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El primer objeto volador no identificado (OVNI) en España se avistó en las proximidades de San Javier (Murcia) entre los días 6 y 13 de agosto de 1962. Así consta en un informe publicado ahora por el Ministerio de Defensa bajo el número 620806. Durante esas fechas, el oficial de vuelo de la base aérea de la zona observó una potente luz sobre el Monte Cabezo. Las investigaciones no lograron determinar el origen del aparente foco luminoso. Una historia que el paso del tiempo y los rumores se han encargado de guardar en la memoria de los vecinos de la zona.

El desconocimiento y, en muchos casos, la falta de investigaciones serias y rigurosas sobre este tipo de sucesos alimentaron las hipótesis conspirativas. Muchas teorías y personajes del mundo de las pseudociencias han utilizado esta ignorancia para fabricar miedos ante lo que no se había conseguido explicar. La publicación del Ministerio de Defensa de los expedientes OVNI, que se comenzaron a desclasificar en 1991, permite viajar en el tiempo y conocer las versiones de aquellos que creyeron atisbar en el cielo los famosos objetos voladores no identificados.

El catálogo completo se puede consultar en la Biblioteca Virtual del Ministerio de Defensa, en la que se incluyen ochenta informes con más de 1.900 páginas. En su mayoría, se narran las versiones de las personas que creyeron ver OVNI. Sin embargo, en algunos casos, se abrieron investigaciones judiciales para aclarar en mayor o menor medida lo sucedido.

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Ese es el caso, por ejemplo, de varios avistamientos de fenómenos extraños ocurridos en el municipio leonés de Puente Almuhey entre el 24 de noviembre y el 10 de diciembre de 1968. Varios testigos aseguran haber visto en el cielo luces de variopintos colores, que van desde la tonalidad rojiza a una coloración más amarilla o blanca, entre las 19:00 y las 22:00 h de la noche. En este caso, la investigación se limitó a la toma de declaraciones, pero el escrito del Teniente General de la Región apunta que las observaciones podrían haberse confundido con el ocaso de la Luna o el avistamiento de algún planeta como Venus, siempre en condiciones de mala visibilidad o de nubes bajas.

El último evento recogido en la biblioteca de Defensa ocurrió en 1995 en Morón (Sevilla). Además de los posibles fraudes en los hipotéticos avistamientos de OVNI, diversos estudios han mostrado que en una gran mayoría de los casos estas observaciones se deben a meras confusiones con satélites, aviones, globos meteorológicos o fenómenos naturales. Un antiguo ingeniero de la NASA también se ha encargado de desmontar este tipo de observaciones, explicando que en muchos casos se debe a errores de los propios testigos.

Alrededor de los fenómenos OVNI recogidos por expedientes como estos siempre ha crecido un halo de misterio, alimentado principalmente por la ignorancia. Pero también ha habido movimientos y sectas que han sabido a aprovecharse de este desconocimiento, como ocurrió en Estados Unidos con Heaven’s Gate y con el famoso caso Roswell, fruto del espionaje y no de una visita extraterrestre. En un día como hoy, a cuenta de la desclasificación y publicación del Ministerio de Defensa, merece la pena recordar las palabras de Santiago Ramón y Cajal:

La afición a lo maravilloso posee todavía honda raigambre en el espíritu humano. Somos aún demasiado supersticiosos. Miles de años de fe ciega en lo sobrenatural parecen haber creado en el cerebro algo así como un ganglio religioso. Desaparecido casi enteramente en algunas personas, y caído en la atrofia en otras, persiste pujante en las más.