En la presentación del iPhone 7, entre las discusiones sobre puertos eliminados, colores y dobles cámaras, pasó mayormente desapercibido el chip W1 de Apple, un pequeño trozo de silicio que será muy importante en el futuro.
Las labores del chip son sencillas: detectar gestos del usuario —doble toque, quitarlos del oído—, gestionar las conexiones bluetooth con el dispositivo —incluyendo que no haya retraso perceptible en el audio—, cancelar el ruido externo y limpiar el audio de los micrófonos que incorporan los AirPods. Todo eso con un consumo eléctrico mínimo.
Es decir: el chip W1 convierte los AirPods en el segundo dispositivo wearable de Apple. Y quien dice segundo dice segundo, tercero, cuarto y quinto, pues Apple presentó otros tres modelos de auriculares marca Beats que incorporan el mismo chip.
El chip S2 del nuevo Apple Watch es demasiado potente, grande y glotón para estas labores, así que Apple se ha visto obligada a diseñar un nuevo procesador específico. El chip W1 sería el primero en una nueva lista de chips listos para ser el cerebro de las interfaces de conversación de Apple. Es decir, los AirPods son solo el primer paso.
En el futuro podríamos llegar a ver AirPods independientes, disfrazados de joyería o que se vendan como accesorio de moda. En un futuro donde hablemos con las máquinas, chips como el Apple W1 serán ubicuos.
De momento este chip no es capaz de ser el hogar de Siri, para ello Apple sigue necesitando de la potencia de los procesadores del iPhone. Pero todo se andará.
En el futuro los AirPods podrían ser independientes a la hora de procesar esta información e incluso a nivel de comunicaciones. En ese momento podremos vislumbrar una nueva era de la información. Todas las respuestas y la potencia de Siri y otros asistentes virtuales siempre ahí, disponible, esperando. Internet por fin será invisible.