cuando lo compraste: pequeñito, adorable, simpático y fácil de cuidar. Con el tiempo, sus necesidades fueron creciendo. Y ahora es una auténtica molestia. No hay tiempo ni dinero. Pero no vas a sacrificar a tu mascota, ¿verdad? Así que haces lo que crees más conveniente: "devolverlo" a la naturaleza. Craso error. Tu pequeña mascota se va a convertir en un gigantesco problema para el medio, nunca mejor dicho.
Mascotas exóticas
Cada vez son más el número de mascotas exóticas que podemos adquirir. Las especies extrañas, vistosas y sorprendentes llaman la atención. Para otros amantes de los animales son un reto. Y para el medio ambiente, un peligro. Pero esto último suele olvidarse entre las plumas y escamas de colores. Por eso, cuando el animal es una carga para el dueño, este se deshace de él. Lo que no sabe (o sí, pero le da igual) es que su mascota amenaza seriamente a cuanto le rodea. Especialmente si hablamos de especies capaces de crecer hasta tamaños increíbles. Estas, en concreto, se vuelven más fuertes que sus competidores, se reproducen más fácilmente y necesitan muchos más recursos. Al final desplazan a otros animales típicos de la zona natural que invaden y pueden llegar a extinguir varias especies de un emplazamiento. ¿De qué especies hablamos? Aquí van algunos ejemplos.
El pez dorado
Seguro que has visto este animalillo en más de una pecera. El carpín dorado, Carassius auratus es muy típico de casas que quieren una mascota para los niños. Algo que no manche demasiado y sea fácil de cuidar. Un día, sin embargo, los pequeños ya no le prestan atención: "¿para qué voy a seguir cuidando de este bicho?", piensan los atareados parentales. Y al lago que va el pececito. Seis años después, un pescador (con licencia) saca del mismo lago a una monstruosidad de varios kilos y color naranja brillante. Eso sí, del resto de peces típicos de la zona no hay ni rastro. Puede parecer una exageración, pero no lo es. En las condiciones adecuadas, Carassius auratus es un colonizador excelente, con una puesta de huevos muy prolífica. Estos peces se alimentan de otros huevos, tanto de peces como de otras especies, aniquilando la reproducción de otros animales. Esto suele provocar un desequilibrio en el ecosistema que afecta negativamente a todas las especies. En Australia, un lugar donde la temperatura y la vida que habita los ríos hacen de sus aguas un lugar perfecto para estos peces, se están convirtiendo en un auténtico problema. Pero no es el único sitio, algunas subespecies ya han colonizado las aguas de la República Checa, Grecia o Turquía. Una vez que estos animales se han establecido de forma estable en una zona pueden extenderse más allá, invadiendo más y más lagos y ríos, acabando con el equilibrio a su paso.
La tortuguita de Florida
Uno de los casos más dañinos que conocemos es el de la tortuga de Florida, la Trachemys scripta elegans, también conocida como tortuga de orejas rojas. Esta especie, por su facilidad de cría y mantenimiento se ha convertido en uno de los protagonistas de los acuarios de casa. Pero lo que no es tan conocido es que, como ocurre con muchos otro reptiles, las tortugas pueden crecer hasta tamaños enormes sin tienen comida y espacio suficiente. Lo que era una pequeña tortuga de apenas tres o cuatro centímetros se ha convertido con el tiempo en un monstruo de casi cuarenta, capaz de morder y dejar heridas sangrantes en los dedos descuidados. Es entonces cuando llega la hora de soltarla, donde sea. Pero la tortuga de florida es uno de los animales con más éxito adaptándose al medio. También se reproducen a velocidades vertiginosas. Y, por si fuera poco, son omnívoras, por lo que devoran casi de todo, siendo capaces de acabar con todo lo que se les ponga delante gracias a sus enormes cuerpos. Las tortugas de florida, al contrario de lo que la gente se piensa, no son fáciles presas de los gatos. Bueno, sí lo pueden ser. Pero su presencia suele significar un desastre inminente (y gigante) para los ecosistemas.
El varano
De entre todos los reptiles, los varanos suelen ser escogidos como una buena mascota exótica por cuestiones muy simples: son relativamente fáciles cuidar (para ser exóticos), bonitos y no especialmente agresivos. Pero como ocurre con el resto de especies, cuando comienzan a crecer y el terrario parece empequeñecer, o cuando el dinero empieza a apretar y el tiempo no compensa, entonces el varano se va al bosque de vacaciones permanentes. Y lo que era un lagarto de veinte o treinta centímetros se vuelve en un monstruoso monitor de metro ochenta. Sí, como otros reptiles, estos animales pueden crecer si la calidad de los alimentos y el espacio se lo permite. En Florida, por ejemplo, los varanos del Nilo, Varanus niloticus, han llegado a causar la alarma debido a su tamaño. Recordemos que estos animales son carnívoros principalmente. Así que una rata, un gato o incluso un perro pequeño se convierten en presas perfectas para estos bichos. Por suerte, esta especie no es tan rápida en expansión como las otras dos, por lo que es mucho más fácil controlar su invasión.
Mi mascota es una invasora
Existen multitud de especies que adoptamos sin mucha conciencia de su peligrosidad. Si bien algunas de ellas se pueden comprar, muchas son ilegales. Y aunque no lo sea, hay que tener en cuenta una cosa básica: lo que nosotros vemos como un animal adorable, útil o sencillamente doméstico puede convertirse en un auténtico peligro para el ecosistema. Así hemos llegado a extinguir especies por completo, al desplazarlas o eliminar algunos de los componentes de su red trófica. Australia y Nueva Zelanda o Madagascar son ejemplos claros de cómo las especies invasoras pueden destruir el medio para siempre. Pero no son los único sitios. No hace falta irse tan lejos. En nuestro propio jardín puede que tengamos a un destructor en potencia si no lo tratamos con responsabilidad.