Casi a punto de culminar el mes más corto del año, el mundo de las startups a nivel internacional, y más concretamente a nivel europeo, ya se está moviendo a lo que parece ser un año bastante prometedor. Una continuación, por así decirlo, de un 2016 que pese a ver reducidas sus rondas respecto a 2015 (656, un 8,2% menos) sí que incrementó el volumen de inversión en un 7,8% más (160.000 millones de euros) según cifras de Tech.eu. Y con todo esto, Europa, la eterna segundona de la fila detrás de un poderoso Estados Unidos y, por qué no decirlo, también de una pequeña pero activa Israel parece estar centrando las atenciones de grandes fondos desde que un incipiente 2017 echase a andar.
Incluso, a nivel emprendedor, poco o nada está importando el efecto del temido Brexit. Si bien es cierto que la situación se toma con cautela, el nivel de incertidumbre crece a cada día que pasa y casi el 21% de las pequeñas empresas de perfil tecnológico que residen en Reino Unido tienen planeado abrir oficina en algún país de la Unión Europea, lo cierto es que, de momento, no se ha producido una migración masiva de cientos de emprendedores a costas más tranquilas. A la espera de saber por qué derroteros se mueven las decisiones políticas del cambio, todo permanece como está.
Con este panorama de positivismo pese a la circunstancias, 2017 despunta bastante bien. A nivel nacional ya se ha producido la primera compra millonaria del año por parte de Take-Two haciéndose con Social Point. Y también las primeras rondas importantes de la serie: un sorprendente Fever conseguía hacerse con 5 millones de dólares de dos fondos estadounidenses y la catalana Syctl con 12 millones también de fondos extranjeros.
Europa y España están empezando a ser altamente atractivas para Estados Unidos: menos competencia y precios más bajos que lo que se podría encontrar en Silicon Valley alientan a muchos inversores dispuestos a encontrar el próximo unicornio made in Europe. Y de eso se están dando cuenta los propios inversores del continente. Mientras la Unión Europea anuncia un fondo de casi 10 millones de euros para el impulso de empresas tecnológicas en Europa (muy probablemente su intención es que los fondos no se destinen a Reino Unido), con especial atención en lo que acontece en un sur menos desarrollado, otros muchos fondos se han puesto manos a la obra para fondear sus nuevas carteras.
El primero en dar el "campanazo" fue Atomico; el fondo creado por el fundador de Skype anunciaba un nuevo proyecto con 765 millones de euros detrás para centrarse en el mercado europeo y encontrar a los próximos líderes del emprendimiento. Ya lo hicieron con BlaBlaCar, King, Zalando o Deliveroo, pero quieren seguir rastreando dentro de las fronteras europeas para financiar a los posibles unicornios. Son conocedores de los límites de la financiación en Europa y de la poca escalabilidad que registran muchas empresas a la hora de querer irse al otro lado del Atlántico. Un temor que no se reproduce a la inversa, razón por la cual ocupar los primeros puestos en un terreno fuerte, pero con posibilidades de crecer, es la estrategia de muchos.
Algo así ha visto Project A, un fondo de venture capital con sede en Berlín y que ha seguido la estela del anuncio de Atomico cerrando su propia ronda de 140 millones de euros (un poco más modesta eso sí) para invertir en lo mismo: grandes startups europeas centradas en servicios de atención al cliente, software y B2B.
La cuestión es que no serán ni los primeros ni los últimos en lanzarse de nuevo a la piscina de los grandes fondos a nivel europeo, y es de esperar que en los próximos meses veamos grandes anuncios por parte de inversores, compradores y emprendedores a nivel europeo.
El mejor posicionamiento de Europa está a la vuelta de la esquina.