Uno de los requisitos básicos para que los coches autónomos puedan visualizar el entorno para posteriormente procesarlo y evaluar decisiones es el radar LIDAR, una tecnología de la que ya sabemos cómo funciona a grandes rasgos pero que está en constante evolución. Es más que seguro que los radares que conocemos hoy en día, esos que están situados en la zona superior del coche y giran, no sean nada parecidos a los que veamos dentro de unos años. Y Continental ya está trabajando con la tecnología candidata a coronar nuestros coches: el radar LIDAR de tipo flash.
Para permitir que los vehículos autónomos asuman el control, el coche debe capturar, procesar e interpretar continuamente los datos, al tiempo que adquiere y construye información contextual sobre el entorno. Es el único modo de obtener un modelo de entorno que sea válido tanto para una autopista como para el complejo entorno urbano y es que necesita una amplia gama de información, por ejemplo de otros participantes en el tráfico, de objetos estáticos tales como límites de carreteras, de la ubicación exacta del vehículo y de medidas de control de tráfico.
El radar LIDAR de tecnología flash que está desarrollando Continental capta y procesa lo que rodea al coche en tiempo real gracias a una máquina en 3D que no contiene componentes mecánicos, una diferencia importante que hace a este dispositivo mucho más pequeño y camuflado que los prototipos actuales.
La creación de este modelo de entorno representa el reto más importante para los ingenieros de coches autónomos porque se debe construir uno nuevo más de 50 veces por segundo para poder dotar al sistema de información suficiente como para tomar decisiones. Y estas 50 veces los expertos consideran que son pocas, pero la limitación no solo afecta a los radares, también a la capacidad de procesamiento del resto de unidades y al almacenamiento.
Para poner alguna cifra sobre la mesa. El modelo creado por Continental escanea en 3D el entorno por completo a un radio de hasta 200 metros de distancia desde el vehículo y desde solo unos pocos centímetros. Éste escaneo se realiza en solo 1,32 microsegundos, una cantidad que parece muy pequeña pero que debe seguir mejorando para alcanzar esas 50 veces por segundo. Actualmente hablamos de 30 como máximo con la tecnología actual.
En comparación con muchos componentes de escáner usados hoy en día, el radar LIDAR de tecnología flash y 3D solo tiene dos componentes clave: un láser (como el del flash de una cámara) que sirve para iluminar el entorno del vehículo y un chip receptor que recoge los datos. Este chip es parecido al de una cámara digital pero también es capaz de registrar el tiempo que tarda el láser en rebotar sobre un objeto. Un ordenador interpreta ese tiempo y lo traduce a distancia para pintar un entorno.