Cuando entras en la cocina a preparar la comida jamás pensarías que estás jugando con poderosos venenos. Sustancias que podrían matarte en el instante o tras una larga y dolorosa agonía. Pero lo cierto es que existen varios alimentos de consumo diario con los cuales es mejor no jugársela. Lo más curioso es que la gran mayoría son verdaderamente comunes. Y aún así pasan por completo desapercibidos. Alimentos que resultan por completo inofensivos si los tratamos adecuadamente (cosa relativamente normal) pero que podrían acabar con tu vida en un descuido. Aquí van algunos de ellos.
Patatas verdes y venenosas
Las patatas o papas son uno de los alimentos más extendidos del mundo. Literalmente se come en cualquier parte del planeta, aunque los mayores consumidores son los países europeos. Con tanto consumo, parece mentira lo desconocido que resulta un hecho fundamental: las patatas son potencialmente letales. La culpa la tiene un compuesto propio de esta planta llamado solanina. La solanina es un compuesto de defensa usado por el vegetal para protegerse de ser comido. El problema es que en los animales tiene un efecto colinérgico lo que, grosso modo, provoca una parálisis cardiorrespiratoria. Antes de eso, provoca desmayos, malestar estomacal y otro compendio de efectos. Y no pensemos que hace falta muchas patatas para matar a una persona. En realidad con apenas tres o cuatro patatas sería suficiente.
Entonces ¿por qué no nos pasa nada? La cuestión está en las partes donde se produce solanina. Aunque el tubérculo que comemos contiene este veneno, está en muy baja dosis. Sin embargo, las patatas verdes, así como los tallos y hojas pueden matar o provocar serios problemas a una persona. En el siglo XIX, durante la hambruna irlandesa se documentaron cientos de casos de muertes por intoxicación con patatas verdes. Y no pensemos que tratándolos con calor se elimina. La solanina se degrada poco con la temperatura. Por si esto fuera poco, otras plantas de la misma familia, como los tomates y otras solanáceas también contienen solanina. El único tratamiento para estos alimentos venenosos consiste en evitar las partes verdes y tallos. Por eso las patatas han de conservarse en la oscuridad.
Una de frijoles tóxicos, por favor
Los frijoles y algunas de sus variantes (como las habichuelas) se cuentan también entre los comestibles más extendidos. Y también entre la categoría de alimentos venenosos. Estas legumbres contienen una sustancia llamada fitohemaglutinina, la cual produce problemas severos estomacales, una activación indebida del sistema nervioso y problemas de coagulación sanguínea en el peor de los casos. Entonces ¿cómo podemos usarlo como alimento? Los frijoles se cuentan entre una de las legumbres más ricas nutritivamente hablando. Y para consumirlos primero hay que lavarlos bien (y tirar el agua) y cocinarlos bien, a buena temperatura. Esto quiere decir que los frijoles han de calentarse a más de 80ºC. Si no, puede darse un caso de concentración que podría agudizar más el envenenamiento. Se han registrado numerosos casos de intoxicación por fitohemaglutinina (conocidos como intoxicación por frijol colorado. Por suerte, la cantidad de esta sustancia presente en los frijoles no suele llevar a intoxicaciones graves ni letales.
El corazón letal de la manzana
Otro elemento muy común en todas las culturas y, a la vez, potencialmente peligroso es la manzana. La manzana posee una sustancia cianógena, es decir, que puede crear cianuro, en contacto con los ácidos de nuestro estómago. Con apenas unos pocos miligramos, el cianuro es capaz de acabar con la vida de cualquier ser humano. Y con tan sólo cincuenta semillas de manzana alcanzaríamos muy probablemente dicha cifra. No es una cantidad exagerada. Sobre todo si tenemos en cuenta que no hablamos de una intoxicación sino de la muerte. La intoxicación llegaría a mucha menor cantidad. Por suerte, este problema solo suele provenir de masticar la semilla, pues la cubierta coriácea de la misma protege el interior y su contenido tóxico. De esta manera, aunque es importante evitar comer la semilla de las manzanas, especialmente en el caso de los niños, en caso de "accidente", normalmente, la semilla pasa por el tracto digestivo sin problema.
Almendras amargas con cianuro
Al igual que las manzanas, las almendras también producen cianuro en nuestro estómago. Esto se debe a la amigdalina, una sustancia propia de esta planta (y bastantes otras, por cierto) que se encuentra como protector. Cuando la almendra está verde, la producción de amigdalina es bastante acusada, lo que puede provocar malestar y problemas varios a quién coma una cantidad moderada de este fruto. Pero con sólo tostarlo o dejarlo secar, la amigdalina se pierde, eliminando el peligro. Pero con solo consumir unos 300 o 400 gramos de almendras, podríamos apreciar molestas y delicadas consecuencias, razón por la que no se aconseja abusar de ellas.
Anacardos sin piel, gracias
Los anacardos en sí no son tóxicos, tranquilos. ¿Entonces por que los clasificamos dentro de los alimentos venenosos? Por su piel. El fruto del árbol del anacardo es extremadamente raro, con un pseudofruto y el fruto o nuez en sí. La piel de este último contiene una gran cantidad de ácido anacárdico y urushiol, un aceite que puede provocar una reacción alérgica extremadamente fuerte. Tanto que tiene su propio nombre en el compendio médico: dermatitis de contacto por urushiol. Este problema puede producir edemas, irritación severa o incluso ulcerar la piel. Esto se debe a la reacción exagerada de nuestro sistema inmune ante el urushiol, el cual considera una amenaza. Por ello, no a todo el mundo le afecta igual. Una vez lavados, sin piel ni resina, los anacardos son completamente seguros.
La alucinante nuez moscada
La nuez moscada es una de las especias más extendidas por el mundo. Y en principio debería ser inofensiva. A no ser que comamos unos cinco o diez gramos de este fruto. Entonces es cuando comienzan los efectos tóxicos, los cuales incluyen alucinaciones, vómitos, deshidratación y otras cosas. La toxicidad de la nuez moscada se debe probablemente a la miristicina, aunque no está del todo claro. La nuez moscada se ha empleado en medicina tradicional durante cientos de años, lo que ha conllevado, a veces, a intoxicaciones. Por lo general, la nuez moscada no resulta letal ni extremadamente tóxica. Pero con apenas unos gramos puede darnos un mal "viaje". El único tratamiento posible aquí es no comer demasiada cantidad de este fruto