Con las últimas novedades de Microsoft y sus Surface recién presentadas, y a falta de ver qué depara el evento de las propias Surface del 23 de mayo, cada vez es más comprensible la diferencia entre las estrategias de Microsoft y de Apple con sus propios dispositivos de computación, que podríamos llamar, ya que tablets y ordenadores han de ir unidas, ahora veremos por qué.

Partiendo de que hay un matiz importante en el caso de Microsoft -licencia su sistema operativo para que cualquier fabricante pueda instalárselo a cualquier tipo de dispositivo-, las dos compañías tienen dos visiones completamente diferentes de cómo deben unirse o no tablets y ordenadores. Mientras que Microsoft apuesta por combinar conceptos y difuminar las líneas que dividen ordenadores y tablets, Apple mantiene una división fuerte entre ambos: únicamente un tipo de iPad, el Pro, es considerado como un ordenador, pero más a niveles de marketing que de producto. El sistema operativo, la arquitectura y el procesador siguen siendo móviles. Del tipo de apuesta que hace Apple por la App Store y cómo ha afectado a que los precios de la apps hayan ido a la baja, como la profundidad de las propias apps y el interés de los grandes desarrolladores, también podríamos hablar otro día.

Así queda el catálogo de dispositivos de ambas compañías. Nuevamente, recordemos el matiz de Microsoft y su licencia de Windows a otros fabricantes.

Catálogo de Microsoft:

  • Surface Pro 4: tablet profesional que se puede usar como un portátil, con sistema operativo completo.
  • Surface Laptop: ordenador portátil con pantalla táctil.
  • Surface Book: ordenador portátil con pantalla táctil que puede desengancharse para usarse como tablet.
  • Surface Studio: ordenador de sobremesa all-in-one profesional con pantalla táctil ajustable para usarse como una tablet de 30 pulgadas (orientado a trabajos de diseño).

Catálogo de Apple:

  • iPad: tablet de consumo, con versión mini.
  • iPad Pro: tablet de consumo con vocación de trabajo en movilidad.
  • MacBook Air: ordenador portátil.
  • MacBook: ordenador portátil.
  • MacBook Pro: ordenador portátil profesional.
  • iMac: ordenador de sobremesa all-in-one, con versión profesional.
  • Mac mini: ordenador de sobremesa.
  • Mac Pro: ordenador de sobremesa profesional.

En dos gráficas podemos ver de forma algo más clara qué espectros cubre cada una de ellas. El ecosistema de Microsoft está alimentado por muchos fabricantes más, pero el de Apple no, llega a donde llega esa gráfica. También recordemos que en un futuro es más que probable que el Mac mini desaparezca, así como el MacBook Air, que ya ha desviado su demanda hacia otros productos (iPad Pro hacia abajo, MacBook y MacBook Pro hacia arriba en precio).

¿A quién le va mejor con su estrategia? Es difícil decirlo. La respuesta fácil es que a Apple (en los últimos doce meses ha vendido 18 millones de Mac y 41 millones de iPad), pero mientras que Apple lleva sus 41 años de vida fabricando ordenadores, Microsoft apenas empezó con Surface a finales de 2012, aunque Windows sea suyo. De sus cuatro productos actuales en el catálogo, tres llevan dieciocho meses o menos en el mercado (no solo como producto, sino como gama entera). El Surface Laptop apenas acaba de ser anunciado. Del Studio ya sabemos sus primeros resultados de ventas, y 30.000 en el trimestre de su lanzamiento parece una cifra demasiado baja para lo que aspiraba a ser un producto aspiracional.

En él, el higlight principal es la tendencia de Microsoft a cambiar de rumbo a volantazos cada cierto tiempo, especialmente con sus tablets y ordenadores. Microsoft ha hecho grandes cosas en los últimos tiempos, desde mover Office a un sistema de suscripciones que le ha convertido en un gran éxito comercial, hasta Azure (ambos, Azure y Office, con su origen en los tiempos de Ballmer, hay que decir) o la compra de Minecraft. Con Surface y todo lo relacionado con los móviles, los cambios abruptos de ritmo son constantes. Como con la bisagra. Según la Microsoft de mayo de 2017, es vital que no se vea la bisagra de un portátil, y así obraron con la Laptop. Según la Microsoft de octubre de 2015, la enorme bisagra a la vista de Surface Book es un gran valor de diseño.

Hablando de diseño, este es el aspecto de Alcantara, la microfibra de la que está hecha la carcasa del teclado de Laptop, tras apenas unos días (no meses ni años, días) expuesta en una Microsoft Store. Esta decisión pesará y presumiblemente acabe revocada en la siguiente generación de Laptop.

En cualquier caso, nadie duda de la calidad de los dispositivos, al menos una calidad mínima, el gran problema son sus precios. Surface Book ha tenido un tirón comercial menos que discreto: el mercado de ordenadores por 1.800 euros en adelante es demasiado pequeño. Si lo acotamos a "ordenadores con Windows por 1.800 euros en adelante", pretender alcanzar el éxito es directamente utópico. Surface Studio, más de lo mismo, con el margen de dejar que complete su primer año en los escaparates para ver si en algún punto ha remontado la tendencia.

Dentro de no mucho veremos a los MacBook bajar de precio para reemplazar en esa horquilla a los MacBook Air. Es lo mismo que ocurrió con el dicho modelo cuando llegó en 2008, la primera generación fue cara y luego fue bajando paulatinamente de precio.

Cuando desapareció el icónico MacBook "blanquito", el Air pasó a ser el más barato de todos los portátiles Apple en ese mismo rango. Cuando eso ocurra con los MacBook que debutaron en 2015, la brecha crecerá.

Si Microsoft se está posicionando como alternativa a Apple en los segmentos profesional y consumidor, incluyendo el académico, es loable que exista esa aspiración a romper con el orden establecido, bienvenida sea la competencia de quien sea que cree que puede mejorar el panorama.

Pero, de momento, jugando esas ligas de precios, Apple tiene la victoria. Y no hay motivos demasiado contundentes como para pensar que pueda haber un cambio de roles. Salvo que se apele a la fe.

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