La Agencia Espacial Europea (ESA) y el Rocosmos ruso han iniciado sus primeras maniobras para entrar y aterrizar en Marte. El lanzamiento exitoso de la misión ExoMars 2016 el pasado mes de marzo anticipaba algo más de medio año de viaje para recorrer los 496 millones de kilómetros que separan a la Tierra del planeta rojo.
Este domingo 16 de octubre a las 16:42 h CEST, la nave Trace Gas Orbiter (TGO) liberará la sonda de superficie Schiaparelli, después de que el pasado viernes la ESA confirmara que la sonda había realizado correctamente la corrección de la órbita.
Este paso es fundamental para que la primera misión europea y rusa en llegar al planeta rojo finalice con éxito: las agencias sólo tienen una oportunidad para completar la maniobra de entrada atmosférica y de descenso en la superficie marciana. Tras completar el viaje por el cosmos, la sonda Schiaparelli realizará una maniobra doce horas después de la liberación para no chocar con el planeta rojo. Será el miércoles 19 de octubre a las 15:05 h CEST cuando encienda el motor principal para comenzar el descenso hacia la superficie de Marte.
La finalidad principal de esta sonda es demostrar las capacidades europeas y rusas para depositar un equipo de este tipo en el suelo marciano. Así conseguirían allanar el terreno para la llegada de ExoMars 2018, un robot que porta instrumental de origen español. Un ejemplo es el espectrómetro RLS para analizar muestras, que ha sido fabricado por el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), la Universidad de Valladolid y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Si todo sigue según lo previsto, Schiaparelli alcanzará la superficie del planeta rojo el miércoles 19 de octubre. La sonda entrará en la fina atmósfera marciana a una velocidad de 21.000 km/h, aunque el despliegue de un paracaídas, el apagado de los motores y sus sistemas de propulsión irán frenando poco a poco su descenso. De este modo, Schiaparelli viajará a unos 1.650 km/h cuando se encuentre a once kilómetros del suelo y su velocidad se reducirá a sólo 7 km/h al situarse a sólo dos metros de la superficie.
La sonda tendrá una vida corta, ya que no cuenta con baterías adicionales ni posibilidad de recargarse. La razón es que la ESA y Rocosmos desean probar únicamente la tecnología de entrada atmosférica y descenso, por lo que Schiaparelli se apagará aproximadamente entre 2 y 4 días marcianos después –un día en Marte dura 2 horas y 37 minutos–. En este breve período de tiempo, sin embargo, los investigadores esperan recabar información acerca de la superficie del planeta rojo. El dispositivo DREAMS (Dust Characterisation, Risk Assessment, and Environment Analyser on the Martian Surface) cuenta con una serie de sensores para analizar parámetros como la velocidad y dirección del viento, la humedad, la temperatura o los campos eléctricos. Otros sistemas de investigación recopilarán datos acerca del descenso a Marte. La gran aventura de Europa y Rusia sobre el planeta rojo acaba de empezar.