paradoja de Allais

A Health Blog (Flickr)

Los peces de colores, tienen una atención muy pobre. Concretamente, de nueve segundos. La atención en este caso se refiere a la facilidad con que el cerebro se distrae de lo que está haciendo y se concentra en otra cosa.

Nuestra mente humana puede aprender a ignorar las distracciones; lo que la hace más centrada, creativa y productiva. En gran media, esta capacidad que tenemos por centrarnos en un objetivo es la que hace que logremos cosas, tanto individual como colectivamente. Sin embargo, bajo los efectos de un estilo de vida cada vez más digitalizado, según un nuevo estudio de Microsoft Corp., realizado a una muestra de 2,000 canadienses, ahora perdemos la concentración antes: después de ocho segundos, antes de lo que lo haría un pez de colores.

Microsoft encontró que en el año 2000 —aproximadamente cuando comenzaron a comercializarse en masa los teléfonos móviles— el promedio de atención era de 12 segundos. En su estudio, además, notaron una clara relación entre los sujetos con mayor consumo de información en la red, el uso de las redes sociales y las multipantallas, con los peores resultados en cuanto a concentración y subraya que la tendencia es peor en la población joven (el estudio en pdf se puede descargar aquí.

Lo cierto es que tampoco son los primeros en notarlo. Durante la última década, los avances en neuroimagen han estado revelando más y más acerca de cómo funciona el cerebro y cómo los trastornos por déficit de atención se han extendido mucho más allá de las personas con TDAH, hacia el resto de los que trabajamos en un mundo siempre activo y conectado. Otro ejemplo: un estudio de la Universidad Loughborough publicado por International Journal of Information Management, encontró que una persona típicamente revisa el correo electrónico una vez cada cinco minutos y que, en promedio, tarda 64 segundos para reanudar la tarea anterior después de comprobar. En otras palabras, desperdiciamos un minuto de cada seis sólo con el correo.

Una persona de promedio revisa el correo electrónico típicamente una vez cada cinco minutos.

En diversos tipos de empresas, de todos los tipos de industrias, nos encontramos con personas que llevan a cabo muchas tareas a la vez y, además, lo llevan con cierto orgullo. La realidad es que la falta de enfoque empeora con la multitarea según los expertos. Nuestro cerebro sólo nos puede proporcionar una cantidad finita de concentración en un momento dado. Es posible hacer dos cosas a la vez, pero no concentrarse en dos cosas a la vez. De acuerdo con algunas estimaciones, además, puede tomar fácilmente un 40 por ciento más de tiempo completar proyectos cuando el sujeto está siendo interrumpido pues no puede mantener el enfoque específico.

Los expertos de la Universidad de Harvard recomiendan establecer deliberadamente nuestra atención en los objetivos del día y una intención de enfocarnos en eso, tomar descansos y controlar el frenesí. De todas formas, anteriormente en Hipertextual, ya hemos hablado de cómo ampliar la capacidad de concentración. El punto aquí es la notoria y real necesidad de hacerlo. No parece una cosa baladí. Al menos si no queremos convertirnos poco a poco en el próximo Dori, deberíamos tomar en serio eso de hacer las cosas verdaderamente concentrados en ellas.