En casi cualquier mesa mexicana hay un refresco. Más que en la dieta, la cultura y los hábitos de los mexicanos, el refresco está constantemente presente en la política mexicana y ahora también en el arte.

Iván Puig, un artista mexicano, decidió destilar una Coca-Cola con el fin de separar el agua de la “fórmula secreta” que le da el peculiar sabor al refresco y que consiste en una mezcla de azucares, colorantes y saborizantes artificiales.

En 2012 el Centro de Estudios de Finanzas Públicas calculó que el consumo per cápita en México de refrescos de The Coca Cola Company era de 176.2 litros anuales, lo que equivale a medio litro al día.

¿Qué pasa si se toma refresco diario? Además de las consecuencias conocidas como el aumento en el peso y la diabetes tipo 2, también se le ha encontrado relacionado con el asma y la dificultad para respirar. Un estudio reciente publicado en American Journal of Public Health sugieren que lo que sabemos hasta ahora de los daños al cuerpo provocado por la soda podría ser sólo la punta del iceberg ya que se encontraron indicios de que el consumo probablemente esté relacionado con el envejecimiento celular.

Muestra de colores de las bebidas disponibles en supermercados.
Muestra de colores de las bebidas disponibles en supermercados.

Que México sea el primer lugar en consumo de refresco y el número uno en diabetes y obesidad es más que una casualidad. Ambas enfermedades azotan el sistema de salud pública causando 21.000 muertes, 4.500 amputaciones y 2.000 incapacidades permanentes, por ello, en 2014 se gravaron las bebidas azucaradas con un impuesto conocido popularmente como "el impuesto al refresco". Tan sólo en un año se logró una recaudación de 38.000 millones de pesos.

Sin embargo, de acuerdo con estudios de diferentes universidades mexicanas (ITAM, UANL, Colegio de México) citados en una página web creada por la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC), el impuesto al refresco ha resultado inútil para su cometido y que ha sido un golpe en el bolsillo para los más pobres del país. Sin embargo, organizaciones como el Poder del Consumidor acusan a esos estudios de parcialidad por ser financiados por la industria refresquera.

En octubre la Organización Mundial de la Salud recomendó un impuesto para las bebidas azucaradas del 20%. Dicha recomendación internacional en México debe ser aprobada por el poder legislativo. Puig, junto a organizaciones como Poder del Consumidor y Contrapeso, buscaron incidir en la decisión enviando una pequeña caja con dos frascos del destilado (uno de agua y otro de melcocha de Coca-Cola) a cada uno de los legisladores con una clara posición política.

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La caja que Puig regaló a los legisladores actualmente se exhibe en la Galería Libertad en Querétaro como parte del CutOut Fest. Sobre el frasco de agua se puede leer en la etiqueta:

Esta es agua pura recuperada de refrescos mediante el proceso de destilación. El 70% de nuestro cuerpo es agua. Las principales fuentes de agua de calidad en el país ya no son públicas, están concesionadas a las empresas embotelladoras. ¿Qué pasó con nuestro derecho fundamental de tener acceso al agua potable de buena calidad en la llave de nuestra casa?

Sumado al refresco y a la diabetes, México es el primer país en consumo de agua embotellada, un hábito alimentado por la desconfianza en el agua de la llave y la deficiencia de la red de gestión. Sea en garrafón o una pequeña botella de 200 mililitros, el 82% del mercado de agua embotellada está controlado por Coca-Cola Company, Pepsi Co. y Danone.

Sobre la melcocha negra la etiqueta decía lo siguiente:

Esta melcocha resulta cuando al refresco se le quita el agua: azucares, colorantes y saborizantes artificiales. Responsable de la mayor ingesta de azúcar en nuestra dieta, la principal causa de la epidemia de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. ¿Vale la pena seguir comprometiendo la salud de nuestro futuro y nuestro país?¿A cambio de qué?

La discusión del aumento al impuesto que estaba planeada para el 20 de octubre ha sido pospuesta y hasta el día de hoy todavía no ha sido reprogramada. Mientras tanto, las cifras de consumo y enfermedades relacionadas al alto consumo de azúcar como la diabetes continúan rompiendo récords mundiales y costando miles de vidas.