Nosotros, los seres humanos, somos animales muy visuales. Eso quiere decir que una gran parte de nuestra capacidad de atención está basada en la vista. Lo que vemos condiciona por completo lo que vivimos. De hecho, poseemos una gran capacidad visual, lo que justifica este hecho. Pero, ¿y el resto de animales? Desde luego no somos los que mejor ven del reino animal. Tampoco los que peor. Algunos, sencillamente, ven el mundo de una manera completamente distinta. Vamos a responder a la duda, ¿cómo ven los animales y por qué?
Cómo ven los perros
Aunque comúnmente se piensa que los perros no ven los colores, las últimas evidencias muestran que esto es falso. Los perros, con casi toda probabilidad distinguen los colores azules y rojos. También los amarillos y marrones. Pero confunden los verdes y carmines ya que su visión es principalmente dicromática. O eso pensamos. Otro aspecto interesante debido a la anatomía de su ojo es diferente a la que vemos en humanos. Esto influye en el campo visual, la percepción de profundidad, la agudeza visual o la percepción de movimiento. Por ejemplo, los perros necesitan parpadear menos veces que los seres humanos debido a un "gel lagrimal" más espeso. Eso por no contar con el Tapetum lucidum, una capa especial que aumenta la capacidad de ver en oscuridad. Probablemente, la percepción de profundidad sea compensada por el cerebro, al igual que los colores, en cierta medida, por lo que su visión tal vez no es tan diferente a la que conocemos.
Cómo ven los gatos
Al igual que pasa con los perros, los gatos también son capaces de distinguir ciertos colores. En general, su visión es muy parecida a la de los canes. Por ejemplo, su agudeza visual es bastante menor que la de los humanos. Estos animales distinguen a seis metros lo que nosotros a veinticinco. Pero ven bastante mejor en la oscuridad gracias a esa capa reflectante que compensa la falta de luminosidad. Los gatos, además, poseen una pupila vertical que les permite regular aún mejor la entrada de luz. Para poder mantener los ojos siempre en forma, como cazadores nocturnos que son, los gatos poseen una membrana nictitante que protege al ojo de cuerpos extraños.
Cómo ven los pájaros
Bueno, lo primero es saber que no todos los pájaros ven igual. Existe un rango muy amplio de capacidad visual. En general todos los pájaros ven bastante bien. Bastante mejor que los humanos, de hecho. La visión es una de sus capacidades más importantes pues de ella dependen montones de aspectos vitales en su día a día, incluyendo la caza o la búsqueda de refugio. Por ello son capaces de hacer "zoom" y enfocar objetos de manera impensable para cualquier primate, enfocando puntos concretos a voluntad. Pero aún más impresionante, probablemente, es otra cuestión característica de las aves: son capaces de ver la luz ultravioleta. Así lo hemos comprobado con diversos experimentos. Aunque no sabemos cómo se representará esto en su cerebro, lo cierto es que los pájaros pueden ver colores que nosotros ni imaginamos.
Cómo ven los insectos
Muchos artrópodos poseen un extraordinario sentido de la visión caracterizado por un ojo compuesto. Un ojo compuesto consiste en un montón de ojos pequeñitos y fijos que, en combinación forman una imagen fragmentada. Esto es impresionante si tenemos en cuenta que estos animales no poseen un gran cerebro para procesar imágenes, como los anteriores. En consecuencia, las moscas y otros insectos perciben un cuadro visual que parece ir a cámara lenta con una baja tasa de imágenes por segundo. Además, también son capaces de percibir el rango ultravioleta, lo que es imprescindible para su vida diaria. Sus ojos son lo suficientemente eficientes como para darle una ventaja increíble. Y si no que se lo digan al taxón más extendido por todo el planeta.
Cómo ven los peces
Esto también es difícil de describir, pues si las aves poseen diferentes capacidades según la especie, los peces son aún más complejos en este sentido. En general la anatomía del pez les suele conferir una profundidad de campo espectacular, así como una gran visión periférica, adaptación necesaria a unos ojos situados a los lados de la cabeza. Su percepción del color varía muchísimo, aunque no es especialmente buena. Casi todos están adaptados para ver cualquier color que no sea el azul, predominante en los fondos marinos. Además, muchos tienen una gran capacidad de visión nocturna con adaptaciones especiales o recepción de luz ultravioleta.
Cómo ven los tiburones
A diferencia de la mayoría de peces (en concreto de los actinopterigios), los tiburones no ven los colores. Tampoco lo necesitan. Los tiburones, como animales muy antiguos que son, aprovechan el resto de sus sentidos como la electrorrecepción o un increíble olfato para cazar. Es solo cuando están a media distancia cuando usan su visión. Una visión clara y concisa, bastante parecida a la nuestra, creemos, pero adaptada a enfocar debajo del agua. De hecho, un tiburón ve muy borroso si no hay agua de por medio.
Cómo ven las ratas
Un caso curioso es este mamífero que posee dos diminutos ojos a los lados. A diferencia de otros animales, las ratas poseen un profundo campo de visión pero una capacidad pobre a corta distancia, donde lo ven todo borroso. No pueden distinguir todos los colores, viendo solo los verdes y azules, principalmente. Además, como tienen sus ojos a los lados poseen una capacidad binocular limitada. Esto supone que los roedores necesitan mover la cabeza de un lado a otro para percibir correctamente la profundidad en una operación que se llama paralaje. Además, los ojos de las ratas pueden moverse independientemente y son capaces de percibir el ultravioleta. Aunque no ven muy bien los colores, lo que sí que perciben es el brillo de las cosas.
Cómo ven las serpientes
Debido a su largo historial en nuestro planeta, las serpientes también muestran todo tipo de adaptaciones oculares. En general su visión no es muy distinta a la de cualquier otro vertebrado a excepción de un par de detalles extraordinarios. En primer lugar, en vez de párpados tienen escamas oculares que renuevan con la piel. Y lo más impresionante es su capacidad de ver prácticamente igual de bien de día que de noche gracias a su visión térmica, como si de una cámara militar se tratase. Con ella, prácticamente ninguna presa les pasa desapercibida en la noche.