El Apple Watch está en un momento comercial que, a falta de datos comparativos como los que sí tenemos con el iPhone, el iPad o el Mac, podemos dar como bastante buenos, con unas 5,6 millones de unidades vendidas en el último trimestre del año pasado. Sus cifras, unidas a las de la llegada de los AirPods, han convertido a Apple en líder del mercado de wearables superando ligeramente a Fitbit. Pero el mercado de wearables, que ya no es únicamente el de relojes inteligentes y pulseras de actividad física, todavía tiene mucho por crecer. ¿Sería rentable hacer compatible el Apple Watch con Android?

En primer lugar, memoria. Hay un precedente similar en la historia de Apple: la compatibilidad de los iPod con Windows, de la época en que un ordenador era canónico para poder llenar de contenidos el dispositivo. Tras dos años en que el iPod se sincronizaba únicamente con los Mac, Apple abrió la puerta a la enorme cantidad de personas que usaban un PC pero querían ese reproductor mp3, y no otro. El resultado fue una fama que permitió alcanzar niveles exagerados de ventas en los años posteriores, y a Apple acaparar efectivo como nunca antes. Ir más allá de los ordenadores en la segunda etapa de Jobs fue un éxito, el iPod llegó a suponer el 40% de los ingresos de Apple en su mejor momento.

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Y aquí, reflejado en términos de ventas trimestrales.

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El contexto del Apple Watch y del iPod en sus primeros meses de vida no es el mismo. De hecho, el contexto general de los relojes inteligentes se parece más al de las PDA's y los smartphones previos al iPhone: tenían cierta utilidad para un nicho concreto (ejecutivos, directivos...), pero todavía faltaba un impulso que les hiciese apetecibles para las masas.

En el caso de los smartphones, ese empujón llegó a través de la posibilidad de comunicarse de forma más completa que con los SMS, y en el caso de países sin tarifas planas de ellos, con una tarifa plana de datos. En el caso de los smartwatches, tal vez venga por repensar la forma de comunicarnos con los demás a través de dispositivos. Apple lo intentó con el sistema de mensajería del Watch, pero pasó pronto a mejor vida: no terminó de cuajar. Quizás algo más enfocado en la voz, cuando el procesador de los relojes haga de su rendimiento algo instantáneo

Apple

Volviendo a la posibilidad de que Apple abriese el Apple Watch a los Android, tendría algunas ventajas:

  • El mercado potencial sería mucho mayor, lo cual puede ser interesante justo tras el año en que por primera vez Apple ha vendido menos iPhone que en el año anterior (231 millones en 2015 vs 215 millones en 2016).
  • Aunque un porcentaje muy pequeño de propietarios de Android se animasen a comprar un Apple Watch, el volumen de ventas sería considerable.
  • El éxito comercial del Apple Watch no debe ser medido sólo en ventas de relojes, sino también en las rentables correas, que tienen un buen margen de beneficio y fomentan el coleccionismo. Es decir, de forma incorrecta, los beneficios por Apple Watch vendido son superiores al beneficio promedio por reloj.
  • Es una puerta de entrada a Apple a menor precio que el iPhone. Ese "acceso barato a Apple" como marca aspiracional que antes ocupaban los iPod está virtualmente desaparecido.
  • A su vez, podría ser otra puerta de entrada para acceder a servicios de Apple, empezando por Apple Music, aprovechando la mayor integración y el ubicarse ya dentro del ecosistema Apple, aunque sea en pequeña medida.
  • E incluso a hardware intermedio, como los AirPods, que evidencian perfectamente lo que es Apple: funcionan como auriculares Bluetooth con un Android, pero el emparejamiento del chip W1 solo se usaría en el Watch. Otra forma de ir empujando al nuevo usuario al ecosistema completo.

Pero también algunos inconvenientes:

  • ¿Compensaría el número de ventas a los recursos empleados en ofrecer y dar soporte a esa compatibilidad? Quizás no a medio plazo (o sí), pero sí a largo plazo, cuando el propio reloj sirva como reclamo para que el siguiente teléfono a comprar ya sea un iPhone.
  • Una decisión así ha de ser meditada profundamente no solo por el movimiento en sí, sino por el recorrido que tendría. Ese paso no sería revocable, no podría darse un paso atrás a los dos años y dejar de ofrecer esa compatibilidad.
  • El precio promedio de venta de smartphones Android está cerca de los 200 dólares, las compras de modelos superiores al precio promedio de Apple Watch actual (unos 380 dólares) son reducidas proporcionalmente.

Este último punto también podría motivar que Apple siguiese con el Watch un camino similar al del iPod en 2003: hacerlo "universal" en lugar de limitarlo a depender de otros productos de la compañía, y abaratar paulatinamente su precio con modelos más básicos. Así llegaron modelos de 200, 100 dólares e incluso menos, que hacían más accesible el producto que los precios originales, muy superiores. Las ventas se hicieron masivas y los ingresos se dispararon.

Un modelo más barato del Watch no tiene mucho que prescindir del actual. Si le quitamos los sensores, su enfatizada vocación deportiva desaparece. Otra opción sería abaratar los costes con un material inferior al aluminio en el que está construido el Sport. Otra, que las iteraciones de los próximos modelos mantengan el precio, y modelos como el actual, con el procesador renovado, pasen a ocupar las franjas más económicas.

Es lo que hizo Apple con la salida del Series 1 (mejor que el Series 0 por su procesador, pero sin nada de lo que estrenó el Series 2, y quizá pueda servir a largo plazo para poder vender relojes bastante más baratos que los precios base actuales. Todo con un doble propósito: aumentar ventas, y que esa compatibilidad con Android tuviera más lógica.

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