Durante el Intel Technology Manufacturing Day celebrado en San Francisco, Intel explicó los motivos por los que piensan que la ley de Moore está lejos de acabar, aportando cifras que reflejan que el ritmo de evolución propuesto por dicha ley ha seguido vigente en los últimos años, pese a que se haya roto el modelo del "tick-tock" y a que durante tres generaciones (y van camino de una cuarta) hayan permanecido produciendo chips bajo el mismo proceso de 14 nanómetros. En la segunda mitad del año debutarán Cannon Lake y los 10 nanómetros, y estas son las claves de su proceso de fabricación, según Intel.

De momento la compañía no ha hablado de productos finales, el evento no iba de ello, pero sí de mostrar cómo, más allá del número puro, que los competidores están empleando sin aportar información sobre densidad, las técnicas de producción de la compañía siguen por delante a las de otras fábricas. En ese sentido, la clave de los 10 nanómetros es emplear la tercera generación de la tecnología FinFET y hacer uso del hiperescalado (Hyper Scaling) y el sistema de múltiple patrón y patrón doble auto alineado, que permiten a Intel reducir el tamaño de los transistores pero, sobre todo, reducir el coste de cada uno de ellos.

Lejos del aumento típico del doble de densidad en cada generación, Cannon Lake y el resto de procesadores fabricados en 10 nanómetros traerán un incremento de 2.7 veces sobre los 14 nanómetros. La distancia entre circuitos (gate pitch) es de 54 nanómetros (una reducción de 0.78 veces respecto a los 14 nanómetros), y la cell height de 272 nanómetros, que se reduce en 0.68 veces.

Estos avances permiten el paso a los 100 mega transistores por milímetro cuadrado de Cannon Lake, que es la cifra que supone un aumento de 2.7 veces sobre el actual proceso mejorado de 14 nanómetros. Además de afirmar que sus chips están una generación por delante de sus competidores, los ejecutivos de Intel mencionaron que el coste de fabricar sus chips será un 30% menor.

El rendimiento por transistor de Cannon Lake no superará al de las generaciones de 14 nanómetros.

Para el usuario final, más interesado en qué supone esto para su ordenador, hablamos de una mejora de hasta el 25% en rendimiento y del 45% en ahorro de energía o lo que es lo mismo, entregar la misma potencia que en 14 nanómetros sólo el 55% del uso, las mayores cifras en este sentido de los últimos años. La mejora del proceso que llegará en otra generación posterior, que siguiendo el nuevo esquema será "10+", reportará otro 15% de aumento en rendimiento y un 30% en eficiencia.

Habrá que esperar a la segunda mitad del año para ver los primeros chips en el mercado, probablemente con los de bajo consumo siendo lanzados en primer lugar y los de alto rendimiento más tarde, como ha ocurrido con Kaby Lake, la actual generación. Intel prepara una generación más intermedia utilizando los 14 nanómetros, Coffee Lake, y será interesante ver qué estrategia comercial siguen para separar comercialmente ambas líneas de producto.

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