La agencia espacial estadounidense lanza hoy la sonda OSIRIS-Rex (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer), que viajará durante dos años por el cosmos hasta encontrarse con el asteroide Bennu (1999 RQ36). Gracias a esta misión de la NASA, la minería espacial llega por primera vez al espacio para tratar de explicar el origen de la vida en la Tierra. La nave despegará desde la base de Cabo Cañaveral, situada en Florida, gracias a un cohete Atlas V.

OSIRIS-Rex tratará de "cazar" en noviembre de 2018 a Bennu, un asteroide que podría llegar a colisionar con nuestro planeta, aunque las probabilidades sean limitadas (1 entre 2700).

Los investigadores han elegido este cuerpo rocoso como objetivo por su proximidad a la Tierra y por las características que presenta. Entre otras, los científicos piensan que Bennu es un cuerpo rocoso rico en compuestos con carbono, uno de los elementos esenciales para la vida.

El fugaz encuentro entre OSIRIS-REx y Bennu

No en vano la sonda, tras un rápido acercamiento que durará tan sólo cinco segundos, enviará el módulo de recogida de muestras de vuelta a la Tierra. La idea es que la misión consiga analizar la composición del asteroide en determinados elementos químicos, minerales y materia orgánica. En particular, OSIRIS-Rex estudiará la riqueza en los conocidos como "ladrillos de la vida", es decir, ácidos nucleicos y aminoácidos. Además se evaluarán otras características de tipo geológico y mineralógico, así como propiedades termales, para entender cómo se formaron los planetas.

La interacción entre la sonda y Bennu no provocará ningún efecto en la órbita del asteroide, según los cálculos de la NASA. Sin embargo, OSIRIS-REx también tratará de comprender el impacto que tiene la luz solar sobre la órbita de cuerpos como Bennu, un mecanismo conocido como efecto Yarkovsky. Es decir, la radiación que absorben pequeños objetos del sistema solar es emitida posteriormente en forma de calor mientras estos rotan, lo que puede provocar pequeñas variaciones en su trayectoria.

OSIRIS-REx
NASA (Wikimedia)

El módulo de toma de muestras (Sample Return Capsule, en inglés) regresará a nuestro planeta, completando su viaje en 2023. Será la primera vez que la minería espacial recolecte restos de un asteroide -entre 60 gramos y 2 kg, según las previsiones- y los envíe a la Tierra para que puedan ser analizados en detalle. La estructura principal de OSIRIS-REx, sin embargo, no volverá a casa. Tras completar su acercamiento a Bennu, se insertará en la órbita solar y permanecerá ahí de forma permanente. Aunque no hay prevista una segunda misión con esta nave, los científicos podrían considerar una segunda misión con la sonda ya en el espacio.

El lanzamiento de OSIRIS-REx tendrá lugar hoy a las 19:00 h EDT (1:00 h CEST). Esta es la tercera misión de la NASA dentro del programa New Frontiers, con el que la entidad norteamericana nos ha permitido conocer un poco mejor Plutón y Juno gracias al trabajo de las sondas New Horizons y Juno, respectivamente. Su actividad científica se une a la desarrollada por su homóloga en el viejo continente, la Agencia Espacial Europea, que durante los últimos años ha investigado en detalle el cometa 67P gracias a la misión Rosetta y al módulo Philae, que fue encontrado recientemente.

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