Ya lo decía Lovecraft: "Pero más maravilloso que la sabiduría de los viejos y la sabiduría de los libros es la sabiduría secreta del océano". Claro, que en sus escritos la locura venía de las profundidades. Pero eso no le resta ni un sólo ápice de razón. Los mares son el pasado, presente y futuro de nuestro planeta y de nuestra especie. Sin ellos, jamás habríamos podido evolucionar. Ahora mismo no podríamos alimentarnos. Y el futuro sin ellos se torna por completo imposible. Hoy os contamos algunos de los hecho más insólitos y poco conocidos sobre el bioma más extendido de la Tierra.

Son los verdaderos pulmones del mundo

Puede que hayas escuchado que los pulmones del planeta se encuentran en las selvas del Amazonas o cualquier otra selva similar. Pero es falso. La mayor producción de oxígeno se produce gracias al fitoplancton oceánico. Estos microorganismos producen la fotosíntesis lo que genera oxígeno que nutre las aguas y termina escapando a la atmósfera. Aunque las estimaciones varían entre el 50 y el 70% de producción total, todas concuerdan en que es gracias al océano que hoy día podemos respirar. Cuidado, que eso no significa que pudiéramos prescindir de los bosques. Pero tampoco de la salud de nuestros mares.

Es el 70% de lo que existe en la superficie de la Tierra

Puede parecer un sencillo número. Pero hablamos de que más de dos tercios totales de la Tierra están cubierta por los océanos. Eso nos deja muy poco espacio, relativo, para existir sobre el planeta. Puede que tu ciudad, o las montañas que tienes a tu alrededor te parezcan enormes. Pero no tienen ningún punto de comparación con el mar que te rodea. Que nos rodea a todos. Los mares son los verdaderos reyes de la Tierra. Y menos mal, porque eso es lo que hace de nuestro planeta algo tan especial.

Sólo conocemos un 10% de los mismos

Los biólogos y ecólogos marinos estiman de los 361 millones de kilómetros cuadrados de superficie sumergida sólo hemos podido explorar un pequeño porcentaje. ¿Por qué? El ambiente marino es de una hostilidad inusitada para el hombre. No es sólo la falta de oxígeno, o la falta de luz, o la presencia del agua... bueno sí, es el agua, pero por la presión que ejerce. Existen muy pocos instrumentos capaces de soportar las gigantescas presiones que ejerce el océano a ciertas profundidades. Cada diez metros, aproximadamente, la presión aumenta una atmósfera. 1.000 metros suponen 100 atmósferas. Casi toda la superficie estudiada de los océanos está entre los 0 y los 500 metros, dentro de la termoclina, la capa que separa el agua templada del agua muy fría.

El lugar más profundo de la Tierra está en el océano

Argo
CSIRO

Esto no es un dato especialmente desconocido. Pero nos ayudará a entender el hecho anterior. La costa tiene una parte litoral y otra nerítica. Casi todo lo que conocemos está en este ambiente. Pero este sólo abarca hasta los 200 metros, a partir de los que comienza la zona oceánica. Nuestros aparatos más sofisticados no están preparados para resistir la presión producida más allá de los 2.000 metros (con alguna honrosa excepción). Pero casi todo el océano está a unos 3.900 metros. De hecho, la fosa de las Marianas es la zona más profunda de nuestra corteza, con unos 11 Km bajo las oscuras aguas.

El agua en el fondo oceánico está terriblemente fría

El agua por debajo de 0ºC no siempre se congela. Esto depende de cosas como la presión ejercida sobre ella. Por eso, a medida que bajamos el agua va siendo cada vez más y más fría. Entre los 500 y los 1.000 metros la temperatura desciende bruscamente unos 8ºC. A partir de aquí, desde los 4ºC el agua se va enfriando hasta acercarse al 0. A 4.000 metros, según indican las sondas, estaríamos frente a aguas de 2 o 3ºC. Probablemente en los puntos más cercanos al fondo el agua aumente de temperatura por la actividad volcánica, pero no se puede generalizar. En semejante temperatura, un ser humano no podría vivir apenas unos minutos por la rapidísima pérdida de calor. Esto limita también a las especies que pueden vivir en estas zonas.

Al menos tres personas han estado en el fondo del mar

oceano

Tras todo lo leído puede que el fondo marino sea un abismo estigio incomparable. Pero lo cierto es que hemos estado en él. Sí, al menos tres personas han conseguido descender hasta el punto más profundo de nuestro planeta. ¿Y cómo lo consiguieron? Con batiscafos especiales. La primera de las misiones fue dirigida por el intrépido Jacques Piccard y el teniente Don Walsh, ambos a bordo del Trieste. Estos llegaron al fondo tras un viaje de 5 horas. Permanecieron apenas veinte minutos y volvieron a subir. En su periplo pudieron ver poco más que barro y oscuridad. En la última misión, la Deepsea Challenger, el batiscafo permaneció casi tres horas recogiendo muestras y midiendo diversos valores. ¿Y quién lo pilotaba?

James Cameron, el director, es una de esas personas

Sí, el piloto de la Deepsea Challenger, una interesantísima nave, era nada menos que el director de Terminator, Titanic, Aliens o* The Abyss. De hecho, Cameron se convirtió así en el primer ser humano en viajar sólo a lo más profundo de la corteza terrestre. Cameron aprovechó para compartir su viaje con el mundo realizando un vídeo tridimensional donde se pueden apreciar numerosos hallazgos. Entre ellos se encuentran algunas especies que desconocíamos por completo y que han abierto todo tipo de esperanzas e ilusiones en los biólogos marinos más soñadores.

El 90% de la biomasa se encuentra en los océanos

Planeta Azúl

Y es que casi todo lo que está vivo se encuentra en los mares de nuestro planeta. Esto tiene trampa y es que esta cifra hace referencia, como hemos visto, a la biomasas, es decir, a la cantidad de materia viva. Huelga decir que esta cantidad es muy importante. De toda esta biomasa, la gran mayoría corresponde a microorganismos. Así que podemos considerar el mar como una especie de sopa viva.

Un mililitro contiene más de un millón de bacterias

Para que te hagas una idea, un solo mililitro de agua contiene aproximadamente un millón de bacterias. Eso sin contar con otras especies de algas microscópicas y otros seres minúsculos. También contiene unos diez millones de virus. Es decir, cada vez que tragas una bocanada de agua pues... bueno, te haces a la idea. Pero no pasa nada. La gran mayoría de estos organismos (y virus) son inofensivos y necesarios para la vida en los océanos.