Los traductores universales son comunes en la ciencia ficción desde sus inicios. La posibilidad de tener una máquina que nos permitiera sumergirnos en cualquier cultura y superar las barreras idiomáticas era un sueño, y de momento sigue siéndolo. Lo que no sabemos es cuándo dejará de serlo, aunque todo parece indicar que pronto.
A nivel global, la industria de la traducción tradicional, está formada por cientos de miles de personas políglotas capaces de interpretar un mismo contenido en varios idiomas. En Estados Unidos, los servicios de traducción e interpretación forman la profesión que más proyección tiene de crecimiento en los próximos años.
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Poder viajar a culturas con idiomas totalmente distintos a los propios será pronto una realidad. Google acaba de actualizar las estadísticas de su traducción automática, que está alcanzando niveles de traducción muy cercanos a la que harían humanos de forma nativa, gracias a Google Neural Machine Translation system.
El nuevo sistema, que lleva unos años en investigación y desarrollo, y utiliza la potencia de las redes neuronales y complejos algoritmos de entrada y manejo de datos, reduce entre un 55 y un 85% los errores de traducción comparado con los tradicionales métodos de traducción automática utilizados por Google hasta ahora. Aunque de momento solo en determinados idiomas, pues los científicos e ingenieros se están centrando en inglés, español, mandarín y francés.
El sistema ya está funcionando al público para las traducciones de mandarín a inglés, precisamente el que más mejora ha presentado con respecto a los métodos tradicionales en la calidad de traducción final.
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En Google son optimistas pero precavidos. Aseguran que aunque la mejora con los nuevos algoritmos es amplia: “la traducción automática no está solucionada aún”, y que aún hay “errores importantes que un traductor humano nunca haría, como dejar palabras sin traducir o traducir mal nombres propios o términos extraños”.
La traducción automatizada universal tiene infinitas aplicaciones en la vida real tanto para turistas, gobiernos y empresas. Lo que para muchos críticos —principalmente miembros de los sectores de la traducción y la enseñanza— nunca llegaría, se empieza a acercar. Es difícil de explicar el cambio tectónico cultural que supondrá tener un sistema de traducción universal automática instantánea y gratuita. Afectará a la educación, el turismo, los medios de comunicación, y transformará sociedades completas.
Esto no significa que todos dejaremos de aprender idiomas. Será un caso similar al invento de la calculadora, una ayuda impagable que nos permitirá mejorar nuestras matemáticas, hacer la vida más sencilla, y centrarnos en los problemas reales.
Hace tiempo una aplicación gratuita en tu bolsillo que tradujera las palabras que tenemos delante parecía un sueño utópico, y hoy está al alcance de más de 2.000 millones de personas que utilizan un smartphone. No solo Google, Skype ya ofrece un servicio similar para traducir audio sobre la marcha en 8 idiomas.