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En política, todo puede pasar. Pueden existir los milagros en unas elecciones, cuando un candidato que parecía no perfilarse como ganador acaba obteniendo un gran triunfo electoral. Otras veces, esa sorpresa es tan sospechosa que se acaba barajando el fraude electoral. El 6 de julio de 1988, Carlos Salinas de Gortari del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional se enfrentaron políticamente para la presidencia de México. Los primeros resultados le daban una ligera ventaja a Cárdenas, hasta que se cayó el sistema y se suspendió el recuento de los votos.

Tuvieron que pasar siete días para que se confirmara al victoria de Salinas de Gortari con el 50.4%. Una caída del sistema en el momento en el que el candidato de un partido diferente al PRI, la formación política que llevaba gobernado el país desde 1946, hizo que sonaran las alarmas de fraude electoral. Sin embargo, nunca pudo demostrarse y, en el caso de que hubieran habido culpables, nunca fueron condenados.

Además de la caída de los sistemas de cómputo en red y de la coacción al voto, en México se ha acusado a políticos o formaciones políticas por otro tipo de fraudes electorales como la suplantación de identidad, la compra del voto, la colaboración con el crimen organizado o el embarazo de los resultados.

Las posibles maneras de intervenir en el resultado de unas elecciones han vuelto a estar en el punto de mira. Además de las próximas elecciones presidenciales el próximo mes de noviembre de 2018, este 4 de junio se votará al gobernador del Estado de México. Ante los nuevos comicios, varias figuras de la política mexicana alertaron del posible fraude electoral en los próximos comicios por la intervención del Gobierno federal y del presidente Enrique Peña Nieto, del PRI, en los resultados. Alfredo del Mazo es el candidato del mismo partido para ser el Estado de México y también primo en tercer grado del presidente.

En el Estado de México, el 5 de junio, no se utilizará ni el voto por Internet ni urnas electrónicas. Por el contrario, se procederá al recuento tradicional para la elección del gobernador del estado. A pesar de no ser utilizadas en este caso, en México se han desarrollado varios servicios tecnológicos que no solamente evitarían ciertos fraudes electorales, también facilitarían el recuento y la forma de votar para los ciudadanos.

Las urnas electrónicas se convirtieron en una realidad en México desde 2011, cuando la empresa mexicana Pounce Consulting desarrolló una de las primeras urnas digitales para los procesos electorales en Jalisco. El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco buscó la empresa que pudiera llevar a cabo ese proyecto y, meses después, el estado se convirtió en el primero de México en votar con la urna electrónica.

Cedida por Pounce Consulting

Cada ciudadano elige al partido o candidato, confirma su voto y recoge el papel que imprime la urna y que confirma su voto. El proceso no dura más de diez segundos y permite un acceso al voto más rápido y fácil. "Cuando votas por cualquier partido, si te sales de la línea el voto es nulo. Con la urna, como es táctil, presionas el botón del partido y automáticamente en la pantalla ves el voto y lo confirmas. No tienes ese fallo", explica Roger Viera, CEO de Pounce Consulting, en entrevista con Hipertextual. Además, la urna electrónica puede llegar a cualquier parte del estado: "Una vez se la llevaron en lancha a un pueblo y allí se conectó vía satelital", recuerda Diera.

Uno de los aspectos más importantes de esta nueva tecnología es la manera en la que se pueden evitar cierto fraudes electorales. En primer lugar, las urnas cuentan con un disco duro que registra lo que sucede durante la jornada electoral. Por lo tanto, si alguien abriera la puerta de la urna, el suceso se registraría y se avisaría a la persona correspondiente de que se podría estar violando la seguridad. Además, las urnas son localizadas a través de GPS para identificar su ubicación.

Si detectamos por GPS que [la urna] no está en el lugar indicado, no funciona. Además, cuando se transmiten los datos se hace en modo encriptado y está difícil que alguien pueda hackear urna por urna. Cada una tiene su propia sistema de encriptamiento diferente y se transmite y recibe en forma encriptada (sic).

El proceso ha sido probado y utilizado en otros estados de México, además de en países de América Latina y Europa, los cuales han mostrado interés en la urna electrónica fabricada en México. Sin embargo, la nueva tecnología solamente ha sido utilizada en procesos electorales vinculantes en Jalisco, y ningún otro estado del país ha sido tomado en cuenta la urna electrónica para llevar a cabo unos comicios. Por otro lado, la legalidad no permite la utilización de la urna en unas elecciones presidenciales. Según Roger Viera, este tipo de urnas digitales se han convertido en una tendencia global y es algo que "va creciendo en todo el mundo. En todos los países es un cambio cultural y político".

El voto por Internet, solo en la capital

Además de las urnas electrónicas, en México se han desarrollado otros sistemas, los cuales, gracias a la tecnología, impiden fraudes electorales y facilitan la acción de votar para los ciudadanos. En la Ciudad de México, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) inició en 2011 el voto por Internet con el que pretendía robustecer la seguridad del proceso electoral.

Estefanía Mena Ibarra, directora de desarrollo de sistemas del IEDF añadió en entrevista con Hipertextual:

El objetivo es brindar un segundo medio adicional de mesa, sobre todo para personas que no les es tan fácil la movilidad de ir a votar presencialmente y para que podamos ampliar la cantidad de votantes y sea más fácil emitir su voto.

Desde el año pasado, el servicio de voto por Internet cuenta con una doble autenticación para confirmar la identidad de los votantes. Cuando se inauguró la nueva modalidad, la única medida de seguridad era un mensaje de texto que recibían los ciudadanos. Ahora, tienen que preregistrarse, su identidad tiene que validarse y finalmente reciben una segunda confirmación que les permite enviar su voto vía Internet. El voto enviado cuenta con un código cifrado, el cual tiene que empatar con la información del ciudadano que ha registrado previamente el sistema. Si no es así, la decisión es tomada automáticamente como nula y no se contabiliza en el recuento final.

Además de evitar el robo de identidad, el voto por Internet evita también que una misma persona vote en más de una ocasión. Sin embargo, es imposible tomar medidas contra todos los tipos de fraude electoral y el sistema no tiene manera de controlar la coacción o compra del voto. Por el momento, unas 100 mil personas han votado a través de este método en la capital mexicana, según los datos del departamento de sistemas del IEDF. A pesar de ser una tendencia creciente, el instituto utilizó una campaña para ganar votantes electrónicos a través de iPads. En los módulos construidos en la Ciudad de México, las personas pueden acceder al sistema, informarse sobre su funcionamiento y emitir su voto directamente.

Los beneficios del voto por Internet no solamente llegan a los ciudadanos y su facilidad para votar, también agrega garantías al sistema electoral y al recuento de votos. Las ventajas ya han sido estudiadas, aunque eso parece no ser un argumento para que el sistema de voto online llegue a otros estados de la República o a nivel federal. Hasta el momento, el procedimiento solo se ha llevado a cabo en procesos electorales de la capital mexicana como diputados o la elección del jefe de Gobierno para los residentes en 2012. Normalmente, el servicio está dedicado mayoritariamente para los votantes mexicanos que se encuentran en el extranjero.

Muralla burocrática

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En las próximas elecciones del 4 de junio en el Estado de México no será utilizado este servicio de votación por Internet. "Nosotros tenemos el sistema. Los demás institutos no cuentan con él y es de uso restringido. No estaría disponible a nivel federal, lo hemos mantenido a local, llevando a cabo los procedimientos que nos permiten", agregó Estefanía Mena.

A nivel federal, el voto en el extranjero por Internet sigue siendo un reto y el Instituto Nacional Electoral (INE) afirmó que las personas que se encuentren fuera del país no podrán votar en la red en las próximas elecciones presidenciales en 2018.

En el año 2010 se creó la Comisión Temporal del Consejo General del Instituto Federal Electoral para Realizar las Investigaciones y Estudios Técnicos que Permitan Determinar la Viabilidad o No de Utilizar Instrumentos Electrónicos de Votación en los Procesos Electorales Federales, y se llevó a cabo una prueba piloto del voto electrónico en Aguascalientes, Chihuahua e Hidalgo. Este ha sido el único intento por parte del Gobierno de implementar el proceso electrónico de voto. Según un documento al que ha tenido acceso Hipertextual, la utilización de las urnas o del voto electrónico podrá ponerse en práctica "siempre y cuando se modifique el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), entre otros ordenamientos legales, y se dote de suficiencia presupuestal al Instituto".

A pesar de que las instituciones y empresas han identificado los posibles errores o violaciones de seguridad que podrían produciré durante el recuento del voto electrónico con el fin de evitarlos, los procesos burocráticos parecen ser más complicados que implementar este sistema a nivel federal o en otros estados de la República mexicana. Hasta el momento, México no podrá votar en las próximas elecciones por Internet y deberá seguir utilizando el método tradicional.

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