Instagram lleva tiempo copiando descaradamente las funciones que catapultaron a Snapchat, y en algunos casos mejorándolas. Habilitó las Stories, añadió stickers, hizo más visual Direct... pero faltaba algo: los filtros faciales. Para que nos entendamos todos: las diademas de flores, los rasgos caninos y demás efectos sobre nuestra cara que siguen nuestros movimientos. Bueno, ahora ya los tiene.
Es lo que incluye su última actualización junto a los stickers de hashtags, los vídeos que se reproducen en retroceso, o la goma de borrar (bastante útil con el ejemplo que pone Instagram).
Instagram irá añadiendo nuevos filtros de forma regular, aunque no ha especificado todavía la periodicidad ni la cantidad. Este movimiento supone un pasito de Facebook, dueña de Instagram, en la realidad aumentada, además de posibilitar una interesante vía de negocio con los filtros patrocinados, como pudiera ser un filtro bebiendo Coca-Cola, con unas gafas de sol de RayBan o haciéndonos una meta-selfie con un móvil de Huawei, por dar ideas de ejemplos.
¿Qué le queda ahora a Snapchat?