Con la WWDC a pocas semanas, empieza el rumore rumore de cada mayo. Este año, y no por primera vez, está siendo especialmente intenso sugiriendo la posibilidad de que Apple anuncie un altavoz inteligente con Siri integrado. Por varios motivos: es un producto que encaja en su catálogo, tiene Siri desde hace casi seis años, y a los fabricantes que están lanzando productos así (en la práctica, Amazon y poco más) les está yendo bastante bien en cuanto a aprobación e interés de los consumidores.

La pregunta clave: ¿tiene sentido para Apple un altavoz así? Vamos a ver qué ha hecho Amazon, el referente actual.

En los últimos tiempos la apuesta que Amazon arrancó con Echo se ha ramificado. El original, el altavoz que todos conocemos, se ha replicado en otros formatos: Dot, mucho más pequeño y que trae solo la parte de conectividad ya que se conecta a un altavoz externo que ya tenga el usuario; Show, que incluye pantalla para entre otras cosas hacer videollamadas; y Look, que tiene la aspiración de convertirse en una suerte de asistente personal de estilo.

Vamos a jugar a un juego. Veamos algunas de las fotos promocionales de los diferentes Echo, a ver si alguien encuentra algo extraño.

¿Lo tienen? ¿Y ahora? En ninguna de las imágenes se ve un móvil, una tablet o un reloj inteligente. Y eso, en el contexto de esas fotos, es bastante raro. Lo normal en personas de esas demográficas y en esos entornos es que haya al menos algún móvil, y muy posiblemente alguna tablet. Los smartwatches están menos presentes, pero deben ser algo más habituales entre quienes figuran en la primera generación de usuarios de altavoces inteligentes.

Para Apple, lanzar un altavoz así sería extraño porque ya vende el mismo concepto, con más funciones, para el bolsillo (iPhone), para la muñeca (Watch) o para la movilidad dentro del hogar (iPad). Y en todos los casos, con escucha activa: se pueden ejecutar comandos de voz con Siri en los tres dispositivos sin tener que pulsar ningún botón antes.

¿Para qué va a tener Apple que afrontar los gastos de desarrollo, producción, logística y marketing de un altavoz estático para el hogar cuando ya tenemos lo mismo en nuestra muñeca, bolsillo o mesa auxiliar? Siempre cabe la posibilidad de que el próximo 5 de junio Tim Cook salga al escenario y deje a este artículo peor que como papel mojado, pero desde aquí no apostaríamos dinero por ello: un altavoz con Siri es demasiado redudante en el catálogo de Apple.

A Amazon le está yendo extraordinariamente bien (2,4 millones de Echo vendidos en 2015, 5,2 millones en 2016) en este mercado por varios motivos: fue el primero en innovar de esta forma, integra el servicio de comercio online más popular del mundo, y el más simple: es un buen producto. De hecho logró cerrar 2015 como el principal vendedor de altavoces inalámbricos en Estados Unidos.

Amazon vio en este formato un filón para la compra instantánea. Poder preguntarle a un altavoz por el tiempo que hará en una ciudad o pedirle que emita las noticias no es demasiado difícil de implementar, pero tampoco supone un retorno apabullante a largo plazo. Integrar Amazon en él, sí. Poder pedirle que compre productos sin la fricción de abrir la app en el smartphone o visitar la web desde un ordenador conduce a una compra más rabiosa, menos reflexiva. Y no puede hacerlo a través de otro dispositivo porque las tablets Kindle Fire no tienen el suficiente volumen, su apuesta móvil salió terrible y no tienen sistema operativo propio.

Para Apple, no hay un aliciente de compras. Pudo haberla en la buena época de la iTunes Store para pedirle que reproduzca álbumes que hubiese que comprar, pero ahora existe el streaming. Meter Siri en un altavoz es buena idea cuando somos víctimas del hype. Viendo el catálogo de unos y otros, no tanto.

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