Un equipo de científicos ha descubierto la existencia de compuestos orgánicos alifáticos en Ceres. Aunque se habían detectado estos "bloques químicos" imprescindibles para la vida en otros objetos del sistema solar, como el cometa 67P, esta es la primera vez que se encuentran estos compuestos en el planeta enano explorado por la misión Dawn. Sus resultados han sido publicados en la revista Science, gracias a la utilización del espectrómetro italiano VIR de la sonda espacial.

"La señal que hemos visto indica una elevada concentración de compuestos orgánicos alifáticos en una región específica de Ceres. Dicha señal está muy bien definida, claramente corresponde a compuestos orgánicos", explica a Hipertextual la Dra. Maria Cristina De Sanctis, científica del Instituto de Astrofísica y Planetología Espacial de Roma y primera autora del estudio. Estas sustancias químicas, que son ingredientes fundamentales para el desarrollo de la vida, han sido encontradas en una zona de aproximadamente 1.000 metros cuadrados cercana al cráter Ernutet. Los investigadores también han observado muestras más pequeñas en otras regiones, por lo que creen que podría haber más compuestos orgánicos en lugares diferentes del planeta enano.

"La identificación [de los compuestos orgánicos] no es sencilla, pero probablemente se trata de asfaltita y kerita", comenta a Hipertextual el Dr. Jesús Martínez Frías, jefe del Grupo de Investigación del CSIC de Meteoritos y Geociencias Planetarias en el Instituto de Geociencias. El origen de estos "bloques" imprescindibles en los seres vivos es todavía desconocido. De Sanctis apunta que, hasta la fecha, valoran dos hipótesis principales: que los compuestos químicos se hayan formado en Ceres (origen endógeno) o fuera del planeta enano (origen exógeno).

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NASA (Wikimedia)

En el caso de que se hubieran creado a partir de procesos hidrotermales secundarios en el interior del planeta enano, esto "indicaría la existencia de una geodinámica en Ceres", en opinión de Martínez Frías. El experto, que también trabaja como director de la Red Española de Planetología y Astrobiología (REDESPA), no descarta que el origen de los compuestos orgánicos haya podido estar en procesos primarios. Otra teoría señala que estas sustancias químicas pudieran llegar al planeta enano como consecuencia del impacto de un objeto del sistema solar, aunque los autores del trabajo consideran que es más improbable. El motivo es que las concentraciones de compuestos orgánicos estarían más "esparcidas" por la superficie de Ceres.

A juicio de Martínez Frías, "la detección de estos nuevos compuestos es un resultado novedoso desde el punto de vista cosmogeoquímico. Astrobiológicamente, incide en la necesidad de comprender mejor la complejidad composicional de estos objetos primitivos de nuestro sistema solar, tanto en cuanto a compuestos orgánicos como inorgánicos y, por su puesto, su interacción". Una idea en la que también coincide De Sanctis, que resalta además que "Ceres es muy importante en el contexto del sistema solar dada su riqueza química". No en vano, este planeta enano cuenta con agua helada, sales, carbonatos o compuestos derivados del amoniaco. "Todos estos compuestos son típicos de ambientes hidrotermales y acuosos, que son los mejores lugares para buscar moléculas prebióticas", incide la científica.

"Existe un consenso bastante amplio en la importancia que tuvieron que tener las condritas carbonáceas en los primeros estadios evolutivos de nuestro planeta", apostilla Martínez Frías por su parte. Compuestos orgánicos como los hallados ahora en Ceres "enriquecieron los sustratos volcánicos primitivos terrestres y, probablemente, jugando un papel fundamental en el desarrollo de moléculas orgánicas más complejas y la vida", comenta. La detección de estos ingredientes químicos sitúa al planeta enano dentro de la lista de rincones del sistema solar, junto a Marte y satélites como Europa y Encélado, donde pudieron darse las condiciones propicias para que apareciera vida extraterrestre, según opina Michael Küppers, de la Agencia Espacial Europea, en una tribuna que hoy también publica Science.