Un par de años antes del estreno de Arrival, dos hombres habitaban dos lugares de una misma exposición.
El efecto causado en sus sentidos era suficiente como para hacerlos alucinar un poco, dando pequeñas visiones conocidas como rarezas que nuestro cuerpo inventa cuando básicamente ha caído en un aburrimiento absoluto.
Aquella soledad traía a los sentidos una enorme gama de colores y luces que ocupaban toda la habitación, un efecto Ganzfeld en menor escala que si bien no traía visiones de unicornios sí nos ponía a reflexionar sobre la forma en que percibimos la luz.
Unidos por una conveniente exposición de arte en Los Ángeles y un nuevo proyecto, ambos hombres pasaron a encontrarse nuevamente en la producción de dos películas.
La primera se llamaba Sicario y trataba sobre policías en México fingiendo no ser corruptos ante una compañera de trabajo que los ayudaba en su corrupción. La segunda sería conocida como La Llegada y aunque ya la hemos discutido en Hipertextual —me ahorraré el chiste malo de explicar su trama— fue un reencuentro caluroso.
El primero fue Denis Villanueve el director de cine, y el segundo fue el diseñador de sets Patrice Vermette, quienes trabajando en el set de La Llegada empezaron a discutir un lugar en común como nos explicaría cierta entrevista:
Le dije: 'Hombre, si alguna vez hacemos una película juntos sobre ciencia ficción, hay un artista que vi hace un par de meses', y Denis dice: '¡Vi al mismo tipo!' Así que teníamos nuestras mentes conectadas".
Y solamente se referían a la maravillosa instalación de arte de James Turrell conocida como "Respirando luz".
Al principio su entrada (que pueden observar literalmente aquí arriba) luce como una simple exposición de Power Point que salió mal proyectada sobre unas escaleras, pero ninguno de los colaboradores se esperaba lo ocurrido a continuación.
En La Llegada el procedimiento requería usar unos trajes aparentemente innecesarios para ser elevados por los aires con estilo —de vuelta con los chistes malos—, en el trabajo de Turrel es más sencillo. Simplemente removerse los zapatos para no ensuciar la sala y una mente abierta para disfrutar de un efecto Ganzfeld que abarca toda una habitación.
Justo como en el interior de las naves espaciales, las escaleras llevan a una exhibición que cambia progresivamente de color para cuestionar nuestros sentidos excluyéndolos de algún estímulo inmediato, lo que genera un gustoso momento de alucinaciones.
Siendo una enorme fuente de inspiración para otros proyectos como el video musical más famoso de Drake, la exposición del artista James Turrell es un pequeño vistazo al repertorio de un enorme autor, que incluye en su obra proyectos fenomenales como la creación de un cráter gigante y más cuartos de luz.
La exhibición continúa abierta por un mes más en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles para seguir inspirando a más pares y seguir trayéndonos hermosas imágenes como las que veremos a continuación:
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