Pasadas las 19:00 h EDT en la base de Cabo Cañaveral (Florida), la agencia espacial norteamericana ha escrito un nuevo capítulo en la historia de la exploración del universo. El exitoso lanzamiento de OSIRIS-REx permitirá que un módulo de la sonda traiga de vuelta a la Tierra la muestra más grande desde la misión Apolo 17 de 1972. Será en 2023, cinco años más tarde de su encuentro con Bennu, un asteroide que presenta unas probabilidades limitadas de chocar contra nuestro planeta.
El objetivo de OSIRIS-REx es analizar la composición geológica y las propiedades termales de este objeto rocoso. Los investigadores pretenden que una pequeña cápsula regrese a la Tierra con una muestra que oscile entre los 60 gramos y los 2 kg de restos del asteroide. De este modo podrán estudiar los elementos químicos, los minerales y, sobre todo, la materia orgánica presente sobre su superficie. Así, los científicos serán capaces de analizar si existen aminoácidos y ácidos nucleicos en Bennu, los "bloques" que hacen posible la vida.
I'm speeding toward my rendezvous with an #asteroid: https://t.co/jAiVKk0Fwf #ToBennuAndBack pic.twitter.com/IIEkZdbcX3
— OSIRIS-REx (@OSIRISREx) 9 de septiembre de 2016
La sonda ha sido enviada al espacio gracias a un cohete Atlas V. Durante los próximos dos años, viajará por el cosmos hasta encontrarse con el asteroide, llamado así gracias a la imaginación de Michael Puzio cuando tenía nueve años. En noviembre de 2018, OSIRIS-REx se aproximará a Bennu para recoger en sólo cinco segundos muestra suficiente para poder investigar en detalle el asteroide. La vuelta a la Tierra de una pequeña cápsula de la sonda será en 2023, fecha en la que OSIRIS-REx se insertará en la órbita solar donde permanecerá de forma perenne.
Además de sus trabajos para comprender el origen de la vida, la nave de la NASA tendrá como objetivo conocer más acerca del efecto Yarkovsky. De este modo será posible determinar el efecto que tiene la luz del Sol sobre asteroides como Bennu. La radiación que absorben pequeños objetos del sistema solar es luego emitida en forma de calor mientras estos rotan, lo que puede provocar pequeñas variaciones en su trayectoria. OSIRIS-REx, la tercera misión del programa New Frontiers de la NASA después de New Horizons y Juno, tiene ante sí un importante desafío científico para resolver algunos de los grandes misterios del universo.