Junio de 2015: Tim Cook presenta Apple Music, su nuevo servicio de música en streaming que, hablando en plata, va a estar preinstalado en los teléfonos más vendidos del mundo. Mal asunto para Spotify, el hasta entonces rey de la pista. Marzo de 2016: Apple Music presenta números bastante buenos, pero Spotify da muestras de una salud envidiable y sin réplica en Cupertino.
La compañía sueca acaba de anunciar que llega a los 50 millones de usuarios de pago, amén de más de otra cincuentena que utiliza el servicio en su plan gratuito.
Mientras tanto en California, Apple Music dio sus últimas cifras de usuarios el pasado mes de diciembre, cuando se situaban en veinte millones. Ahora en marzo las estimaciones hablan de unos 22 millones de usuarios, lo cual deja poco espacio para las interpretaciones: el crecimiento de Spotify está siendo bastante más veloz que el de Apple.
Y en estos últimos meses, esa diferencia ha ido a más, pese a que el iPhone 7 ha vendido lo suficiente como para lograr un trimestre récord de ventas de teléfonos en Apple, cosa que a priori debería servir para impulsar las altas en Apple Music.
El resto de rivales ni están ni se les espera. Rdio tuvo que cerrar la persiana ante el éxito masivo de Spotify, y Deezer, Pandora, Tidal y Play Music están, pero no hacen ruido alguno. El pastel de la música en streaming se lo reparten dos, y esta vez David está imponiéndose a Goliat.
Quizás si Apple, que esencialmente tiene un buen servicio de música, aplicase las características sociales y la creación de playlists automáticas que ofrece Spotify con sólo darle un término, o cuidase su cliente de escritorio en lugar de mantener un iTunes que ya va pidiendo la jubilación en favor de iCloud y un modelo por separado como Fotos, tal vez los ritmos serían distintos. Pero de momento, Spotify se impone.