Es el hombre que sale en los billetes de 20 pesos y que da nombre a más de 4.500 calles de México. Benito Juárez fue algo más que el cinco veces Presidente de la República. Su carrera política marcó el futuro de la historia de México, la cual fue seguida del mandato de Porfirio Díaz y, posteriormente, la Revolución Mexicana.
Benito Juárez fue el precursor de muchas medidas políticas que se adoptaron en otros países del mundo y que siguen estando vigentes en la actualidad.
El 21 de marzo nació el autor de la famosa frase "entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz", quien hubiera cumplido 211 años. A pesar del tiempo transcurrido desde su presidencia, Benito Juárez sigue estando presente en México y sigue siendo una de las figuras icónicas que marcaron la historia de México.
Las reformas que provocaron una guerra pero marcaron un avance
Antes de que Juárez se convirtiera en presidente de la República en 1861, el líder proclamó en la Constitución de 1857 que México se convertiría en un estado laico. Con las llamadas Leyes de la Reforma aplicadas cuando ya era mandatario, se logró la separación entre la Iglesia y el Estado, abrogando los privilegios del clero en el país. Además, se nacionalizaron los bienes eclesiásticos y se aprobó el matrimonio civil junto con la creación de la Ley del Registro Civil.
La llamada Ley Juárez o la Ley de Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios suprimió los tribunales especiales para los religiosos y los militares, obligándolos a comparecer ante la justicia como cualquier otro ciudadano.
Además de cesar la intervención de la Iglesia de los cementerios, Benito Juárez también aprobó la Ley de libertad de culto, reconociendo todas las religiones existentes como válidas para practicar en México.
Las reformas vanguardistas provocaron enfrentamientos entre liberales y conservadores, los cuales culminaron en la Guerra de Reforma de México o la Guerra de los Tres Días.
A pesar del conflicto, las leyes promovidas fueron un avance político para México a finales del siglo XIX, y en la actualidad siguen siendo ejemplos de progreso político.
¿Cómo sería México actualmente si el Imperio no hubiera sido derrocado?
Seguramente el francés sería el segundo idioma oficial para los mexicanos.
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Maximiliano I se convirtió en el Emperador mexicano de 1864 a 1867, después de que Benito Juárez decidiera suspender los pagos de la deuda mexicana y, con ello, desatara la Segunda Intervención Francesa.
La monarquía en México consiguió instaurarse por la ocupación de las tropas de Napoleón III en el país y el conflicto volvió a estar presente entre los conservadores mexicanos, quienes estaban a favor de la monarquía, y los liberales como Benito Juárez.
Una vez cumplido su objetivo, el ejército francés volvió a su lugar de origen y los liberales guiados por Juárez tuvieron mucha más fuerza para luchar contra el emperador.
Además, Estados Unidos y el general Mariano Escobedo apoyaron la presidencia ganada en las urnas de Benito Juárez. Maximiliano I fue arrestado y ejecutado, lo que puso fin a la monarquía en México y volvió a dar el poder al mandatario electo.
La educación
En su nueva etapa como presidente de la República, Juárez creó lo que hoy podría considerarse una Secretaría de Educación Pública, con el objetivo de alfabetizar el país y ofrecer una educación gratuita y laica.
Además, creó un despacho de fomento para impulsar obras de infraestructura a través de la iniciativa privada y dobló el número de escuelas que habían en Oaxaca, su tierra natal, cuando era gobernador del estado.
En este contexto, el pasado lunes 13 de marzo salió a la luz el nuevo Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, el cual pretende crear nuevos planes de estudio y nuevos libros de texto para adecuarse a una forma de aprender con mayor implementación de la tecnología.
Esta reforma ha sido una de las muchas que han reformado la educación, un sector en el que México ocupa el último lugar dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Orgullo mexicano
Benito Juárez nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, situado en la Sierra de Ixtlán del estado de Oaxaca.
El origen indígena del cinco veces presidente de la República ha sido uno de los aspectos más subrayados de Benito Juárez. Su cultura y su etnia no fueron un impedimento para que gobernara su país.
El oaxaqueño solamente hablaba zapoteco cuando era niño y se mudó a la ciudad de Oaxaca después de la muerte de sus padres y a causa de la extrema pobreza en la que vivía en el pueblo donde nació.
Juárez trabajó como cuidador de una granja y aprendiz de un sacerdote, gracias al cual aprendió a hablar latín y posteriormente se dedicó a la docencia en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
En 1847 comenzó su carrera política como gobernador del estado y fue ascendido a Secretario de Justicia después de la revolución liberal que acabó con la presidencia de Antonio López de Santa Anna.
En 1861 fue nombrado presidente de la República mexicana, convirtiéndose en un símbolo para los indígenas y para todo México. Un hombre de Oaxaca había pasado de la pobreza a la presidencia, haciendo realidad el sueño mexicano.